Al ritmo de batucada y consignas, cerca de 300 manifestantes –en su mayoría universitarios– exigieron al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a la UNAM y a otras casas de estudio que rompan relaciones diplomáticas y económicas con Israel, como parte de las sanciones mínimas al genocidio que comete el gobierno de Benjamin Netanyahu contra el pueblo palestino.
Frente a la embajada de Israel en México, ubicada en Lomas de Chapultepec, se escucharon consignas como: “¡Palestina libre!”, “¡Van a volver, van a volver, las balas que disparaste van a volver!”, la tarde del 8 de mayo. Aunque el recinto estaba resguardado en un primer momento no sólo por personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, sino también por vallas, éstas fueron derribadas por los ahí reunidos.
Entre los reclamos, se escucharon consignas que responsabilizaron a Netanyahu, primer ministro de Israel, y a Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, por los desplazamientos forzados, complicidad y asesinatos masivos de palestinos en Gaza. “¡Bombardear Niñxs no es defensa propia!”, se leía en una de las tantas cartulinas que se alzaban por encima de hombros y cabezas, junto a las banderas palestinas.
Posteriormente, se dirigieron a la avenida Paseo de la Reforma, donde cerraron la vialidad. Al grito de ¡Palestina Libre!, caminaron en dirección al Auditorio Nacional. El recorrido fue seguido por la SSC, mientras desde la manifestación se llamó a los medios de comunicación denunciar claridad y transparencia los hechos: “reporten realmente lo que está pasando, porque los medios de este país, como de otros, han sido cómplices de este genocidio, no han reportado las cosas como son”. Una de las manifestantes agregó: “vinimos aquí para exigir que México rompa las relaciones con el régimen de Apartheid israelí”.
La exigencia de romper de inmediato relaciones con Israel se hizo extensiva al resto de instituciones educativas de México: a la UAM, al IPN, al Colmex y demás escuelas públicas y privadas. También llamaron a estudiantes y académicos a “abrirse al diálogo y al debate”, y cuestionaron a sus docentes y directivos por mantener vínculos con Israel, a pesar del genocidio que se vive en Palestina.
Para los universitarios, otra vía de protesta es el boicot económico, a la cual calificaron como la mejor forma de solidarizarse con Palestina, ya que es el recurso que afecta a Israel. Por ello, pidieron realizar un consumo responsable de servicios y productos, y que sea pensado en atacar a la economía de las empresas que financian al Estado de Israel.
Los cuestionamientos a las empresas se hicieron presente, al grito de “¡Boicot, boicot!” Los manifestantes denunciaron que empresas como Starbucks, Nestlé, Coca Cola y la cementera mexicana CEMEX estarían involucradas en el financiamiento al Estado de Israel, e hicieron el llamado de no consumir más estos productos.
Los manifestantes anunciaron que se dirigirían al campamento propalestino en Ciudad Universitaria, para fortalecer la lucha y solidaridad con la causa palestina. La marcha terminó cuando los manifestantes llegaron a la estación Auditorio Nacional del Sistema de Transporte Colectivo. Y al grito de “¡Metro público, metro público!”, pasaron por debajo de los torniquetes y se encaminaron en dirección a Mixcoac, después a la estación Zapata en dirección a Universidad, para llegar al campamento propalestino que se encuentra en las Islas de CU, espacio que denominaron como un lugar seguro de las hostilidades de la policía.