En su mayoría, el Poder Judicial de la Federación sigue sometido a los intereses de la oligarquía, consideró el presidente Andrés Manuel López Obrador. Por ello, señaló que hace falta continuar con el proceso de transformación del país y reformar al PJF, para que sea el pueblo el que elija de forma libre y democrática a quienes lo integran (jueces, magistrados y ministros).
Consultado por Contralínea acerca de cómo desde que la ministra Norma Piña Hernández asumió la titularidad de ese Poder se aceleró la guerra judicial o lawfare contra el gobierno de la 4T, el primer mandatario recordó que antes de su administración se vivía una franca decadencia: “el gobierno estaba tomado por una minoría que eran los que mandaban en México. Formalmente actuaba el Poder Judicial, el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el INE, el Tribunal Electoral, pero era pura pantalla, los que mandaban eran los de la oligarquía, los potentados”.
Como ejemplo, citó el caso de la Secretaría del Trabajo, donde quien mandaba era el sector empresarial, particularmente señaló a Grupo México: “ellos llegaron a expulsar del país al dirigente sindical minero [Napoleón Gómez Urrutia], ellos colocaron al subsecretario de la Secretaría del Trabajo y luego ese subsecretario llegó a ser secretario de la Secretaría del Trabajo. Pero así todos los presidentes”.
López Obrador también recordó el caso de Ernesto Zedillo, quien como presidente privatizó los Ferrocarriles Nacionales –que tenían 150 años de historia– y al terminar su gobierno se fue a trabajar de asesor con la empresa extranjera que se benefició con la privatización de los ferrocarriles: Kansas City.
“Imagínense si no iban a tomar el Poder Judicial, si estoy hablando de secretarios, si estoy hablando de presidentes. El caso de García Luna, el responsable de la seguridad en franca, abierta, alianza con la delincuencia organizada. Claro que [los oligarcas] se metieron a controlar, a subordinar, a supeditar el Poder Judicial y se olvidaron de sus funciones sustanciales”, indicó en referencia a que no procuró justicia para el pueblo.
Al contrario, dijo el titular del Ejecutivo: “el gobierno se olvidó que tenía que procurar el bienestar del pueblo, tenía que velar por la economía popular, tenían que dedicarse a crear empleos, a mejorar los salarios, a garantizar el derecho del pueblo a la salud, a la educación, a la seguridad social, todo eso pasó a segundo plano, el gobierno se convirtió en un comité al servicio, lo he dicho muchas veces, de una minoría rapaz”.
Respecto del Poder Judicial, acusó que éste fue parte de una negociación desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En referencia al Partido Acción Nacional, dijo: “les empezaron a dar a una organización política conservadora todo el Poder Judicial, fue una moneda de cambio en un acuerdo general, como el llamado Pacto por México, que fue pacto contra México”.
Y aunque indicó que no se puede generalizar, consideró que “sí tomaron todo, secuestraron las instituciones, las pusieron al servicio de intereses particulares, y el pueblo no existía, no estaba convocado, convidado, es otra cosa. Al pueblo nada más lo volteaban a ver cuando había elecciones para legitimar el régimen antidemocrático y de corrupción”.
Por ello, en el caso del Poder Judicial, López Obrador advirtió que sí hay que reformarlo y seguir luchando. Recordó que su propuesta –aunque no es la única– es que el pueblo elija a los jueces, magistrados y ministros, “porque la gente tiene un instinto certero, el pueblo es inteligente y desde luego que se equivoca menos que los oligarcas, porque esos no se equivocan, porque esos lo que quieren es tener un Poder Judicial a su servicio y tiene que haber un Poder Judicial al servicio del pueblo. Entonces, sí ayuda que el pueblo elija”.
Además, rememoró que eso ya ocurría en México, en la época de la República Restaurada: en la Constitución de 1857 se estableció que jueces, ministros de la Corte, y magistrados, fueran electos de manera indirecta, pero eso desapareció.
No obstante, el presidente de la República reconoció que esa reforma al Poder Judicial no es fácil: “es un asunto complejo porque tiene que ver con la formación, fueron 36 años de un modelo no sólo antipopular, entreguista, sino de un modelo que elevó a rango supremo el individualismo, el egoísmo, el materialismo. Bueno, se trató de borrar todo lo relacionado con la justicia social, que fue el principal logro de la Revolución mexicana, de la revolución más importante en el mundo en cuanto al cumplimiento de demandas sociales”.
Por ello, consideró que entre lo que hace falta también es importantísimo avanzar “en una auténtica, verdadera reforma educativa. “Reorientar los planes de estudio para que la formación en lo educativo pues sea científica, pero humanista, porque ahora es lamentable lo que sucede: se apoderaron de las universidades públicas –no de todas, pero, bueno– y se convirtieron en escuelas formadoras de profesionales sin dimensión social, muy individualizados, que no voltean a ver el dolor de los demás. […] Se piensa que el daño lo hicieron nada más en lo económico, o en lo social, que también dañaron. No, en todo, en lo educativo”.
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