Kingston, Jamaica. El cambio climático está indisolublemente ligado a la reducción del riesgo de desastres (RRD), según Robert Glasser, director de la oficina de la Organización de las Naciones Unidas dedicada al tema.
Así se manifestó Glasser ante la Quinta Plataforma Regional para la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas, una conferencia celebrada en Montreal que congregó a más de 1 mil delegados de 50 países del 7 al 9 de marzo.
“Reconocemos que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es sin duda el tratamiento más urgente contra el riesgo global de desastres, porque sin esos esfuerzos los demás esfuerzos para reducir muchos peligros y riesgos que representan para las comunidades se verían abrumados a largo plazo”, advirtió Glasser, director de la oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR, en inglés).
La conferencia, organizada por el gobierno canadiense en cooperación con la UNISDR, fue la primera oportunidad en que representantes de gobiernos y sociedad civil de las Américas analizaron y acordaron un Plan de Acción Regional para aplicar el Marco de Sendai para la RRD en el período de 2015 a 2030.
El Marco de Sendai es el primer acuerdo importante de la agenda de desarrollo posterior a 2015, con siete objetivos y cuatro prioridades de acción, aprobado por la Asamblea General de la ONU. Se trata de un pacto voluntario, no vinculante, de 15 años de duración que reconoce la función primordial que tienen los estados en la RDR, pero esa responsabilidad debe ser compartida con el gobierno local, el sector privado y otros.
“El plan de acción regional que habrán de adoptar. . . ayudará y guiará a los gobiernos nacionales y locales en sus esfuerzos por fortalecer los vínculos entre la agenda de 2030 para la Adaptación al Cambio Climático y la RRD a medida que se desarrollan y se perfeccionan las estrategias nacionales y locales… en consonancia con las prioridades del Marco de Sendai durante los próximos cuatro años”, explicó Glasser en la conferencia de Montreal.
El Caribe es un minúsculo contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero, pero estará entre las regiones más perjudicadas.
La zona ya experimenta fenómenos climáticos extremos más frecuentes, como las lluvias caídas en 2013 en el Caribe oriental, la sequía extrema en toda la región – que tuvo graves consecuencias en varios países -, las inundaciones de 2005 en Guyana y de 2010 en Belice.
La inacción de los estados del Caribe sería muy costosa. Un análisis económico centrado en tres áreas –los daños mayores derivados de los huracanes, la pérdida de ingresos turísticos y por infraestructura– reveló que los costos podrían ascender a 10.700 millones de dólares en 2025. Eso es más que el producto interno bruto de todos los países miembros de la Organización de los Estados del Caribe Oriental.
En Montreal, el director de la Agencia para la Gestión de Emergencia de Desastres del Caribe (CDEMA), Ronald Jackson, dijo que la región necesita adaptar las soluciones autóctonas con respecto a la RRD a la tecnología moderna.
“En los viejos tiempos, nuestros antecesores… tuvieron que lidiar con inundaciones y las sobrevivieron muy bien. Se trataba de cosas sencillas, como sacar las camas y otros objetos de valor fuera del espacio inundado en la casa en particular. Esto contribuyó a que sobrevivieran a las tormentas con una pérdida mínima”, señaló.
“Ese conocimiento de tener que enfrentar esas condiciones adversas, sobrevivir a ellas y… poder recuperarse a la situación anterior, eso era evidente en nuestra sociedad en el pasado. Eso ha desaparecido posteriormente”, agregó.
La CDEMA es una agencia regional intergubernamental, fundada en 1991 con la responsabilidad principal de coordinar las actividades de respuesta y socorro de emergencia a los Estados participantes que necesiten ayuda.
Otra agencia regional, el Centro sobre Cambio Climático de la Comunidad del Caribe (CCCCC), con sede en Belice, colabora con otros organismos en la Iniciativa Caribeña de Gestión de Riesgos (CRMI).
La CRMI tiene como objetivo proporcionar una plataforma para compartir las experiencias y lecciones aprendidas entre los diferentes sectores de la región para facilitar una mejor RRD.
“Consideramos que la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático son dos caras de la misma moneda, porque en la medida en que somos capaces de mejorar la RRD, también comenzamos a adaptarnos al cambio climático”, observó Mark Bynoe, economista del CCCCC.
Existen varias actividades de adaptación al clima que también tendrán un elemento de RRD, explicó.
“Buscamos mejorar la seguridad del agua en varios de nuestros pequeños estados insulares. Una de las cosas en las que nos concentramos es en gran parte para producir agua de calidad mediante el uso de sistemas de ósmosis inversa, pero estamos utilizando una fuente de energía renovable. Por lo tanto, por un lado también estamos abordando la adaptación y la mitigación”, destacó Bynoe.
El director ejecutivo adjunto de la CCCCC, Ulric Trotz, informó que la agencia desarrolla talleres de capacitación en 10 países para compartir herramientas de capacitación que fueron desarrolladas para ayudar a generar información y análisis científicos con el fin de tomar decisiones informadas, incluido el Generador de Clima, el Modelo de Tormenta Tropical / Modelo Simple para la Advección de Tormentas y Huracanes, y la Herramienta del Caribe de Evaluación de Sequías.
La capacitación se centrará en el personal clave dedicado a las áreas de agricultura, recursos hídricos, gestión de las zonas costeras, salud, planificación física o RRD. (Traducido por Álvaro Queiruga)
Desmond Brown/Inter Press Service