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15 multimillonarios y 54 millones en la miseria

Sin la menor duda, en el sangriento salinismo iniciador del neoliberalismo económico como punta de lanza del capitalismo salvaje se inició la pobreza que 24 años después ha llegado a la miseria que raya en hambruna, al rebasar los 81 millones de mexicanos empobrecidos (continuaron con esa política Ernesto Zedillo, sanguinario como su antecesor; después Vicente Fox, el payaso cocacolero; y luego Felipe Calderón, el borrachín homicida de más de 100 mil mexicanos, 27 mil desaparecidos y los más de 10 mil feminicidios), con quienes la nación tiene a 54 millones en la vil pobreza.

“Enésima” embestida inquisitorial y censura a “Contralínea”

La llamada democracia representativa, es decir, presidentes municipales, gobernadores, diputados estatales y federales, senadores y el presidente de la República (si es que al menos permanece en el papel), así como los funcionarios designados por nombramientos como jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, directamente o en complicidad con los enemigos de los derechos de libertades constitucionales no han dejado de embestir, sobre todo, a los medios de comunicación escritos en sus modalidades de periódicos y revistas que se editan en todo el territorio.

Recula Peña Nieto en su espionaje a los legisladores

El periodismo de investigación sigue dando frutos frente y contra la democracia representativa o indirecta para enriquecer y fortalecer a la democracia directa, la del demos en activo para “hacer una petición o presentar una protesta” (Artículo 9 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos), tal como lo explica certeramente en su libro Giovanni Sartori, Aspectos de la democracia, al sostener que la “democracia sólo puede significar que el poder reside en el pueblo activo” si es que, además, “la política es, y será siempre, el producto de lo políticamente activo”. Ésta es la democracia directa: la del pueblo en las calles manifestando sus desacuerdos, criticando a los gobernantes, exigiéndoles cumplir con sus obligaciones y demandando la rendición de cuentas.

“Dinero para la cultura”

El libro de ensayos cortos de Gabriel Zaid, Dinero para la cultura, es la prosa de quien condiciona el conocimiento cultural a un constante pensar crítico y sin concesiones a ninguna moda, salvo la de estar atento a lo que se genera en nuestro país con perspectiva universal.