Manuel Estrada, quien desde hace casi tres meses no cuenta con un empleo formal, vio llegar de golpe y de la manera más cruel las consecuencias del recorte de personal que hubo en la empresa donde trabajaba; el no encontrarse ya vigente en el sistema de seguridad social le costó la vida de su padre.
Fernando Guadalupe Estrada Díaz, de 67 años, murió sentado en una silla de ruedas, afuera del área de urgencias, luego negarle la atención médica en la Clínica 20 del IMSS en Tijuana, por parte de la doctora Melisa Guardado, con Cédula 99027590, argumentando que no podrían hospitalizarlo por no ser derechohabiente desde hacía ya varias semanas.
Relata Manuel que su padre padecía diabetes y presentó complicaciones por lo que solicitó ayuda a unos vecinos para llevarlo, como en otras ocasiones, al hospital más cercano del IMSS; llegó grave, lo estabilizaron, pero la doctora que lo atendía suspendió la atención médica, le retiró el suero y demás medicamentos cuando supo que su afiliación ya se había vencido. Le pidió a su hijo Manuel que lo sacara porque se necesitaba la cama. Al no poder sostenerse en pie, un guardia de seguridad le facilitó una silla de ruedas de la clínica mientras llegaba un taxi para llevarlo a otro hospital.
Ante la indiferencia médica, el mismo guardia solicitó la presencia de una ambulancia de la Cruz Roja para su traslado. Fue hasta que llegaron los paramédicos cuando se percató que ya había fallecido su padre, quienes, al intentar brindar los primeros auxilios, notaron que don Fernando ya no tenía signos vitales. (LR)