En la ciudad de Guadalajara, Jalisco, están registrados 17 albergues para jornaleros que le dan servicio a 57 empresas nacionales y trasnacionales, en las que laboran cerca de 16 mil personas. La mayoría se encuentra en la zona Sur de la ciudad y de la Ciénaga, con mayor concentración en los municipios de San Gabriel y Sayula.
En los campos agrícolas se contratan migrantes de Veracruz, Guerrero e inclusive de Centroamérica. Entre los jornaleros también hay locales que, al verse en desventaja en relación con las grandes corporaciones, deciden trabajar para ellas con el fin de obtener un ingreso fijo por día (que varía de 100 a 300 pesos por turno y desde 8 hasta 12 horas de trabajo) y un lugar para la educación de sus hijos, pues algunos de estos albergues cuentan con escuelas primarias.
No obstante, las condiciones de vida y laborales de los jornaleros son deplorables.
Tras inspeccionar 17 albergues, en junio pasado, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social descubrió hacinamiento, insalubridad, ausencia parcial o total de seguridad social y, en algunos casos, esclavismo.
En el caso de los albergues de la empresa Bioparques de Occidente, cuyo cliente principal es la estadunidense Kaliroy Fresh, LLC, se presentaron condiciones de esclavitud: los trabajadores del campo no cuentan con sanitarios, servicio de agua, los dormitorios no tienen camas y las jornadas laborales son de hasta 18 horas. No obstante, esa empresa recibió, en 2012, 899 mil 40 pesos del erario, como apoyo del Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas.
A pesar de la situación, de 2010 a 2012 se suspendieron las inspecciones laborales a empresas agrícolas en Jalisco. Y fue hasta este año que, debido a la presión de las empresas trasnacionales, la Secretaría del Trabajo reanudó esa labor. Para septiembre, cerca de 4 mil jornaleros contaban ya con seguridad social. Actualmente se promueve una iniciativa para tipificar como delito la esclavitud de jornaleros.