Priístas y panistas, por la dirección del IPN

Priístas y panistas, por la dirección del IPN

A principios de diciembre, Enrique Peña Nieto designará al director general del Instituto Politécnico Nacional para el periodo 2012-2015. Según fuentes allegadas al proceso, son 15 los candidatos que se han acercado al equipo del presidente electo con el objetivo de ser considerados para tal encargo. Tres de ellos han manifestado abiertamente su deseo de conducir esa institución educativa: Bustamante Díez, Rubén del Cano y Escárcega Navarrete. Así, el priísta se encuentra en la disyuntiva de elegir a alguien de su propio partido o de dar continuidad a la gestión de Bustamante Díez, cuya trayectoria en la función pública es producto de su cercanía con las gestiones panistas

 

 
Los próximos días son cruciales para el Instituto Politécnico Nacional (IPN), organismo de educación pública fundado hace 76 años con el objetivo de cristalizar los postulados educativos y tecnológicos de la Revolución Mexicana. Como ocurre cada 3 años, el director general de esa casa de estudios será renovado. El próximo presidente de México será el encargado del nombramiento, según lo establece la Ley Orgánica del IPN.
 
A pesar de que a principios de diciembre Enrique Peña Nieto hará pública su decisión al respecto, el grueso de la comunidad politécnica desconoce los nombres de las personas que mostraron su interés por encabezar esta institución educativa para el periodo 2012-2015. Ignoran también el proyecto de cada uno de los candidatos.
 
Según fuentes que son parte del proceso y que solicitan el anonimato, 15 egresados del IPN se habrían acercado al equipo del priísta Peña Nieto con el objetivo de ser considerados para tal encargo.
 
Una de ellas, la única mujer, es Yoloxóchitl Bustamante Díez, actual directora general del Instituto, quien desde el pasado 10 de septiembre expresó públicamente su deseo de ser reelecta. La normatividad del Politécnico lo permite; estipula que el director general “durará en su encargo 3 años y que podrá ser designado, por una sola vez, para otro periodo”.
 
Otros son Raúl González Apaolaza, ingeniero electricista, quien fungió como secretario de Educación Pública de Hidalgo de 2001 a 2006, periodo en el cual fue cerrada la Escuela Normal Rural Luis Villarreal, conocida como El Mexe; Rubén del Cano Ávila, contador público y secretario de Acción Política de la Confederación Nacional Política de Profesionales Egresados del IPN, afiliada al Partido Revolucionario Institucional (PRI); Marco Antonio Flores Sánchez, contador público y quien además de desempeñarse como subdirector de Información del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, ha ocupado diversos cargos educativos; Óscar Escárcega Navarrete, médico cercano al grupo de José Narro Robles, actual rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, con quien colaboró en los Servicios de Salud del Distrito Federal.
 
Además, Víctor Manuel Alcerreca Sánchez, ingeniero químico industrial, exsecretario general del IPN y exdiputado federal por el PRI; Feliciano Sánchez Sinencio, ingeniero en comunicaciones eléctricas y electrónica, exdirector del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN e integrante del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República; Joel Ortega Cuevas, ingeniero electricista y quien ha desempeñado diversos cargos públicos en el gobierno del Distrito Federal, entre los que destaca el de secretario de Seguridad Pública; Jorge Maciel Suárez, secretario académico del IPN durante la gestión de Diódoro Guerra Rodríguez, exdirector del Politécnico cuestionado por sus supuestos vínculos con organizaciones porriles; y Manuel Quintero Quintero, ingeniero aeronáutico y actual rector de la Universidad Abierta y a Distancia de México.
 
En la lista de aspirantes figuran también personajes que desempeñan o han ejercido cargos durante la gestión de Bustamente Díez. Se trata de Efrén Paradas Arias, exsecretario general; Juan Manuel Cantú Vázquez, secretario general; Daffny Rosado Moreno, secretario académico; Óscar Suchil Villegas, secretario de Extensión e Integración Social; Jaime Álvarez Gallegos, secretario de Investigación y Posgrado; y Fernando Arellano Calderón, secretario de Gestión Estratégica.
 
Ahora Peña Nieto se encuentra en la disyuntiva de elegir a alguien de su propio partido como conductor de la institución rectora de la educación tecnológica pública en México o de dar continuidad a Bustamante Díez, cuya trayectoria en la función pública es producto del designio de las gestiones panistas. En 2005, Vicente Fox Quesada la nombró subsecretaria de Educación Media Superior y, cuatro años más tarde, Felipe Calderón Hinojosa la puso al frente del IPN.
 
A propósito de la conformación de su gabinete, a principios de septiembre pasado el presidente electo Enrique Peña Nieto manifestó que en su gobierno estará “gente capaz, probada, con experiencia, que esté a la altura de responder a los retos y exigencias que tiene la sociedad mexicana”.
 
Asimismo, no descartó la posibilidad de que algún miembro de la actual administración federal integre su equipo.
 
De acuerdo con el artículo 12 de la Ley Orgánica de esta casa de estudios, para ser director general se requiere ser mexicano por nacimiento y mayor de 30 años de edad; poseer título profesional de una licenciatura cursada en el Instituto Politécnico Nacional, con antigüedad mínima de cinco años; gozar de reconocido prestigio profesional y académico; así como tener solvencia moral y estar identificado con los objetivos que le dieron origen a la institución.
 
 

Entre críticas, Bustamante Díez busca la reelección

 
El 7 de junio de 2012, un grupo de politécnicos encabezados por el Sindicato de Trabajadores del Instituto Politécnico Nacional (STIPN) –que agrupa a unos 750 trabajadores académicos y de apoyo y asistencia a la educación– marcharon hacia la residencia oficial de Los Pinos para solicitar el Ejecutivo federal la destitución inmediata de Bustamante Díez como directora general. Argumentan que el modelo educativo desarrollado durante su gestión ha generado un rezago de conocimientos y mermado el prestigio escolar.
 
A pesar de las críticas, la directora número 26 del IPN pretende reelegirse en su encargo. Su mayor carta, asegura, es el trabajo que ella y su equipo han realizado durante estos 3 años al frente del Instituto. “Yo estoy con la tranquilidad de haber cumplido con mi trabajo; ahí está la evidencia. Eso es lo que yo puedo aportar”.
 
La ingeniera bioquímica niega, tajante, haber buscado la venia de Elba Esther Gordillo, presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, para repetir en su encargo, como se asegura en los “pasillos” de la casa de estudios. Lo que sí acepta es haber sostenido un par de encuentros con el equipo de transición de Enrique Peña Nieto, al que le ha manifestado su interés de seguir a cargo del IPN.
 
—¿Cómo fue recibida por quienes integran el equipo de Peña Nieto? –se le pregunta.
 
—Muy bien: atentos, escuchas, interesados. Conocían poco del [Instituto] Politécnico, de tal manera que fue primero una etapa de ponerlos al tanto de lo que somos, para después llegar a hablar de lo que podemos llegar a hacer.
 
El 11 de diciembre de 2009, Bustamante Díez tomó posesión de la Dirección General del IPN para el periodo 2009-2012. Durante su gestión se aprobó el nuevo Reglamento General de Estudios, basado en el modelo educativo que considera “usuarios de servicios educativos” a los alumnos, promueve la migración de los estudiantes más talentosos y faculta a la institución educativa para “expedir certificados de competencias técnicas” o “títulos de técnicos superiores” (Contralínea 207).
 
Reconocida como “la mujer del año” 2011 por su “destacada trayectoria” profesional y el ser la primera mujer en ocupar la Dirección General del IPN, Bustamante Díez enfrentó una demanda ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje por presuntas violaciones a los principios de igualdad jurídica, libertad al trabajo, libertad de disposición de salario y libertad de asociación en contra de los afiliados al STIPN.
 
A decir de Silvio Lira Mojica, secretario general del Comité Ejecutivo Nacional de esa organización sindical, se trata de “la primer ocasión en la historia del IPN que un sindicato demanda al titular del Instituto” (Contralínea 266).
 
De repetir en su encargo, Yoloxóchitl Bustamante buscará, dice, mantener al Politécnico como una “institución fuertemente creativa, innovadora; que consolide sus indicadores académicos, sus procesos de internacionalización; que se mantenga estable y trabajando; y que pueda crecer en cuanto a su matrícula para contribuir a esa atención a la población, tanto media superior, superior y posgrado”.
 
Juan Manuel Cantú Vázquez, secretario General del IPN, se sonroja cuando se le pregunta respecto de sus intereses de presidir la casa de estudios. “No hay nada”, asegura. “Estamos trabajando. Estamos con Yoloxóchitl”.
 

Dos candidatos se destapan

 
Al cierre de esta edición, además de Bustamante Díez, sólo dos personas habían hecho público su deseo de dirigir el Politécnico para el periodo 2012-2015.
 
Uno de ellos es Rubén del Cano Ávila, militante del Partido Revolucionario Institucional desde 1980. El otro, Óscar Escárcega Navarrete, quien recientemente ocupó la Dirección General de Desarrollo Integral para la Familia de Tlalnepantla de Baz, municipio del Estado de México gobernado desde 2009 por el priísta Arturo Ugalde Meneses.
 
En entrevista con Contralínea, Rubén del Cano, quien durante 39 años se ha desempeñado como docente del IPN, expresa su anhelo de dirigir su alma máter: una culminación de sus proyectos y no una “plataforma para escalar a algo más”, asegura.
 
El maestro en administración pública enfatiza que el plan de trabajo que entregó a Luis Videgaray Caso, coordinador general para la transición gubernamental del equipo de Peña Nieto, se basa en los principales compromisos en educación planteados por el presidente electo.
 
Así, su plataforma contempla ampliar la cobertura en educación media superior y superior, fortalecer y ampliar la oferta educativa, emprender una reingeniería del modelo educativo con base en las necesidades del sector productivo y erradicar la deserción estudiantil.
 
 
El maestro en administración pública critica el Nuevo Reglamento General de Estudios, aprobado durante la actual administración, al que considera una “plataforma de problemas”. No obstante, dice que no se negaría a seguir aplicando el nuevo modelo educativo en el IPN, en caso de que el presidente de la República se lo pidiera. “Sí lo haría, aceptaría la imposición, sobre todo porque eso significa ingresos y apoyos económicos, pero lo haría de una manera transparente y consensuada”.
 
Cuestiona, asimismo, el hecho de que Calderón, Fox, Bustamante Díez y Enrique Villa Rivera, este último director general del IPN en el periodo 2003-2006, hayan aplicado las directrices del Fondo Monetario Internacional en materia educativa al pie de la letra. Sin embargo él también lo haría, “pero con planeación”, y lo aplicaría tomando en cuenta las particularidades del Politécnico, dice.
 
A través de una amplia entrevista publicada el pasado 8 de noviembre en el Diario DF, el médico Escárcega Navarrete reveló su intención de conducir el Instituto Politécnico Nacional. “Todos han sido espléndidos directores generales y la actual directora ha hecho un gran esfuerzo por llevar la institución a mejores lugares, pero se avecina el cambio y a pesar del trabajo de la directora general, yo levanto la mano públicamente y creo que volvería, de nueva cuenta, a ser el único para decir: ‘Yo quiero ser director general del Politécnico’. Sería la llegada de una nueva corriente a la Dirección General, y sería la llegada del humanismo al IPN”.
 
Textos relacionados:
 
 
Fuente Contralínea 312 / Noviembre de 2012