No es de mi cosecha lo de “¡Atrás fantasmas!”. Pertenece al inmenso poeta, creador del romanticismo más puro, el kantiano Enrique Haine, quien (en su ensayo-libro Alemania para abordar al más grande pensador, el antes y después del filosofar: Immanuel Kant) escribió: “¡Atrás fantasmas!, voy a hablar de un hombre, cuyo sólo hombre ejerce exorcismo poderoso: me refiero a Kant”. Esa expresión central vale para anunciar el nombre venerado del liberal-laico Ignacio Ramírez (1818-1879), el Nigromante. Atrás, pues, fantasmas históricos y “apariciones” fantasmagóricas, metafísicas, que esta nota de información a vuelo pájaro se refiere a ese totalmente íntegro mexicano, de acrisolada honradez, lúcido pensamiento político democrático y republicano e intransigente luchador para reivindicar a los pobres por medio de su liberalismo social y autor de un discurso en la Academia de Letrán que cimbró a propios y extraños: “Dios no existe, los seres de la naturaleza se sostienen por sí solos”, frase que Diego Rivera plasmó en su mural Un domingo en la Alameda, suprimida por presiones del belicoso clero político.
Son varias las ediciones de sus obras selectas y completas. A los 10 años de su muerte biológica, pues históricamente vive, por la entonces Secretaría de Fomento (siendo Porfirio Díaz el presidente de las reelecciones que lo llevaron a la dictadura), en 1996, se reeditó su producción periodística, poesía, ensayos y discursos. Otra vez por la fundación de Jorge L Tamayo, sus obras completas vieron la luz pública. Y una antología a la sombra del bicentenario, en coedición del Fondo de Cultura Económica-Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). A Ramírez hay que leerlo y estudiarlo, ya que sigue siendo un creador de preguntas y respuestas sobre problemas que, ya no siendo los mismos, mantienen sus raíces, como el analfabetismo, las pobrezas. El Nigromante, ante los proyectos, “ambiciosos y grandilocuentes” de un gobernador mexiquense de progreso y modernización, en 1875 le formuló la pregunta: “Sí, ¿pero qué hacemos con los pobres?”. La crítica devastadora, que ha pasado como anécdota, aparece de nueva cuenta ante el empobrecimiento masivo de 40 millones de mexicanos, y la recoge José Antonio Crespo en sus ensayos desmitificadores Contra la historia oficial.
En la producción (siempre muy mal distribuida) de la UNAM, existe una extraordinaria biografía de David R Maciel: Ignacio Ramírez, ideólogo del liberalismo social en México. Investigación maravillosa en todos sentidos que nos presenta a un Ignacio Ramírez como lo que fue: un gigante del liberalismo político y social que luchó al lado del pueblo que apoyó a la revolución gloriosa de Ayutla y generó la Constitución de 1857, la Reforma y la Restauración de la República tras la invasión francesa. A esa época contribuyó Ramírez como periodista, legislador, ministro en el equipo de Juárez, y después colabora con Porfirio Díaz. Es una completísima biografía sobre el Nigromante.
Ficha bibliográfica:
Autor: David R Maciel
Título: Ignacio Ramírez: ideólogo del liberalismo social
Editorial: UNAM