Atrapada en cientos de afluentes de varias ciencias y técnicas, más su ropaje político cuando su manejo está en manos públicas y privadas (la mano invisible y la mano visible: Adam Smith y John Maynard Keynes, respectivamente), la economía como tal que carece de un objeto de conocimiento (proponen la escasez de los recursos, costos o costes, etcétera), y su extensión, la política económica, su manejo, pues, ha sido y es casi una especie de tabú y, cuando mucho, obedeciendo a una serie de indicadores y conceptos que requieren una especialización para su información (y para la formación de sus expertos: los economistas). Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos de algunos tratadistas, la economía y la política económica son ajenas a su divulgación para el conocimiento de los mortales comunes que son, finalmente, los que sufren las consecuencias económicas.
De ahí que aparte de los textos para licenciaturas, maestrías y doctorados en economía, existan guías como ésta: la Guía de los indicadores económicos de The Economist, traducida al español por Elena Cermeño, María Sacristán, Jorge Sainz, con supervisión y adaptación de Juan Antonio Maoroto, de la Universidad Complutense de España (y a la que van no pocos mexicanos para doctorarse en periodismo, derecho y economía).
Es un libro de enorme utilidad para los periodistas, sean o no únicamente analistas financieros, económicos y demás actividades privadas y públicas de lo que siempre deviene como políticas económicas y son sus sujetos primeros los trabajadores, los campesinos, los empleados, los burócratas y las instituciones de los gobiernos y de los empresarios. Llevándose entre las patas desbocadas de las ganancias a los pobres, a los desheredados y, como dijo Karl Marx, al proletariado.
Son 13 capítulos: “Interpretación de los indicadores económicos”; “Herramientas básicas”; “La medición de la actividad económica”; “Crecimiento: tendencias y ciclos”; “Población, empleo y paro”; “Indicadores fiscales”; “Consumidores”; “Inversión y ahorro”; “Industria y comercio”; “La balanza de pagos”; “Tipos de cambio”; “Dinero y mercados financieros”; “Precios y salarios”; “Índice de cuadros” e “Índice de materias”.
Este texto, si es que es una guía (una Beatriz –pero no la Paredes– que guió a Dante por el infierno), tiene información para entender lo que constantemente en claves micro y macro económicas nos recetan nuestros politiquillos; por ejemplo: qué es el Producto Interno Bruto, partiendo de la transformación de los factores de la producción en bienes y servicios para la inversión y el consumo como renta nacional.
En los diccionarios de economía (como el de David W. Pearce y colaboradores, Economía moderna, edición Akal; el de Sergio Ricossa, Diccionario de economía, de Siglo Veintiuno Editores, o el Vocabulario básico de economía, de Phyllis Deane y Jessica Kuper, editores, en Crítica Editores) se pueden consultar las siglas y claves del vocabulario y jerga económicas; pero éste, es completísimo y muy útil.
Ficha bibliográfica:
Autor: The Economist
Título: Guía de los indicadores económicos
Editorial: Ediciones del Prado
Citar fuente: Contralínea, periodismo de investigación No. 167 31 Enero de 2010