I. La mafia en México es un poder en las sombras (Giuseppe Carlo Marino, Historia de la mafia, editorial Javier Vergara, con traducción de Juan Carlos Gentile) desde, al menos, 1960. El poder tras el trono presidencial y paralelo a los poderes municipales y estatales. Con apogeo en el salinismo, creció en dinero e influencia con la complicidad de funcionarios y políticos, no salidos de las páginas de El príncipe –donde Maquiavelo retrató el despotismo autocrático–, sino de las historias de Mario Puzo: El padrino, Omerta, El siciliano, El último don, Los Corleone o Los Borgia; y sus versiones cinematográficas. Éstos son ya los textos de aprendizaje de políticos y capos que se repartieron el ejercicio del poder público y el poder mafioso según sus intereses. Capos y funcionarios-políticos (con sus respectivos sicarios: policías, militares, marinos, matones, secuestradores, etcértera) dominan sus tareas en perjuicio de la sociedad, a la que sus desgobernantes engañan con “el imperio de la ley”, mientras con el “dejad hacer, dejad pasar”, pescan en el río revuelto del “¡sálvese el que pueda!”
II. Políticos y capos ya no se informan en textos de teorías políticas (Tucídides, Aristóteles, el Maquiavelo de Las décadas de Tito Livio, Tocqueville, Popper, Kant, Kelsen, Bobbio, George G Sabine, Pascal Ory, Ernst Cassirer, etcétera). Hoy se nutren de los filmes de las mafias y los libros de Mario Puzo que tienen en sus pobres bibliotecas; y formados en el pragmatismo religioso del Opus Dei o Legionarios de Cristo (los nuevos Borgia), hacen de El padrino y su personaje Vito Corleone, su Biblia política. Por esto se entienden y comparten poderes que han generado una violencia sangrienta que atenaza a la sociedad. Y así como hombres y mujeres somos una creación del mundo de Shakespeare (Harold Bloom, Shakespeare: la invención de lo humano, Anagrama y Norma), quien desentrañó la pluralidad de la naturaleza humana (Marshall Sahlins, La ilusión occidental de la naturaleza humana, Fondo de Cultura Económica) mientras Stefan Zweig exhibió la naturaleza del político (Fouché: retrato de un hombre político, Acantilado), así también Mario Puzo penetra en lo que son los nuevos políticos y el renacimiento de la violencia medieval que, acompañados por los narcotraficantes derivan en el “filósofo-rey” que proponía Platón –el alias de Aristocles–, con personalidad autoritaria, despótica, criminal y policiaca.
III. Mario Puzo (1920-1999) actualiza la búsqueda de la naturaleza humana de quienes llegan a los poderes políticos y económicos, en las personas de los criminales que han hecho de la divisa “el poder es el poder de matar”, y de los políticos que practican los métodos de El padrino. Los lectores de Puzo han de reconocer a través de sus páginas la actualidad que, como un volcán vomitando las modalidades de la violencia (incluyendo la de los pueblos víctimas de empresarios, banqueros y financieros que concentran la riqueza por medio del neoliberalismo económico), tiene en vilo a la humanidad. Y desde su literatura de análisis social vislumbra la intolerancia, el narcotráfico, los fanatismos, la pobreza, la maldad, la corrupción y las miserias de la naturaleza humana que someten a los pueblos. En la obra de Mario Puzo se mezclan narcos-capos y políticos-funcionarios, como las raíces de la barbarie y el abuso del poder político.
Ficha Bibliográfica:
Autor: Mario Puzo
Título: Los Borgia. La primera familia del crimen
Editorial: Planeta
Álvaro Cepeda Neri*
*Periodista
Contralínea 426 / del 01 al 07 de Marzo 2015