Autopista Urbana Oriente pone en jaque a Xochimilco

Autopista Urbana Oriente pone en jaque a Xochimilco

La autopista de peaje que el gobierno capitalino planea construir al Oriente de la Ciudad de México pasará sobre uno de los relictos del Distrito Federal: Xochimilco, Área Natural Protegida. De realizarse la obra, se violarían seis elementos normativos y de planificación vigentes, alertan científicos. La vialidad pone en riesgo 212 especies de aves e implica la tala de, al menos, 1 mil 437 árboles; abre paso a la expansión de la mancha urbana e, incluso, a megaproyectos turísticos. Luego del rechazo de la primera Manifestación de Impacto Ambiental, las autoridades esperan que en los próximos días la concesionaria entregue un nuevo documento para su evaluación; mientras tanto, la Secretaría del Medio Ambiente busca desincorporar a la zona de la categoría de Área Natural Protegida. El procurador ambiental de la Ciudad de México asegura que la obra se detendrá “si no cumple con la normatividad ambiental y urbana”

El Gobierno del Distrito Federal concesionó a la iniciativa privada la construcción y explotación, durante 30 años, de una vía de peaje que, en un tramo, se construirá sobre el camellón verde que separa los carriles centrales del Periférico Oriente. La vialidad, de alrededor de 15 kilómetros y cuyo trazo inicia en el Distribuidor Vial Muyuguarda y concluye en la Calzada Ignacio Zaragoza, pasará sobre una de las áreas naturales de mayor relevancia para la Ciudad de México: los humedales de Xochimilco.

De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental Modalidad Específica del Proyecto Autopista Urbana Oriente, Tramo Muyuguarda-Bilbao, presentada por la Concesionaria Urbana Arco Oriente, SA de CV, a la Secretaría del Medio Ambiente (SMA) del Gobierno del Distrito Federal, sus cuatro carriles ocuparían 2 mil 65 metros de suelo de conservación.

Se trata de un camellón de alrededor de 1 mil 180 metros de largo por 61.34 metros de ancho que forma parte de los ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco, Área Natural Protegida (ANP) con carácter de Zona de Conservación Ecológica.

El lugar alberga un canal serpenteante de más de 1 kilómetro; es sitio de descanso para especies de aves migratorias y residentes de Xochimilco, y hábitat de árboles considerados monumentos urbanísticos.

Funge como corredor para la fauna y línea divisoria entre la Ciénaga Grande –una de las dos lagunas de regulación artificiales cuya función es el control del agua y evitar inundaciones– el Vaso Regulador, el Parque Ecológico Xochimilco, y el Lago Acitlalin. Se llena al recibir los excedentes de las descargas pluviales y residuales, con lo que evita inundaciones.

No obstante los servicios ecosistémicos que brinda, la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) expresa abiertamente que los cuatro carriles de la vialidad habrán de construirse a nivel de piso sobre el camellón.

De realizarse la obra, se violarían, al menos, seis elementos normativos y de planificación vigentes: el Programa de Manejo del Área Natural Protegida; el Plan Rector de las Áreas Naturales Protegidas del Distrito Federal; la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Urbanístico y Arquitectónico del Distrito Federal; el Plan Verde de la Ciudad de México; el Programa Delegacional de Desarrollo Urbano para la delegación Xochimilco, y el Programa General de Ordenamiento Ecológico del Distrito Federal, concluye la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) luego de un amplio análisis de la Manifestación de Impacto Ambiental.

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Violaciones a la Ley

Aunque en la Manifestación la concesionaria sostiene que “ha de tomar en consideración los lineamientos establecidos para su protección, conservación y en su caso el mejoramiento”, también refiere que “se requiere el desmonte de vegetación”. Esto incluye 604 árboles ubicados en el Área Natural Protegida.

El 11 de enero de 2006 se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el Acuerdo por el que se aprueba el Programa de Manejo del Área Natural Protegida con Carácter de Zona de Conservación Ecológica Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco.

Divide el Área en tres zonas: Zona de Protección; Zona Chinampera y Agrícola de Temporal, y Zona de Uso Público, donde se inscribe el camellón.

El Capítulo III, Regla 12, de dicho documento dicta que en la Zona de Uso Público “se permitirán todas aquellas acciones e instalaciones que sean necesarias para el desarrollo de actividades de uso público que no contravengan al desarrollo agrícola tradicional de la región, la conservación de los recursos naturales y que sean acordes con la conservación, manejo e imagen del ANP. De igual forma, todo tipo de obra de intervención o desarrollo público deberá ser acorde con la normatividad local y/o federal para la protección de la Zona Histórica Patrimonio de la Humanidad”.

En él queda estrictamente prohibido el cierre de canales o zanjas; la caza; dañar, cortar y marcar árboles; la extracción de flora y fauna silvestres; el uso de transgénicos; la modificación de cauces y flujos de agua; los establos; el motociclismo; los campos de tiro y gotcha; los centros de espectáculos; la construcción de red sanitaria e hidráulica para uso habitacional; los depósitos de combustible; y las pistas de aterrizaje y helipuertos.

A decir de la UCCS, “la construcción de la obra se contrapone completamente con los objetivos establecidos en el Programa de Manejo de ANP”.

Las Áreas Naturales Protegidas representan el 9.3 por ciento del Suelo de Conservación del Distrito Federal. El Programa General de Ordenamiento Ecológico del Distrito Federal las divide en cuatro categorías: Zona Sujeta a Conservación Ecológica, Parque Nacional, Zona Protectora Forestal y Corredor Biológico.

Dentro de la primera se encuentran los ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco; el Parque Ecológico de la Ciudad de México; la Sierra Santa Catarina; la Sierra de Guadalupe y la parte central de El Cerro de la Estrella. Todas bajo la jurisdicción de la Secretaría del Medio Ambiente (SMA) del gobierno capitalino.

En el “Lineamiento 8”, referente a infraestructura y servicios, el Programa establece que en el trazo y construcción de vialidades se deberá respetar la topografía, arbolado, características naturales de la zona, y condiciones ecológicas específicas, tales como escurrimientos superficiales, vías naturales de drenaje y paso de fauna silvestre.

Además, ordena que en los terrenos con una superficie mayor a 20 mil metros cuadrados, la construcción no exceda el 2.5 por ciento del área total del terreno. De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental, la obra ocupará el 18 por ciento del terreno, con lo que se rebasa en casi nueve veces los límites establecidos.

La autopista también contraviene el Programa Delegacional de Desarrollo Urbano, señala la UCCS en su análisis.

El documento oficial, publicado en 2005 en el órgano informativo del Gobierno del Distrito Federal, otorga al derecho de vía del Periférico la denominación de Preservación Ecológica, categoría que agrupa a las extensiones naturales vulnerables a las alteraciones que requieren medidas para el control del suelo, el agua y la vegetación, así como para desarrollar actividades compatibles con la función ambiental en donde las únicas obras y actividades permitidas son las dedicadas a la recuperación de cuencas mediante captaciones e infiltración del agua, desarrollo de los bosques y protección de la erosión del suelo.

“Debido a que la obra planteada no cumple con esta normatividad, el promovente justifica su realización con un argumento completamente infundado”, apuntan los científicos de la UCCS y citan el capítulo III de la Manifestación: “el proyecto incidirá de alguna forma en la conservación del régimen hídrico de este sitio particular de la cuenca al impedir en su planteamiento geométrico la ocupación de suelo en áreas adicionales fuera del derecho de vía actual de la vialidad del Periférico”.

Para la UCCS, es claro que el promovente considera que la obra está dedicada a la recuperación de cuencas. “Su argumento se basa en que conservarán por medio de la destrucción: una aseveración absurda porque se aumentará la fragmentación, el efecto barrera y el efecto borde en la zona, lo que podría aislar definitivamente la Ciénaga Grande del resto del sistema lacustre, y con ello poner en riesgo a las poblaciones de 212 especies de aves que habitan en la Ciénaga Grande, de las cuales una se encuentra en peligro de extinción, tres amenazadas y cuatro bajo protección especial (NOM-059-SEMARNAT-2010)”.

El Decreto que contiene el Programa Delegacional de Desarrollo Urbano para la Delegación Xochimilco deja en claro que la demarcación es de gran importancia en el contexto metropolitano, debido a que el 80 por ciento de su territorio es suelo de conservación y representa el 6 por ciento del de la capital, además de ser una de las principales fuentes generadoras de agua para la Ciudad de México.

Xochimilco es un humedal permanente, remanente del lago que caracterizaba a la Cuenca de México cuando, temporalmente, se fusionaban los lagos de Xochimilco, Chalco, Xaltocan, Zumpango, Tenochtitlan y Texcoco.

De acuerdo con el Programa de Manejo, los humedales constituyen el 6 por ciento de la superficie del planeta y su conservación es de vital importancia, debido a que actúan como sistemas de filtración, estabilizan las capas freáticas al detener la lluvia y liberar el agua lentamente, además de que son depósitos naturales para el control de las inundaciones.

Actualmente, el sistema lacustre de Xochimilco se encuentra reducido a canales, apantles, lagunas permanentes y de temporal, cuya profundidad varía de los 60 centímetros en canales y zonas inundadas, hasta profundidades de 3 a 6 metros en lagunas.

Se estima que los canales interconectados suman alrededor de 203 kilómetros de longitud. Son alimentados de manera artificial con aguas residuales que son tratadas en las plantas del Cerro de la Estrella, San Luis Tlaxialtemalco y San Lorenzo Tezonco.

El canal serpenteante –de 870 metros de largo por 5 metros de ancho, aproximadamente– forma parte del sistema de humedales, lo alimenta el Parque Ecológico. “Es un canal vivo. Mantiene la conectividad entre la zona norte y la zona sur. Su permanencia fue una decisión tomada durante el diseño del Periférico y el Parque Ecológico Xochimilco”, explica el biólogo Fernando Córdova Tapia, integrante de la UCCS.

El cuerpo de agua se encuentra bajo la protección del Plan Rector de las Áreas Naturales Protegidas del Distrito Federal que prohíbe “alterar o rellenar cursos de agua, y cualquier otra actividad que interrumpa o afecte el sistema hidrológico del ANP”; y el Plan Verde de la Ciudad de México, que en teoría establece como una de sus acciones principales “consolidar la vocación lacustre y de regulación hídrica de la zona”.

Tala de árboles

Con la Autopista Urbana Oriente, señalan los científicos agrupados en la UCCS, se pone en riesgo a 1 mil 437 árboles (604 dentro del ANP) que el proyecto contempla derribar y que son considerados Monumentos Urbanísticos por la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Urbanístico y Arquitectónico del Distrito Federal. Se trata de cedros, ahuejotes, ahuehuetes, fresnos y sauces.

Aunque la Manifestación presenta un Programa de Restitución y Restauración del Arbolado que contempla la restitución de 2.7 árboles por cada uno de los talados, para la UCCS no representa garantía alguna: “la siembra de árboles con las características mínimas es una práctica común en este tipo de proyectos”.

Según el análisis realizado por la UCCS, “para restituir el volumen derribado sería necesario plantar 364 mil 134 individuos […]. El promovente declara que durante el Programa de Restitución del Arbolado no se respetará la distancia mínima recomendada entre dos individuos; esto significa que la mayoría de los 3 mil 888 árboles que se plantarán están destinados a la muerte en el mediano plazo debido a la competencia por energía solar, nutrientes y espacio. Con base en los dos argumentos previos concluimos que esta medida de compensación es totalmente inadecuada”.

En entrevista con Contralínea, Miguel Ángel Cancino, titular de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) del Distrito Federal, reconoce que la compensación es uno de los temas más sensibles, y asegura que tanto la instancia a su cargo como la Secretaría del Medio Ambiente dan seguimiento a las medidas.

Axolote, en riesgo

Fernando Córdova, integrante de la UCCS, subraya que la autopista podría dar paso al crecimiento de la mancha urbana en Xochimilco o incluso a megaproyectos, como el Acuario y Delfinario que había anunciado Marcelo Ebrard en 2006, como parte de un proyecto de “rescate” que incluía edificaciones de hoteles y nuevas vialidades. “Amenazas constantes para el axolote”, refiere Córdova Tapia, también colaborador en el Laboratorio de Restauración Ecológica de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien explica que la principal línea de investigación del Laboratorio es Xochimilco.

A través de un vasto trabajo en la zona, los científicos, liderados por Luis Zambrano, han logrado documentar la drástica reducción de ejemplares de axolotes (Ambystoma mexicanum) en los canales de Xochimilco, al grado de alertar sobre su posible extinción.

“El axolote es el indicador” de la salud de Xochimilco, señala Córdova Tapia. Según los datos arrojados en la primera parte del censo poblacional de axolotes realizado por el grupo de trabajo en 2013 en los canales de Xochimilco, no se encontró un solo ejemplar.

En 1998 Virginia Graue, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, documentó la presencia de 6 mil ejemplares por kilómetro cuadrado; en 2003, el equipo encabezado por el doctor Luis Zambrano contabilizó 1 mil por kilómetro cuadrado; y en 2008, sólo se contaron 100 ejemplares por kilómetro cuadrado.

En enero de 2014, el equipo reinició el conteo que aún sigue en proceso. “Que no se encontraran no significa que no haya axolotes: deben pasar 20 años para que se declare a una especie extinta”, aclara el científico Fernando Tapia.

En la red de canales de Xochimilco, único hábitat del axolote, las principales amenazas son la calidad del agua (aguas residuales tratadas), la urbanización (no hay drenaje) y la introducción de especies exóticas, como la tilapia y la carpa, que son competidoras y depredadores del axolote. “Se introdujeron para impulsar la pesca, pero no tienen depredadores naturales, se convirtieron en plaga, compiten con el axolote, depredan su alimento, los huevos y a los axolotes pequeños”.

Adicionalmente al conteo, el grupo impulsa la recuperación del axolote en su hábitat natural a través de tres acciones: la reducción de especies exóticas (“cada vez que se introduce la red, sacan 1 o 2 toneladas de carpa y tilapia; se hace harina, composta o alimento procesado”), la construcción de refugios y la recuperación de la chinampería.

Fragmentación de impactos ambientales

El título de concesión fue otorgado a la empresa Concesionaria Urbana Arco Oriente, SA de CV, por 14.877 kilómetros; sin embargo, la Manifestación corresponde únicamente a 5.31 kilómetros de la vialidad (de Muyuguarda hasta la calle Bilbao): el 35.69 por ciento de la obra.

“Al fragmentar el proyecto se corre el riesgo de evaluar únicamente los impactos puntuales y no los impactos regionales”, señala la UCCS. Agrega Fernando Córdova que fragmentar las Manifestaciones de Impacto Ambiental es una práctica común en proyectos de todo el país para aparentar menor impacto ambiental.

Por su parte, el procurador ambiental de la Ciudad de México, Miguel Ángel Cancino Aguilar, considera necesario que la concesionaria muestre una Manifestación de Impacto Ambiental que agrupe los impactos que causará la totalidad de la obra. “Si te dan sólo una parte, están siendo parciales”.

Pese a que la construcción y explotación de la autopista ya fue concesionada, la Manifestación de Impacto Ambiental, de apenas un tramo de la obra, fue retirada por las autoridades tras un foro realizado a petición de académicos e investigadores en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, el 30 de julio de 2013.

“La Manifestación de Impacto Ambiental de la Supervía Oriente probó no ser un instrumento suficiente para informar a la autoridad y la sociedad sobre los impactos ambientales del proyecto. Por lo tanto debe volverse a hacer contemplando la obra completa e incluyendo los efectos indirectos de esta construcción”, concluyó dicho foro.

“Para la Secretaría, las opiniones de los expertos fueron sólidas”, relata Fernando Córdova Tapia.

Al conversatorio asistió Tanya Müller García, secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal, acompañada de Rubén Lazos, director de Regulación Ambiental, dependencia a cargo de la SMA local.

Se espera que en los próximos días la empresa entregue un documento nuevo que será sometido a evaluación.

—¿Hay garantía de que la nueva manifestación englobe los 15 kilómetros? –se le pregunta al titular de la Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial del Distrito Federal, Miguel Ángel Cancino Aguilar.

—Nosotros esperamos que sí.

—¿La PAOT puede obligarlos a que entreguen una manifestación completa?

—Hasta saber qué es lo que van a presentar. Aquí [con la primera MIA] sí [les] hicimos saber que la Manifestación debe ser integral… En la PAOT tenemos la intención de dar seguimiento a obra pública para hacer cumplir la ley.

De acuerdo con Jorge Fuentes Martínez, enlace de comunicación social de la SMA capitalina, no existe plazo de tiempo para que la empresa ingrese una nueva manifestación de impacto ambiental y tampoco un número determinado de intentos.

La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial inició una investigación de oficio el 24 de junio de 2013 bajo el expediente PAOT-2013-IO-70-SPA-22 que se mantiene detenida, refiere el propio procurador.

“Vamos a esperar a ver que el proyecto que se presente cumpla con la legislación urbana y ambiental, que la propuesta sobre la zona del ANP sea la menos fuerte, que esté debidamente justificada y que tenga las medidas de compensación adecuadas; lo demás es especular”, dice el procurador Cancino Aguilar.

—¿Ustedes aceptarían que la vialidad pasara por abajo o por arriba del ANP? –se le pregunta.

—Hasta saber la propuesta… Hasta tener claro cuál es el proyecto, cuáles son las bases técnicas y jurídicas, en ese momento nosotros podemos opinar.

—¿Es una posibilidad que no se realice el proyecto?

—Sí, si no cumple con la normatividad ambiental y urbana.

—¿Como Procuraduría tendrían posibilidades de detener el proyecto?

—Nosotros no somos autoridad sancionadora. Cuando identificamos irregularidades o que no se está apegado al derecho, le solicitamos a la autoridad que actúe. A veces presentamos demandas ante el Tribunal Contencioso para suspender obras. No lo hacemos directamente, pero buscamos cómo.

Para el procurador, en la toma de decisiones será indispensable que tanto la sociedad como los investigadores, académicos, especialistas, autoridades y todo aquel interesado en la Autopista tenga a su disposición información técnica y jurídica clara: “La legislación así lo prevé y ojalá sometan el proyecto a una consulta pública”.

—¿Cuál es la posición de la Procuraduría frente a la construcción de vías de peaje en la ciudad?

—Institucionalmente nos toca ver que se cumpla la normatividad, no podemos caer en subjetividades. Son parte de los retos de la sustentabilidad.

Según declaraciones de Tanya Müller, titular de la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal, recogidas por el periódico Reforma en agosto de 2013, la dependencia a su cargo evalúa la desincorporación “del Periférico” del ANP: “Tenemos que poner en contexto que el Periférico es parte de la poligonal de una Área Natural Protegida, a pesar de que ya está impactado. Se tuvo que haber desincorporado desde hace mucho y eso es algo que vamos a buscar hacer, porque está impactada desde hace más de 40 años y ya no tiene las condiciones de un área protegida”.

Que una zona sea declarada bajo alguna de las categorías de protección “no quiere decir que no puedes hacer nada: quiere decir que puedes hacerlo si es que hay sustento técnico para ello; si cumples con los criterios que jurídicamente existen”, indica el procurador.

—¿Hay que preservar la zona?

—Por supuesto –reconoce Miguel Ángel Cancino en entrevista–. Es, además, patrimonio de la humanidad. Tenemos que ser consistentes. Un proyecto de este tipo tendrá que ser consistente con las políticas de conservación. Tenemos que salvaguardar todos los recursos de la zona, incluido el axolote.

Para la realización de este trabajo se solicitó entrevista con el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera; el titular de la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal, Héctor Serrano Cortés, y Alfredo Hernández García, a cargo de la Secretaría de Obras y Servicios. Al cierre de edición, no se obtuvo respuesta.

Contralínea también solicitó entrevista con Tanya Müller, secretaria del Medio Ambiente. Jorge Fuentes, enlace de comunicación social de la dependencia, dijo a este semanario, vía telefónica, que “no se están dando entrevistas de este tema”, dado que no ha ingresado la nueva manifestación de impacto ambiental.

 

 

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Contralínea 377 / 17 al 22 de marzo de 2014