Serguei Naryshkin, titular de la Duma rusa, señala que a pesar de todos los embates mediáticos contra Rusia, ésta se mantiene firme en la defensa de sus intereses y que no sólo mantendrá las relaciones con los países de América Latina, sino que las estrechará, pues ambas regiones pueden construir juntas mayor bienestar para sus pueblos
Odalys Buscarón Ochoa/Prensa Latina
Moscú, Rusia. Las relaciones diplomáticas de Rusia con América Latina se remontan al siglo XIX, en la mayoría de los casos, con un acercamiento gradual en las últimas décadas a las aspiraciones mutuas de un mundo multipolar y más seguro.
El interés ruso por lo que acontecía en el nuevo mundo o hemisferio occidental es asociado al emperador Alejandro I, quien recabó de los embajadores reportes regulares sobre los sucesos en México, tras el Grito de Dolores encabezado por el cura Miguel Hidalgo, y los aires libertarios en el Sur del Continente Americano.
Tales antecedentes de los nexos rusos con Latinoamérica están recogidos en actas, protocolos, memorias y fotos de archivos históricos, que fueron presentados recientemente por la Cancillería.
Al menos, los vínculos con Argentina y México tienen una historia más que centenaria, de 130 y 120 años, respectivamente, del establecimiento de relaciones, cuyos jubileos se celebran en 2015.
Colombia (80) y Cuba (55) son de los socios latinoamericanos que festejan igualmente un ciclo histórico de nexos con Rusia y la extinta Unión Soviética. El titular de la Duma estatal (Cámara de Diputados), Serguei Naryshkin, reconoce en entrevista exclusiva con Prensa Latina la importancia de la región para Rusia.
—Cuáles son los resultados de la cooperación de Rusia con países de Latinoamérica en los últimos años y cuáles son las perspectivas para las naciones con las cuales Moscú tiene vínculos más estrechos.
—Rusia mantiene relaciones diplomáticas con los 33 Estados de la región de América Latina y el Caribe. Este año celebramos el jubileo común con más de una decena, es decir, casi la mitad de los países latinoamericanos. Interactuamos de manera activa con nuestros socios del Continente, tanto en los formatos bilaterales como a instancias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y debo subrayar que en la mayoría de los temas de la agenda internacional nuestros criterios coinciden o se aproximan.
“Los latinoamericanos apoyan las prioridades de Rusia en la Asamblea General de la ONU, entre las que sobresalen las iniciativas para la seguridad de la información, las medidas de transparencia en el cosmos y contra la glorificación del nazismo. Con una serie de Estados nuestros nexos cobraron nivel de asociación estratégica, incluida Cuba y además Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela.
“Subrayo especialmente que pese a la diversidad de posiciones en Latinoamérica y [la] ambigüedad en algunos casos respecto a la situación en Ucrania y la reunificación de Crimea a Rusia, y las serias presiones de Estados Unidos y la Unión Europea, los latinoamericanos no se sumaron a las sanciones antirrusas. Lo valoramos muy en alto y saludamos la política independiente y pragmática de nuestros socios en la región.
“Quiero añadir que en América Latina trabajan muy activas las compañías nacionales en las esferas de la energía, el transporte, la metalurgia y pesca. Potenciamos asimismo la cooperación en otras áreas, como la humanitaria, contactos culturales y líneas estratégicas en sectores de altas tecnologías, como el cosmos, nanotecnología y el uso pacífico del átomo. El intercambio comercial con los países de América Latina y el Caribe ascendió en 2014 a unos 17.1 mil millones de dólares, con un potencial mucho mayor en la actualidad.”
—¿En qué situación se encuentran los nexos bilaterales de Rusia con Cuba y cuáles son las expectativas?
—Entre Rusia y Cuba se establecieron relaciones constructivas, auténticamente de socios, basadas en un sólido fundamento, lo cual corroboran los vínculos exitosos y la simpatía mutua que se remonta a muchos años. A pesar de la distancia geográfica que separa a los dos países, no existió nunca obstáculo para que siguiéramos el desarrollo de la vida del pueblo cubano y del destino del país. No faltó el apoyo nuestro a la aspiración de Cuba de preservar la libertad e independencia, mientras admirábamos la valentía de sus héroes nacionales. La Duma [Cámara de Diputados] estatal adoptó cada año por unanimidad las resoluciones de condena al bloqueo de Estados Unidos, y nuestro país respaldó en la Asamblea General de la ONU el reclamo de los cubanos al cese del embargo contra la isla.
“Este año celebramos el 55 aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas ruso-cubanas, las cuales fueron interrumpidas apenas poco tiempo (de 1952 a 1960), desde que se establecieron hace más de 1 siglo, en 1902. Los vínculos ruso-cubanos se desarrollaron en los últimos 20 años muy dinámicos, incluso en todas las direcciones de la cooperación, desde contactos políticos al más alto nivel hasta proyectos conjuntos en las áreas económicas, turismo y cultura. Lamentablemente, el intercambio comercial experimentó en 2014 una sensible reducción (12 por ciento), a 163 millones de dólares, pero creo que esa tendencia no nos conviene y no corresponde a los intereses mutuos. Tenemos que pensar juntos cómo fomentar el comercio y las inversiones y qué podrían hacer en ese caso los parlamentos de los dos países.
—¿Qué valoración tiene del desarrollo de los vínculos entre la Duma estatal y el Parlamento Latinoamericano (Parlatino)?
—Considero los nexos interparlamentarios un importante componente de las relaciones ruso-latinoamericanas, que se encuentran hoy en ascenso. Crecen los contactos por los canales parlamentarios y cada vez son más notables los impactos políticos. Vale destacar que en mayo de 2013, en la presente legislatura, por primera vez en más de 1 década se realizaron las audiencias en la Duma dedicadas a América Latina. En los últimos 2 años, delegaciones de la Cámara baja visitaron Brasil, Cuba, México, Nicaragua, El Salvador, Panamá y Uruguay; y al mismo tiempo grupos parlamentarios de Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, El Salvador y Uruguay estuvieron en Rusia.
“Con respecto al Parlatino, debo decir que mantenemos una relación de respeto a la actividad de esa importante institución interparlamentaria. Prestamos mucho interés al seguimiento de su trabajo y nos esforzamos por fortalecer los contactos. En noviembre de 2013, el presidente del Parlamento Latinoamericano, Elías Castillo, participó en el II Foro Parlamentario en Moscú, ocasión en que pude conversar con él. Durante su visita suscribimos, con la presencia también de la titular del Consejo de la Federación, Valentina Matvienko, un Convenio de Cooperación entre la Asamblea Federal y el Parlatino. Considero ese acuerdo una buena base para el desarrollo ulterior de nuestra cooperación. Valdría la pena, incluso, pensar en la creación de una asamblea parlamentaria ruso-latinoamericana como mecanismo permanente de diálogo y cooperación en torno a un amplio espectro de temas que representan interés mutuo.”
—¿ Cuál es la situación actual del proceso de integración de Rusia y sus vecinos del espacio postsoviético?
—Rusia en verdad está interesada en avanzar con la integración económica euroasiática. También es cierto que los Estados independientes del espacio postsoviético son libres de escoger su camino; sin embargo, entre ellos y Rusia se conservó un sinnúmero de fuertes hilos de colaboración. Se mantiene una cooperación estrecha entre las empresas industriales: a ambos lados de las fronteras viven familiares y cada año vienen a trabajar y a residir en nuestro territorio millones de personas originarias de los países de la Comunidad de Estados Independientes. Por ello se hace necesaria la integración euroasiática. Lo dicta la propia lógica del desarrollo de este inmenso espacio. De ahí, también la máxima de que una cooperación más estrecha de Rusia con los socios vecinos nos hará más competitivos, exitosos y con una mayor calidad de vida. Subrayo: se trata en primer lugar de una integración económica y no supone renunciar a la soberanía o verse obligado a ingresar en agrupaciones antes mencionadas como el Estado Unificado o la UEE. Cabe reconocer que esos dos ejemplos representan las dos formas más avanzadas de integración en la región. Las dos se complementan orgánicamente, en tanto la experiencia ruso-bielorrusa en la construcción de un Estado unificado ayuda en un proyecto más amplio como la UEE, en el que participan además Armenia y Kazajstán. La UEE existe apenas hace 5 meses [desde el 1 de enero de 2015]; estamos dando los primeros pasos para configurar un mercado común de trabajo, de capitales, mercancías y servicios. Estoy convencido en que las perspectivas son muy buenas.
“En lo concerniente a un Parlamento Euroasiático, es una cuestión que todavía no se ha planteado, aunque los órganos nacionales del Poder Legislativo trabajan en contacto estrecho. Pienso que como resultado final transitaremos a la necesidad de una institución parlamentaria común, lo cual deberá emanar del propio desarrollo de la base normativa de la UEE.”
—¿En qué situación se encuentran las relaciones de Rusiacon los países europeos? ¿Cuáles son las perspectivas y los problemas con el trasfondo de las sanciones, la retórica antirrusa y la guerra mediática?
—La crisis en Ucrania, con agudo carácter político interno, fue usada de manera descarada por Estados Unidos como pretexto para desatar una campaña antirrusa y usurpar nuevas zonas influencias. También con el fin de empujar las negociaciones para la creación de asociaciones trasatlántica y transpacífico, intimidando a los países de la Unión Europea y de la región Asia-Pacífico con la imaginaria amenaza rusa. Esos dos proyectos globales suponen reglas comerciales e inversionistas privilegiadas para los participantes y considerando su peso en el producto global, las consecuencias y riesgos para la estructura de todo el comercio mundial serían impredecibles. Sin embargo, los hechos relacionados con el golpe de Estado en Kiev, los crímenes de guerra de las tropas gubernamentales en el Sureste ucraniano y la persecución y asesinatos de oponentes políticos del nuevo régimen, en Occidente se muestran entre paréntesis. Mientras, a Rusia la acusan falsamente sin pruebas de todos los pecados, y en los medios masivos de comunicación occidentales se vierten los flujos de mentiras y se bloquea la información confiable.
“Todo ello ha tenido un notorio reflejo en las relaciones de Rusia con países europeos, y de la Unión Europea, en particular. Confío en que tarde o temprano los nexos puedan restablecerse, pero ahora no viven los mejores tiempos, y no ha sido nuestra elección. Secundando a Estados Unidos, los socios europeos hicieron una serie de pasos hostiles, torpes con relación a nuestro país. Esas sanciones fueron impuestas sin una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU y al margen de las normas de la Organización Mundial de Comercio.
“Y es que resulta más que un extraño comportamiento esos métodos de sanciones, con el trasfondo de las intenciones de Estados Unidos de normalizar las relaciones con Cuba. Lo absurdo e inútil de esos métodos ha sido incluso admitido por sus propios autores. Nosotros, por supuesto, acogemos con beneplácito tales manifestaciones de sentido común de los políticos de Washington. Cuba y Rusia experimentaron el obsesivo deseo de Estados Unidos de intentar aislar y de discriminar a aquellos países que resultaban incómodos o, mejor dicho, rebeldes. Puedo asegurar que Rusia no se asustará de la presión externa y no traicionará los intereses nacionales ni de los amigos. Valoramos muy en alto la posición honesta e independiente de Cuba, de apoyo a Rusia por la crisis ucraniana, durante la votación de una resolución en la Asamblea General de la ONU, en marzo de 2014.”
—¿Cuáles son los principales conflictos en el mundo?
—Nuestros enfoques [con Cuba y Latinoamérica] hacia los problemas internacionales son muy próximos o coinciden. Partimos como prioridad de una solución pacífica de cualquier conflicto y de no admitir injerencia externa alguna en los asuntos soberanos de los Estados. Consideramos igualmente inaceptable que se exacerben los conflictos socio-políticos y entre nacionalidades y etnias, y sean provocados cambios de regímenes por la vía anticonstitucional. Sólo los esfuerzos colectivos, y no los unilaterales, con participación de toda la comunidad internacional bajo la égida del Consejo de Seguridad de la ONU podrían dar un efecto positivo en la solución de problemas complejos.
“Las crisis en los citados países tienen sus premisas y especificidades. Pero las une un aspecto común: el negativo papel de Estados Unidos, sobre el cual recae la responsabilidad por millares de muertes inocentes en la otrora Yugoslavia, Irak, Libia y Siria. Bajo consignas de ‘democracia o lucha contra el terrorismo’, ellos [los estadunidenses] han contribuido a la destrucción de instituciones del Estado y de modos tradicionales sociales, conduciendo al caos, a la anarquía, la violencia y a las catástrofes humanitarias. Seguimos con preocupación cómo se enciende el fuego yemení.
“No puede apostarse de ninguna manera a soluciones militares, ante una situación que amenaza en convertirse en una confrontación religiosa a gran escala y en una prolongada desestabilización de una región poderosa del planeta. Solo mediante negociaciones podrá realmente frenarse el baño de sangre y hallarse una senda hacia una paz duradera, ya sea en Yemen o en Ucrania.
“Los éxitos de las negociaciones en Lausana [Suiza] en torno al programa nuclear iraní reafirman que a través del diálogo pueden resolverse las más difíciles cuestiones.”
—Cuáles son sus puntos de vista acerca de la ley adoptada por la Suprema Rada ucraniana (Parlamento) que reconoce al Ejército Insurgente de Ucrania como un movimiento de liberación nacional y de glorificación en la Ucrania actual de los colaboracionistas en los años de la Gran Guerra Patria. ¿Significa ello igualar la ideología soviética (comunismo) con el nazismo alemán? Valoración de los intentos de revisión de los resultados de la Segunda Guerra Mundial.
—Precisamente lo que se intenta hacer es igualar al comunismo con el nazismo y, de hecho, tergiversar los resultados de la Segunda Guerra Mundial. La Suprema Rada actual, elegida tras la oleada del golpe de Estado en Kiev, sin participación de una serie de fuerzas políticas y millones de electores, ya hizo ver sus decisiones dudosas y absurdas. Por ejemplo, llamó oficialmente a Rusia país agresor, cuando al mismo tiempo, Kiev, como si nada pasara, exige descuentos por el gas ruso. Pero incluso otra cosa es peor. Los actos legislativos [leyes] antes mencionados no sólo tergiversan la historia y contradicen las decisiones del tribunal de Nuremberg. Son en extremo peligrosos, en tanto exacerban la escalada del conflicto interno en la propia sociedad ucraniana.
“La Gran Guerra Patria transcurrió de manera cruel y dejó severos estragos en todo el territorio de Ucrania, por lo que la memoria histórica de los verdaderos héroes y de los traidores está viva en los corazones de mucha gente. No podrá borrarse con malabares de hechos y nombres en los manuales escolares. Menos aún, una ley que obligue a las personas a olvidar a las víctimas del fascismo y glorificar a los verdugos. Semejante política apartará, sin duda, a Ucrania de aquellos países que nunca entenderán y no aceptarán los intentos de poner un signo de igual entre el fascismo y el comunismo.”
Odalys Buscarón Ochoa/Prensa Latina
El titular de la Duma estatal, Serguei Naryshkin, preside también la Sociedad Histórica Rusa.
[Sección: Línea Global]
Contralínea 438 / del 01 al 07 de Junio 2015