Los militares trabajan en silencio pero más rápidamente de lo que dejan ver los discursos políticos. Estados Unidos y la OTAN creyeron que podían acorralar a Rusia y que si lo hacían rápido no dejarían reaccionar a la también potencia nuclear. Ahora que las tropas estadunidenses, británicas y de otras naciones occidentales están en las puertas de Rusia, el gigante euroasiático ya las espera con equivalente tecnología militar. Se ha desatado una nueva carrera armamentista y se incrementan los presupuestos militares de rusos, estadunidenses, británicos y franceses. Crecen las probabilidades de una catastrófica guerra más aún que en la mayoría de años que duró la Guerra Fría
Jorge Petinaud Martínez/Prensa Latina
Moscú, Rusia. La inminente realidad de que tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se emplacen permanentemente en países fronterizos con Rusia incrementa las tensiones entre ambos contendientes, a una escala superior a la de los tiempos de la Guerra Fría.
Recientemente, el gobierno ucraniano presentó a la Suprema Rada (parlamento unicameral) un proyecto de ley que propone abolir el estatus de país no alineado y gestionar la integración al Tratado noratlántico.
Arseni Yatseniuk, primer ministro, aseguró que la iniciativa pretende enmendar la norma que establece “como objetivo principal y único de la política exterior ucraniana ser miembro de la Unión Europea”.
Explicó el jefe de gabinete ministerial que el proyecto introducido en la cámara legislativa propiciará iniciar la ruta hacia la adhesión al pacto político-militar de Estados Unidos y sus aliados en el viejo continente.
Resaltó, al mismo tiempo, que el texto vetará la membresía de Kiev en cualquier otra alianza económica, política o militar contraria al objetivo principal de Ucrania de ser miembro de la Unión Europea.
Tras la aprobación de esta ley, Ucrania no podrá ser miembro de la Unión Aduanera, la Unión Eurasiática y otras, llamadas “uniones de diversos tipos, que en esencia no son otra cosa que la Unión Soviética de la Federación de Rusia”, expresó.
El jefe del Ejecutivo ucraniano solicitó al presidente Petró Poroshenko clasificar este proyecto de ley como impostergable, según lo determina una resolución del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, y pidió al parlamento debatirla de inmediato.
Planes contra Rusia
Por su parte, Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, declaró de inmediato que ese bloque reconocerá la decisión de Kiev de renunciar a la condición de no alineado y la posible adhesión a la alianza, según reportes de la agencia ucraniana Ukrinform.
Respetamos plenamente la decisión ucraniana en cuanto a la política de seguridad y de unirse a la alianza, añadió. Ucrania será miembro de la OTAN si cumple los requisitos necesarios como expresó en la Cumbre de Bucarest en 2008, concluyó el secretario general del bloque.
La oficina de Rasmussen confirmó recientemente que por primera vez serán desplegadas tropas en nuevas bases emplazadas en países de Europa del Este, cuyas fronteras colindan con Rusia.
Sostuvo la fuente que el despliegue puede efectuarse de inmediato, porque durante los primeros días de septiembre habría sesionado en Gales una cumbre de la OTAN, en la cual las partes trataron de zanjar discrepancias para desplegar tropas en la frontera con Rusia.
El diario Financial Times informó que siete miembros del pacto occidental pretenden crear una división castrense universal de 10 mil soldados capaces de realizar un despliegue rápido en cualquier eventual operación terrestre, naval o aérea para enfrentar a Rusia.
Según la fuente, el Reino Unido reclama el liderazgo de ese comando con el que se comprometieron Estonia, Lituania, Dinamarca, Noruega y Países Bajos. Canadá expresó la disposición de sumar fuerzas y medios a esta falange.
Según palabras de Rasmussen, la cumbre de Gales tiene el objetivo central de aportar una estrategia a largo plazo de reforzamiento de la presencia de las tropas de la OTAN en Europa del Este.
Por el momento, se desconocen los detalles de esa estrategia, pero sobre todo en Washington y Londres, voces del Ejecutivo y de mandos militares han insistido en un plan de entrenamiento intensivo de las fuerzas de reacción rápida que ya existen con los recursos correspondientes.
La supuesta presencia rusa en el conflicto originado en el Oeste de Ucrania tras la ruptura del orden constitucional el 22 de febrero por los actuales gobernantes de Kiev con el respaldo de Occidente, es el pretexto justificativo de la OTAN en el reforzamiento de su presencia en Europa Oriental.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, ha reiterado que repetidamente se acusa a Rusia de invadir a Ucrania, pero nadie ha presentado pruebas.
No es la primera vez que se escuchan acusaciones dirigidas contra nosotros, que nos culpan por todo, criticó recientemente el ministro de Asuntos Exteriores.
Insistió, sin embargo, en que ningún hecho concreto ha sido presentado sobre una supuesta invasión ni con respecto de cualquier otro asunto.
Parece que ocultar los hechos sobre lo que ocurre en Ucrania es característico de Estados Unidos y algunos países europeos, recalcó el jefe de la diplomacia rusa.
A pesar de que ningún gobernante ni los servicios especiales de Occidente presentaron una sola prueba definitiva de la presencia militar de Rusia en Ucrania, las amenazas de la OTAN y el respaldo de los integrantes del bloque a la violencia de Kiev contra las regiones del Sureste obliga a Moscú a preparar las respuestas correspondientes.
La actual realidad coloca a Rusia ante una situación más peligrosa que la existente desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta 1991, cuando las fronteras del Pacto de Varsovia se extendían a Lituania, Estonia, Letonia, Polonia, Rumania, Bulgaria, Hungría y Checoslovaquia, además del resto de los territorios soviéticos.
Otras naciones cercanas a Rusia, hoy en la órbita de la alianza noratlántica como Suecia y Finlandia, eran muy cuidadosas entonces al proclamar su neutralidad y buena vecindad con la otrora poderosa Unión Soviética.
La agresividad de la OTAN contra la Federación eurasiática estimula actitudes verdaderamente agresivas, como la reciente propuesta de las autoridades de Estonia para crear en esa república exsoviética un centro de ciberguerra del bloque contra la colindante Rusia, o el más reciente cierre del espacio aéreo polaco al avión gubernamental del ministro de Defensa ruso, general de Ejército, Serguéi Shoigú, al regreso de un viaje de trabajo a Eslovaquia.
En la Reunión Internacional de Seguridad de Munich, Alemania, en febrero de 2007, el presidente Vladimir Putin denunció la creciente expansión de la OTAN hacia las proximidades de Rusia, pese a la desaparición del Pacto de Varsovia.
Recordó que Moscú había replegado hacia el interior de su territorio parte de sus fuerzas convencionales en cumplimiento de acuerdos para disminuir tensiones en las fronteras europeas, sin obtener una respuesta similar de la contraparte.
Con firmeza, advirtió entonces que Moscú iniciaría un rearme si el bloque occidental continuaba la aproximación de sus fuerzas y medios hacia la cercanía de la Federación de Rusia.
Alertó entonces el mandatario contra el peligro que Rusia veía en el sistema de defensa antimisiles (Dam) de Estados Unidos en Europa, y aseguró que si no recibía garantías jurídicas de cumplimiento obligatorio de que no apuntaba contra Moscú daría una respuesta adecuada.
La ausencia de esas garantías y la continuidad de la expansión de las fuerzas de la OTAN hacia el Este europeo estimularon el diseño de un plan de modernización de las Fuerzas Armadas hasta 2020, que está en ejecución.
Como parte de ese programa, Rusia ya igualó a Estados Unidos en la creación de armamento hipersónico –cinco veces más veloz que el sonido–como aseguró recientemente en entrevista televisada el viceprimer ministro, Dmitri Rogozin, supervisor gubernamental de la industria nacional de defensa.
El incremento de las amenazas noratlánticas en el Mar Negro y el Báltico y la solicitud ucraniana de incorporación a la OTAN, evidencian el camino que se le impone al Kremlin.
Putin ha reiterado que las Tropas Coheteriles Estratégicas (TCE) como factor fundamental de disuasión nuclear continuarán recibiendo novedosos sistemas de emplazamiento en silos y en plataformas móviles para complementar una triada respetable junto a los arsenales atómicos de la Aviación y la Armada.
El mandatario informó a inicios de 2014 que las TCE recibirían otros 22 nuevos misiles balísticos intercontinentales (MBI) de emplazamiento terrestre.
Durante una reunión dedicada al desarrollo de estas fuerzas, el estadista ratificó que el principal componente de los efectivos estratégicos nucleares seguirá teniendo respaldo prioritario en el futuro.
Subrayó que las TCE deben ser capaces de superar cualquier sistema de defensa antimisiles, tanto actual como perspectivo.
En consonancia con esta indicación, el ministro de Finanzas de Rusia, Antón Siluanov, presentó en el Senado un anteproyecto de presupuestos que para 2014 y el bienio 2015-2016 prevé incrementar los gastos de defensa en más del 18 por ciento.
Para 2014, el acápite defensivo comprende un gasto en rublos equivalente a 40 mil 113 millones de dólares, 18.4 puntos porcentuales más que en 2013, confirma un informe del Comité de Defensa de la Duma (cámara de diputados).
La propuesta para 2014 en materia de gastos de defensa representa el 17.8 por ciento respecto a todo el presupuesto. Debe crecer a 19.7 puntos porcentuales en 2015 y llegar hasta 20.6 puntos sobre 100 en 2016, se informó.
Para preservar la paridad disuasoria nuclear con Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, Moscú destinará un incremento del 58 por ciento en el trienio; y de 29 mil 290 millones de rublos (casi 1 mil millones de dólares) dedicado a esta esfera en 2013, pasará a más de 1 mil 500 millones en 2016.
Ejercicios en 2014
En medio de las amenazas que percibe Rusia de la contraparte occidental, el 1 de junio pasado las Fuerzas de Defensa Aeroespacial comenzaron los entrenamientos estivales que culminarán a finales del otoño, según el coronel Alexei Zolotujin, portavoz de la cartera de Defensa.
Durante el semestre, los efectivos de este cuerpo armado deberán realizar 15 ejercicios que el oficial calificó de “importantes” en declaraciones a la agencia de noticias Novosti.
Se prevé realizar más de 10 maniobras y entrenamientos de mando y control, así como ejercicios prácticos con tiro real en el polígono Ashuluk (provincia de Astracán) con la participación de sistemas antimisiles S-400 Triumf y complejos antiaéreos de cañón-misil Pantsir-S.
Zolotujin enfatizó en que una prioridad incondicional es la realización del calendario de lanzamientos de vectores espaciales militares y de doble uso, al igual que de cohetes balísticos intercontinentales.
El general Víctor Yesin, exjefe del Estado Mayor de las TCE, por su parte, descartó que un misil modernizado como el denominado RS-26 viole el tratado ruso-estadunidense para la eliminación de proyectiles de mediano y corto alcance.
Moscú notificó en su momento a la contraparte estadunidense comprometida en el tercer Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III, siglas del inglés Strategic Arms Reduction Treaty) sobre los trabajos de modernización del cohete intercontinental RS-24, aseguró el experto.
En declaraciones a medios rusos de prensa, el coronel general (retirado) explicó que en su nueva versión el proyectil recibe la denominación de RS-26.
Se hizo una demostración a la contraparte estadunidense con un disparo desde el cosmódromo de Plesetsk que impactó en un blanco ubicado a 6 mil 300 kilómetros en el polígono de Kura, en Kamchatka, sostuvo.
Participante en la redacción del START-III, Yesin explicó que Estados Unidos invierte grandes recursos en la creación de armamentos hipersónicos, pero indicó que Rusia no se ha quedado rezagada al respecto.
En el Mar Negro
El alto mando de la Armada rusa, en tanto, confirmó recientemente que la Flota del Mar Negro incorporará durante 2014 dos submarinos del proyecto denominado 636.3 clase Varshavianka, calificados por la OTAN como “agujeros negros” por su difícil localización.
Los sumergibles Novorossisk y Rostov del Don serán las dos primeras unidades de propulsión diesel-eléctrica que reforzarán este cuerpo armado, según el almirante Víctor Chirkov, jefe de la Marina de Guerra de Rusia.
Como parte del plan de rearme del Kremlin hasta 2020, Moscú proyecta construir seis sumergibles de este tipo antes de 2016 para incorporarlos a la Flota del Mar Negro (FMN), cuyo Estado Mayor radica en la ciudad federal de Sebastopol, península de Crimea, tras la reciente reunificación con Rusia.
La ruptura del orden constitucional en Kiev llevó a la república autónoma de Crimea y a la ciudad de Sebastopol a realizar un referendo el 16 de marzo en el cual el 96.77 por ciento de los votantes (83 por ciento de todo el padrón) respaldaron la reunificación con la Federación eurasiática.
Crimea fue parte de Rusia entre 1783 y 1954, cuando por decisión del Partido Comunista de la Unión Soviética fue colocada bajo la jurisdicción de la entonces República Socialista Soviética de Ucrania.
El respaldo de Moscú a la decisión de los crimeos provocó un mayor deterioro de los nexos entre Moscú y la OTAN, ya afectados por la creciente presencia de fuerzas y medios bélicos de Washington en Europa del Este.
Al referirse a las embarcaciones de ataque del proyecto denominado 636.3 clase Varshavianka, Chirkov explicó que corresponden a una tercera generación de submarinos que desplazan 3 mil 200 toneladas, pueden alcanzar una velocidad de 20 nudos y descender a 300 metros de profundidad.
Artillados con seis tubos lanzatorpedos de 553 milímetros, minas y sistemas coheteriles Kalibr, sus medios de detección identifican la presencia enemiga a distancias cuatro veces superiores al alcance de submarinos similares de otros países, según las fuentes.
El almirante informó que antes de que el año concluya también entrarán en disposición combativa dos barcos de asalto anfibio del tipo denominado Granóchok, seis naves logísticas y dos fragatas.
Igualmente en 2014, recordó el jerarca militar, esta Flota a cargo del flanco Sur y de la salida de Rusia hacia el Oeste recibirá la fragata Admiral Grogorovich, mientras que otra similar, la Admiral Essen, será botada en octubre para iniciar las pruebas de homologación.
Gracias a sus diversos sensores y armamento, este tipo de fragata diseñada en Rusia puede cumplir misiones antisubmarinas, de defensa antiaérea, combates de superficie y otras tareas menores.
El actual control por Rusia de todos los emplazamientos militares cercanos a Sebastopol permite a la Armada ampliar su infraestructura con otras instalaciones como la base naval de Donuzlav y varios aeródromos, se informó.
Ante la nueva coyuntura, los principales mandos del Ministerio de Defensa ruso han denunciado el creciente número de aviones, unidades navales y efectivos en los países del Mar Báltico, otros estados fronterizos y en el Mar Negro.
El Kremlin, por su parte, ante la evidente situación más peligrosa desde el punto de vista de la proximidad del enemigo que en los tiempos de la Guerra Fría, mantiene la orden de un rearme y modernización de sus Fuerzas Armadas hasta 2020 y la realización de maniobras e inspecciones sorpresivas a las tropas.
Las maniobras militares de la OTAN en la última década en cuatro países vecinos de Rusia reavivaron el espíritu de la Guerra Fría.
Una supuesta defensa contra la hipotética amenaza de los cohetes balísticos de Irán fue el pretexto de Washington para justificar la instalación del Dam en Rumania y Polonia, previsto para estar listo en 2015 y 2016, respectivamente.
Simultáneamente, el Pentágono informó que un acuerdo de Washington con Bucarest permitirá trasladar hacia esta nación cercana a la Federación eurasiática las operaciones que realizaba en la base aérea de Manas, en Kirguistán.
Las cláusulas del documento prevén, además, el despliegue en la nación exmiembro del Pacto de Varsovia de componentes del Dam en el viejo continente.
Ejercicios militares de la OTAN como los denominados Steadfast Jazz en fechas recientes han tenido como escenario principal los alrededores de la ciudad polaca de Drawsko Pomorskie, y la participación de tropas de las repúblicas exsoviéticas de Estonia, Letonia y Lituania.
A lo largo de 1 semana en esas maniobras, Estados Unidos y sus aliados del pacto político-militar occidental han movilizado a unos 6 mil efectivos de al menos 20 naciones.
Esos juegos de guerra han tenido como objetivo probar la eficacia de un plan de respuesta conjunta frente a una eventual intervención internacional o un ciberataque masivo.
Uno de los proyectos más peligrosos del Pentágono y sus aliados de la OTAN es el denominado Prompt Global Strike (PGS), cuya traducción al español podría ser Rápido Golpe Global.
El PGS fue diseñado para cumplir la misión de inutilizar en un ataque relámpago masivo los misiles intercontinentales emplazados en silos y en plataformas móviles en caso de una conflagración violenta.
Global Research, sitio digital canadiense, informó que la Fuerza Aérea estadunidense concluyó la construcción de nuevos arsenales en 13 bases aéreas de países europeos para almacenar en ellos bombas atómicas de alta precisión.
En medio de esta carrera armamentista, al referirse en términos cuantitativos a los desembolsos defensivos de Moscú en comparación con su contraparte occidental, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, destacó que es 14 veces inferior a lo que gastan en sus planes los miembros de la OTAN.
Respuesta de Rusia contemporánea
Putin ratificó la decisión de promover un rearme en gran escala con la firma de una ley que respalda la creación de la Fundación de Estudios Avanzados, institución promotora de proyectos de investigación y desarrollo.
Supeditada al Ejecutivo y al Ministerio de Defensa, la nueva estructura sustituyó a la comisión gubernamental para la industria defensiva y tiene el objetivo de impulsar un programa radical en materia militar, tecnológica y socioeconómica.
Para iniciar sus trabajos, contó con una plantilla de hasta 100 personas, y en una fase inicial impulsó unos 150 proyectos de investigación y desarrollo, en particular los de mayor riesgo en su realización.
En diciembre pasado, Rogozin advirtió que su país está preparado para dar un golpe atómico en caso de ser agredido, como prevé la actual Doctrina Militar de la Federación de Rusia.
Informó el vicetitular del gobierno que Moscú prepara una respuesta al programa del Pentágono PGS y ya fueron estudiadas más de 1 mil propuestas entre las cuales resultaron seleccionados 60 proyectos; de ellos, ocho son de prioridad máxima, precisó.
Washington quiere tener en disposición combativa en 2025 la estrategia PGS, con la cual espera aventajar a cualquier otro adversario nuclear. Que hagan los experimentos que quieran e instalen cargas no nucleares en misiles estratégicos, pero que tengan en cuenta que Rusia podrá recurrir al arma nuclear para defenderse, advirtió.
En una visita a la ciudad científica de Dubná, en mayo de 2012, Rogozin había reconocido un atraso considerable en las tecnologías hipersónicas en comparación con avances estadunidenses, situación contrastante con la ventaja que la entonces Unión Soviética mantuvo hasta fines de la década de 1980.
Sin embargo, a finales del año pasado aseguró que Rusia ya igualó a Estados Unidos en este terreno, lo cual permitirá crear misiles de combate multifuncionales para el período 2015-2018, según informó.
Fue explícito al resaltar la importancia de este tipo de armamentos capaces de incrementar la velocidad de respuesta y la energía cinética de los elementos destructivos, ampliar el alcance de los sistemas de combate y asegurar la invulnerabilidad ante interceptores como la Dam.
Al referirse a la industria defensiva rusa, confirmó que en la actualidad es la segunda exportadora planetaria de material bélico detrás de Estados Unidos.
Si tras el derrumbe de la Unión Soviética Moscú cedió terreno en la concurrencia dentro de este mercado al punto que hace 1 década las ventas sólo sumaban unos 5 mil millones de dólares, ya en 2012 llegaron a 12 mil 900 millones.
Fuentes del consorcio exportador Rosoboronexport reportan que en la actualidad existen pedidos superiores a los 35 mil millones de dólares, y en fase de estudio se encuentran contratos valorados en 20 mil millones.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, advirtió sobre el retroceso en las relaciones Rusia-OTAN, en particular por el despliegue del Dam, y deploró que la alianza respaldara ese proyecto sin considerar la preocupación legítima de Moscú.
Recordó, asimismo, el compromiso proclamado en reiteradas ocasiones por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) de no potenciar la seguridad propia a expensa de los demás.
Con igual lógica, se expresa el experto ruso en temas de seguridad Vladimir Kozin.
El hecho de que Rusia nunca se menciona como posible participante activo en el programa anticoheteril del Pentágono, prueba que dicha iniciativa tiene como único propósito destruir los cohetes balísticos intercontinentales de Rusia, comenta.
Según Kozin, Washington excluyó totalmente a Moscú de las negociaciones bilaterales en torno a sistemas tan importantes como los programas anticoheteriles, las armas antisatélites y los medios de golpe de alta precisión que pueden destruir blancos en cualquier parte del mundo.
Ante esta realidad, el Ministerio de Defensa ha informado que el programa armamentístico ruso hasta 2020 resolverá el problema del escudo antimisiles estadunidense.
En el próximo decenio, las Fuerzas Armadas recibirán 400 cohetes balísticos intercontinentales modernos basados en tierra y en unidades navales, ocho submarinos portamisiles estratégicos, cerca de 20 multifuncionales y más de 50 buques de guerra, se informó.
Según la cartera de Defensa, las tropas rusas contarán con cerca de 100 aparatos espaciales de uso militar, más de 600 aviones modernos entre los que figuran los de quinta generación, unos 1 mil helicópteros y más de 2 mil 300 tanques ultramodernos pasarán a formar parte de la dotación de las fuerzas del Kremlin.
Con el despliegue de 28 sistemas coheteriles S-400 se reforzará la defensa aeroespacial y 38 complejos de misiles Iskander-M de alta precisión podrán alcanzar objetivos ubicados hasta 500 kilómetros.
El disparo exitoso del prototipo de un nuevo misil balístico intercontinental y la entrada en operación del radar antimisiles Voronezh-M en Siberia constituyeron una de las primeras respuestas de Rusia a los acuerdos de la OTAN sobre la Dam.
La ojiva del misil, lanzado desde la base espacial de Plesetsk, alcanzó el blanco en un polígono de la península de Kamchatka, a miles de kilómetros.
A diferencia del Dniéper, capaz de detectar cohetes balísticos a sólo 2 mil 500 kilómetros de distancia, el Vorónezh-M alcanza los 6 mil kilómetros.
El jefe de las Tropas Coheteriles Estratégicas, general Serguéi Karakaev, reveló además que Moscú planea desarrollar para 2016 un cohete balístico intercontinental propulsado por combustible líquido, en sustitución del RS-20V Voevoda (Satanás, según la clasificación de la OTAN), considerado más poderoso que el R-36M2 Voevoda y que los Tópol-M, armas de quinta generación.
Todos los cohetes balísticos intercontinentales rusos basados en el mar, como los Bulava o en silos terrestres, como los Topol-M y los Yars, son impulsados hasta ahora por combustible sólido.
Karakaev aseguró que el nuevo cohete propulsado por combustible líquido garantizará la disuasión nuclear a largo plazo, y anticipó que también posibilitará crear un arma estratégica convencional de alta precisión y alcance prácticamente global.
Sin embargo, la eficacia de los misiles Voevoda, los más pesados del mundo, quedó ratificada cuando Rusia confirmó la decisión de prolongar hasta 2018 la vida operativa de esta arma creada en tiempos de la Unión Soviética.
Por varios años más se prolongará su plazo de servicio, a pesar de que entró en disposición combativa hace 24 años, con lo cual ya superó el 50 por ciento de su vida operativa, dijo el portavoz de las TCE, coronel Vadim Koval.
Con 36.5 metros de largo, 3 de ancho y 211 toneladas de peso, los Voevoda pueden transportar hasta 10 ojivas nucleares, cada una con un sistema de guiado autónomo.
La potencia excepcional de estos proyectiles les permite transportar un peso total de 8 mil 800 kilogramos a una distancia superior a los 10 mil kilómetros.
Misiles intercontinentales en trenes
Karakaev anticipó que Moscú dispondrá en 2020 de sistemas ferroviarios con misiles intercontinentales RS-24 dotados de ojivas de reentrada múltiple, camuflados en vagones contenedores. Será la respuesta rusa al programa PGS de Estados Unidos.
El jefe militar aclaró que las cabezas nucleares aportarán a cada convoy una potencia comparable a la de una división de misiles emplazados en silos terrestres, según la televisión.
Los bocetos del Sistema Ferroviario Misilístico de Combate, en fase de desarrollo por el Instituto Termotécnico de Moscú, estarán listos este año.
Karakaev explicó que el nuevo misil, impulsado por propelente sólido, fue diseñado sobre la base del RS-24 Yars (SS-29 en la clasificación de la OTAN), cuyo peso es de 47 toneladas.
Cada proyectil medirá 22.5 metros para poderlo enmascarar en lo que parecerá un vagón refrigerado corriente de 24 metros, idea puesta en práctica a partir de 1987 en la Unión Soviética, se informó.
Recordó el general que a partir de su entrada en disposición combativa en 1987, este tipo de armamento circulaba por las vías férreas de la Unión Soviética, y después de Rusia, como una ordinaria formación de carga con proyectiles RT-23 de 110 toneladas.
La fuente indicó que hasta 2005 las TCE contaron con 12 trenes de este tipo con 36 disparadores de cohetes balísticos intercontinentales, concentrados en las regiones de Kostromá, Perm y en el territorio de Krasnoyarsk, en Siberia.
Ese año Moscú dio de baja ese arsenal para cumplir el tratado ruso-estadunidense de reducción de Armas Estratégicas Start II de 1993.
Precisó el general que el tratado Start III, rubricado en 2010, no prohíbe la creación de nuevos sistemas de misiles.
Otros sistemas coheteriles
El presidente Putin dijo que el emplazamiento de los sistemas misilísticos Iskander en Kaliningrado, enclave más occidental de la Federación, es la respuesta rusa al escudo antimisiles desplegados por Washington en Europa, que sigue siendo una amenaza para el arsenal nuclear ruso.
Putin subrayó que estos proyectiles con alcance de hasta 500 kilómetros son una respuesta, pero no son la única contra lo que el Kremlin percibe en su entorno como una amenaza.
Rusia también artillará con 16 misiles balísticos intercontinentales del tipo Bulava a cada uno de sus ocho submarinos nucleares estratégicos.
Los sumergibles del proyecto 955, 955 Borei y 955 Borei A de la Armada llevarán ese arsenal a bordo, informó el jefe del departamento para la técnica del Ministerio de Defensa, Andrei Vernigora, en declaraciones a Itar-Tass.
Con 170 metros de eslora, 13.5 de manga y artilladas con los nuevos misiles balísticos intercontinentales Bulava-30 (SS-NX según la OTAN, con alcance de 8 mil kilómetros), estas naves pueden alcanzar los 450 metros de profundidad y desplazarse a una velocidad de 29 nudos.
En superficie pueden desplazar 8 mil 600 toneladas y 13 mil 800 sumergidos.
Su casco de acero no magnético y otros modernos equipos hidroacústicos, así como la capacidad de mantenerse sumergido por largo tiempo a más de 400 metros de profundidad con sus 90 tripulantes a bordo, dificultan su localización por medios técnicos enemigos.
Estos tipos de submarinos formarán el núcleo de las fuerzas estratégicas navales de la potencia eurasiática en el siglo XXI, según el Programa Nacional de Compras de Armamento y Material ruso de combate.
Dentro de ese plan está incluida la construcción de ocho ingenios de esta familia entre 2011 y 2020, que la jefatura de la Armada rusa menciona como la columna vertebral de las fuerzas marítimas de disuasión nuclear rusa.
El Kremlin cuenta con todo este arsenal para preservar la seguridad de sus fronteras, más amenazadas hoy que en los tiempos de la Guerra Fría.
Jorge Petinaud Martínez/Prensa Latina
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