La soberbia del empresario Germán Larrea Mota Velasco, dueño de Grupo México, llegó a tal nivel que, a pesar de ser convocado por el gobierno federal a negociar la devolución al Estado de la concesión del tramo ferroviario de la empresa Ferrosur mediante el pago de una indemnización, el magnate dejó de tomar la llamada a la Secretaría de Gobernación, reveló esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su conferencia matutina desde Palacio Nacional, el primer mandatario dio a conocer que su administración buscó llegar a un arreglo y se iba avanzando, pero sólo con caminos intransitables, “dejándonos como única opción el derecho de paso”. Añadió que Grupo México argumentaba estar en una zona estratégica. “Bueno, llegó el asunto que ya no le contestaban el teléfono al secretario de Gobernación [Adán Augusto López], y eso está mal”.
López Obrador atribuyó esta actitud a la costumbre que tenían los empresarios de imponer gobernantes y darles órdenes. “¿Qué había antes? Un contubernio, una relación estrecha. El poder económico y el poder político se alimentaban, se nutrían mutuamente. La verdad, tenían tomado el gobierno: el gobierno era un comité al servicio de una minoría, no había democracia. Una cosa es que se celebraran elecciones y otra cosa es que el poder estuviese al servicio del pueblo. No, el gobierno era un comité al servicio de una minoría, en realidad, existía una oligarquía con la fachada de democracia”.
Acerca de si la actual ocupación temporal de la filial de Grupo México se va a mantener más tiempo, el presidente de la República indicó que “depende de la actitud de la empresa porque, les cuento, siempre buscamos el arreglo, en el caso de los gasoductos que nos dejaron con una enorme deuda, teníamos la posibilidad de cancelar los contratos, dijimos: vamos a negociar. Se logró una reducción en las tarifas”. Y señaló que no se va a pagar una cifra injusta, como la que llegó a proponer la empresa de Germán Larrea, por 9 mil 500 millones de pesos, pues ese no es un monto razonable.
Asimismo, advirtió que no se trata de una expropiación porque las vías férreas son propiedad de la nación: es una recuperación en beneficio del pueblo.
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