La Ciudad de México sería el epicentro del tráfico ilegal de vida silvestre en el país. En esta entidad se realiza la mayor parte de la comercialización directa de plantas y animales extraídos del medio silvestre.
El tráfico ilegal de miles de especies silvestres tendría su epicentro en la capital del país, donde se concentra en bodegas, hogares y mercados públicos de las alcaldías Iztapalapa, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Gustavo A Madero, Azcapotzalco y Xochimilco, para su posterior distribución.
Los principales destinos de exhibición y venta de vida silvestre ilegal en la Ciudad de México son el mercado de Sonora; mercado Nuevo San Lázaro; mercado de Peces y Mascotas “Alfredo Robles Domínguez”; mercado de Plantas y Flores Madreselva, y el mercado de Plantas y Flores de Cuemanco, entre otros.
Investigadores del Centro para la Biodiversidad Biológica (CDB) visitaron pasillos, puestos y alrededores de estos centros de abasto popular entre mayo y septiembre de 2022, para documentar el trato y el comercio de animales. Los resultados de su investigación se incluyen en el informe Vendidos sin piedad: el tráfico de la vida silvestre amenaza la biodiversidad (noviembre 2022).
Las incursiones se realizaron de manera encubierta, ya que emplean a jóvenes como “halcones” para monitorear y alertar a comerciantes sobre posibles operaciones de inspección, evitar que los curiosos tomen fotografías o reportar cualquier actividad sospechosa. El acoso que ejercen estos “halcones” cuando detectan personas documentando la vida silvestre o haciendo preguntas incómodas se vuelve muy agresivo, intimidatorio e incluso violento.
En estos mercados públicos, los animales protegidos por la Norma Oficial Mexicana 059 o la Convención CITES, se ofrecen abiertamente para la venta e incluyen principalmente reptiles (víboras, tortugas, gecos y cocodrilos); psitácidos (loros, pericos y guacamayas), anfibios (ajolotes, salamandras y ranas), y aves rapaces (halcones de Harris, aguilillas y cernícalos).
Abundan plantas, como patas de elefante de gran tamaño, peyotes, biznagas y toda clase de cactáceas, así como orquídeas todavía pegadas al tronco o corteza del árbol. Si el cliente busca alguna especie en particular, ya sea de mayor tamaño, exótica o de difícil acceso, como leones africanos, tigres de bengala, jaguares, pumas, jaguarundis, ocelotes, perezosos y osos negros, vendedores cuentan con catálogos que distribuyen a través de redes sociales y grupos de WhatsApp con servicio a domicilio o paquetería.
Los investigadores constataron, por ejemplo, que, en el mercado de Sonora, ubicado en Venustiano Carranza, los loros frente blanca, especie que se encuentra bajo “protección especial”, son vendidos en 2 mil 500 pesos sin ninguna documentación que acredite su legal procedencia.
En el nuevo mercado de San Lázaro, ubicado en Venustiano Carranza, un ajolote mexica, bajo “protección especial”, alcanza un precio de 800 pesos, la iguana verde, también bajo el mismo estatus, cuesta 250 pesos.
Otras especies ofertadas son el camaleón tapayaxin o lagarto cornudo, una especie endémica del desierto de Sonora incluida en la categoría de “amenazada”, por 120 pesos; tarántula de rodillas rojas, también “amenazada”, por 250 pesos; y el tucán esmeralda, bajo “protección especial”, por 1 mil 800 pesos.
En el mercado de Peces y Mascotas Alfredo Robles Domínguez, en Gustavo A Madero, los gecos enanos ocelados, especie bajo protección especial, se pueden comprar por 1 mil 200 pesos; y el camaleón velado, incluido en el Apéndice II de CITES, por 2 mil 500 pesos.
Otro ejemplo del comercio presuntamente ilícito se da en el mercado de Plantas y Flores de Cuemanco, Xochimilco: ahí el peyote, especie bajo protección especial, cuesta 1 mil 200 pesos; la pata de elefante, una especie de palmera en peligro de extinción, entre 4 mil y 7 mil pesos; y orquídeas Prosthechea citrina y Laelia speciosa, bajo “protección especial”, entre 400 y 900 pesos. Y en el mercado de Plantas y Flores Madreselva en Xaltocan, Xochimilco, hay palmas, patas de elefante de más de 2.5 metros de altura, en 25 mil pesos, y peyotes en 350 pesos cada uno.
Origen, rutas y modus operandi de tráfico silvestre
El Centro para la Diversidad Biológica identificó estados donde las especies son capturadas o recolectadas ilegalmente, las rutas de distribución y comercialización y el modus operandi de bandas de la delincuencia organizada dedicadas a esta actividad ilícita.
Con base en datos de monitoreo y denuncias por venta ilegal de animales o plantas, partes y derivados, establece que los principales estados en los que se presenta recolección ilegal de vida silvestre son: Campeche, Chiapas, Tabasco, Yucatán, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Jalisco, Nayarit y Sinaloa.
Regionalmente, destacan el Alto Golfo de California y Cuatro Ciénegas de Carranza, Coahuila. Los animales y plantas extraídos del medio silvestre son transportados por vía terrestre y en menor medida por vía aérea a Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Mérida, Celaya, Reynosa, Ensenada y Ciudad de México.
Tráfico ilegal por los aires
Un informe del Centro de Estudios Avanzados de Defensa (C4ADS) señala que México es uno de los principales países consumidores y exportadores de especímenes, productos y subproductos de vida silvestre que se mueven ilegalmente por vía aérea en América Latina y el Caribe.
Entre 2010 y 2020, el 36 por ciento de casos documentados de tráfico de vida silvestre por vía aérea en la región ocurrieron en México. La mayoría de las actividades involucraron el contrabando de la vejiga natatoria o “buche” del pez totoaba, que salió del país escondido en equipaje facturado.
Según la base de datos de decomisos aéreos, el 50 por ciento del tráfico regional tenía como destino la importación a México, principalmente de lagartijas, lagartos, serpientes y productos de grandes felinos, mientras que, al exterior, los envíos ilegales fueron en su mayoría de especies marinas protegidas.
La investigación de C4ADS, establece que grupos criminales en México se dedican principalmente drogas y trata de personas, pero se han vuelto más activos en el comercio ilícito de vida silvestre para diversificar sus fuentes de ingresos.
Combatiendo al monstruo de mil cabezas
El CDB conversó con un inspector en funciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), “Jacobo”, quien comentó que anuncios para comercializar animales y plantas en riesgo están desatados en Instagram, TikTok y Facebook.
Recordó que los primeros indicios de que este delito se estaba mudando a la red ocurrieron entre 2010 y 2014, periodo en el que Profepa notificó a la entonces Procuraduría General de la República (PGR), sobre la existencia de 500 casos, lo que dio origen a 13 investigaciones y 9 visitas de inspección.
Las indagatorias permitieron la incautación de 424 ejemplares de vida silvestre y la detención de Alejandro Landeros Ortiz, condenado a seis meses de prisión, tras comprobarse que traficaba aves y reptiles por Internet. Además de la captura de Aldo Alfonso Galicia, a quien un juez federal le impuso dos años y seis meses de prisión por el uso de redes sociales para comercializar especies protegidas.
En 2014, las empresas JD Reptiles y JD Exotics, que se promocionaban en páginas de Facebook, fueron sancionadas con el pago de una multa de más de 3 millones de pesos por no acreditar la legal procedencia de más de 380 ejemplares.
Hasta principios de 2019, reveló Jacobo, inspector ambiental de amplia experiencia, había un grupo especial dentro de la Profepa que se dedicaba a crear perfiles falsos para interactuar a diario en redes sociales con presuntos traficantes y solicitar catálogos de plantas y animales que estaban a la venta ilegalmente, pero con el cambio de administración federal este grupo desapareció.
El inspector de Profepa destacó que junto con el aumento de la violencia en México y el fortalecimiento de las bandas del crimen organizado, incrementó el tráfico ilegal de especies, en especial de grandes felinos, que son vistos como símbolos de valentía, poder y estatus entre los jefes del narcotráfico.
Señaló que en operativos en fincas, residencias y ranchos es común encontrar ejemplares exóticos como leones africanos, tigres de bengala o leopardos, así como especies nativas como jaguares, pumas o jaguarundis.
Jacobo advirtió que, ante los altos niveles de impunidad, también hay muchas personas que por moda o imitación adquieren estos animales en el mercado negro, pero ante la falta de recursos suficientes para su atención, alimentación y cuidado, los terminan abandonando.
“Lavado” de especies
En México existe el riesgo de que ejemplares de vida silvestre rescatados del tráfico ilegal, entregados a las UMA’s o PIMVS para su atención, rehabilitación y cuidado, entren por un lado y salgan por el otro de regreso al mercado negro, reconoció Joel González Moreno, exdirector general de Inspección y Vigilancia de Vida Silvestre, Recursos Marinos y Ecosistemas Costeros de Profepa.
El exfuncionario recordó que, aunque la Ley General de Vida Silvestre prohíbe la venta de animales asegurados en operativos, en la práctica ocurre cuando no se les da un seguimiento puntual para verificar el marcaje y su incorporación a inventarios o censos de población, que los criaderos o jardines botánicos deben entregar a Semarnat como anexos de sus informes anuales de actividades.
“Si no se cumple con el sistema de marcaje y no se realiza el registro para lograr la trazabilidad de los ejemplares, estamos hablando de lavado de especies”, advirtió.
El marcaje se hace con microchips subcutáneos, anillos metálicos, aretes, grapas o etiquetas, que contienen toda la información de animales y de plantas protegidas.
González Moreno, quien de 2010 a 2019 dirigió operativos para el combate al tráfico de vida silvestre, indicó que hay diferentes modalidades para convertir animales ilegales en legales de la noche a la mañana.
“Es una realidad, existe lavado de especies, se puede dar con ejemplares capturados ilegalmente en el medio silvestre que llegan a las UMA’s o PIMVS, y son incorporados a sus colecciones e incluidos en sus inventarios como nacimientos en cautiverio, y la otra, con ejemplares reproducidos dentro de las UMA’s o PIMVS, que no son reportados en inventarios ni en solicitudes de aprovechamiento para evitar la tramitología, y que son vendidos sin documentación”, señaló.
Instalaciones legales para simular
Cada vez es más común que UMA’s o PIMVS, vendan especies que no están incluidas en su registro ante Semarnat, violando la Ley General de Vida Silvestre, como ocurre con el criadero Aves Exóticas Santa Lucía, ubicada en Uruapan, Michoacán, comercializa tucanes pico de canoa de manera ilegal.
“Los tucanes son además de exóticos y majestuosos, una mascota que embellecerá tu jardín, serás la envidia de tus visitas”, se lee en el sitio web de Aves Exóticas Santa Lucía, fundado en 2010.
Cuando un investigador del CDB llamó al teléfono del sitio del criadero, un hombre confirmó que tienen a la venta hembras y machos de tucán pico de canoa “que es el que tiene muchos colores”.
El precio de la pareja de tucanes es de 30 mil pesos, pero también se puede vender por separado hembra o macho en 15 mil pesos, más gastos de envío a cualquier parte de la república.
Alta mortandad
En el tráfico ilegal de psitácidos en México, (loros, pericos y guacamayas), ocho de cada 10 ejemplares mueren antes de llegar al comprador final, y posteriormente el 90 por ciento de los que logran sobrevivir, pierden la vida por enfermedades, falta de cuidados o mala alimentación, señaló Juan Carlos Cantú, director de Defenders of Wildlife México.
De 100 pericos silvestres, siete fallecen en la etapa de captura, 24 durante el acopio y confinamiento, 22 en la transportación y 30 durante la distribución y venta, según Cantú.
Explicó que existen tres formas de capturar al perico atolero frente naranja en la costa del Pacífico: primero, comerciantes utilizan a niños para subir a los árboles y bajar los polluelos de los nidos: “En la época de reproducción trepan los menores a los árboles con nido y los rompen con machete o hacha para sacar a los pollos; a veces tiran el árbol”.
La segunda opción es atar un loro cabestro (manso), por la pata a un árbol o arbusto junto a una red y hacerlo chillar, para que cuando pase la parvada y baje a investigar, los pájaros se asusten y vuelen hacia la trampa.
La tercera forma es poner un loro cabestro dentro de una jaula trampa, y cuando baje la parvada a investigar, no tenga escapatoria, detalló.
Nuevas especies en el comercio
El tráfico ilegal de lagarto cornudo, camaleón o tapayaxin, se han sumado al mercado negro, creció exponencialmente en los últimos años, ya que la demanda de estos reptiles de poco movimiento como mascotas, se disparó en la Unión Europea y Asia, advirtió María Elena Sánchez, presidenta de Teyeliz, AC.
Destacó que, desde hace décadas, los lagartos cornudos se venden en mercados populares y tianguis de México, con una alta mortandad debido a que son extraídos de zonas desérticas y no informan a los compradores que la base de su alimentación son las hormigas.
En diciembre de 2020, quedó en evidencia el saqueo de esta especie protegida cuando personal de aduanas del Aeropuerto Internacional de Colonia-Bonn, Alemania, descubrió 27 ejemplares de Phrynosoma, iguanas y tortugas de agua dulce, escondidos en muñecas típicas de trapo mexicanas. Cuando los animales fueron rescatados, 10 estaban muertos por asfixia.
María Elena Sánchez agregó que la gran mayoría de los lagartos cornudos que se comercializan en México son ilegales, y muchas veces son arrancados del medio natural muy pequeños con el fin de hacerlos pasar como “criados en cautiverio”.
Felinos por todos lados
Los reportes de tigres y leones deambulando por calles de México son cada vez más frecuentes porque grandes felinos no están prohibidos como mascotas, lo que se ha convertido en un problema muy serio, alertó Antonio Franyuti, director de Animal Héroes Al Rescate.
Paradójicamente, una gran cantidad de grandes felinos vendidos en el mercado negro provienen de UMA’s o PIMVS con registro, pero muchas veces, estas instalaciones no cumplen con las normas ambientales, subrayó Erika Ortigoza Vázquez, directora ejecutiva de la Fundación Invictus.
Resaltó que el principal factor que detona el tráfico ilegal de grandes felinos es la demanda, promovida por consumidores ávidos de demostrar su estatus quo con la posesión de especies exóticas y en peligro de extinción.
Manifestó que esta actividad ilícita aumentó con la aparición de las redes sociales, porque la comercialización de ejemplares a través de internet representa grandes ganancias para el vendedor y un bajo riesgo de que puedan ser descubiertos y sancionados por la autoridad.
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