Chiapas, Oaxaca y Zacatecas, con peores trabajos para menores: Save The Children

Chiapas, Oaxaca y Zacatecas, con peores trabajos para menores: Save The Children

Las peores condiciones de los mercados laborales para el trabajo infantil están en Chiapas, Oaxaca, Zacatecas, revela el Atlas sobre riesgo de trabajo infantil

Las peores condiciones de los mercados laborales para el trabajo infantil están en Chiapas, Oaxaca, Zacatecas, revela el Atlas sobre riesgo de trabajo infantil, elaborado por Save the Children en colaboración con la Red de Comisiones Legislativas en materia de Niñez y Adolescencia. Agrega que “los mercados de trabajo caracterizados por la subocupación, informalidad, ocupación en sectores de riesgo al trabajo infantil están vinculados a la calidad de la actividad económica (trabajo decente) que pueden desempeñar los miembros de una familia, y como resultado de estas condiciones se eleva o disminuye el riesgo de que una niña, niño o adolescente se incorpore prematuramente a una actividad productiva”.

El análisis apunta que es en el sector informal donde los empleos, además de carecer de las prestaciones de ley, se realizan en condiciones precarias. Otras características prevalentes son que “brindan salarios insuficientes que fomentan

la subocupación; favorecen la incorporación de las hijas e hijos al mercado laboral porque obtienen escasos recursos por su trabajo, no suelen ser supervisados por la autoridad laboral y es más probable que ingrese una niña, niño o adolescente porque carecen de controles de ingreso de personal o de adhesión a la seguridad social”.

La organización Save The Children expone que su investigación tiene el objetivo de detectar las situaciones y condiciones que colocan a los menores de edad en riesgo de realizar trabajos no permitidos, en condiciones no adecuadas y  riesgosas. En ese contexto, advierte que entre los sectores que representan un riesgo están: la agricultura, la construcción y la manufactura (maquilas).

Acerca de las tres entidades federativas con las peores condiciones de trabajo infantil, observa lo siguiente: “Chiapas, Oaxaca y Zacatecas tienen en común una combinación de altas tasas de informalidad laboral, subocupación y ocupación en sectores de riesgo de trabajo infantil. De los tres casos, la informalidad laboral se encuentra entre el 70-80 por ciento en Chiapas y Oaxaca, mientras que Zacatecas se ubica con 62.9 por ciento, pero a la vez tiene la más alta tasa de subocupación de todo el país, con 24.2 por ciento”.

Otro de los datos que aporta sobre dichas entidades es el de la tasa de ocupación en sectores de riesgo de trabajo infantil: “los tres estados se ubican por encima del 66 por ciento, mientras que su razón de dependencia infantil es superior a 43”.

El Atlas también indica que Ciudad de México, Baja California Sur y Baja California “cuentan con mercados de trabajo con una menor tasa de informalidad, lo que facilita que los empleos cumplan con las disposiciones legales, brinden salarios remuneradores, condiciones dignas y seguras, así como contar con mecanismos que inhiban la contratación de personas menores de 15 años o de 15 a 17 en actividades/condiciones prohibidas”.

No obstante, Save The Children advierte que “aún en estas entidades con valores más altos, sus indicadores están alejados al 1, lo que implica que sus mercados de trabajo también implican riesgos importantes para potenciar la incursión de niñas y niños al trabajo”.

Otros hallazgos del Atlas son: “que la mayoría de las niñas, niños y adolescentes que trabajan iniciaron entre los 6 y 8 años; que el 26 por ciento de quienes trabajan no reciben percepción alguna; y que la pobreza es el factor de mayor preponderancia que los orilla a realizar actividades laborales, pero no es el único”.

Asimismo, la investigación indica que “un aspecto medular en el combate al trabajo infantil es el acceso y continuidad a la educación. La carencia de este servicio para las niñas, niños y adolescentes es uno de los elementos de mayor peso para la decisión familiar sobre si trabajan o no, lo cual se encuentra apoyado en la visión cultural de productividad, en la que sino continúan estudiando es necesario que se dediquen a trabajar para ‘hacer algo de su vida’”.

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