En México, 3.2 millones de niños, niñas y adolescentes están en situación de trabajo infantil, lo que representa 11.5 por ciento de la población total de 5 a 17 años. De éstos, 2 millones laboran en ocupaciones prohibidas y 1.2 millones realizan quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, señala el análisis ¿Quiénes son los niños, niñas y adolescentes que trabajan?, del Instituto Belisario Domínguez.
Las entidades federativas que presentan los porcentajes más altos de menores de edad en ocupaciones no permitidas son: Estado de México, con 191 mil 385 infantes laborando en esas condiciones; Puebla, 193 mil 643; y Oaxaca, 153 mil 554.
A estos estados les siguen Chiapas (178 mil 280 menores), Veracruz (146 mil 785), Michoacán (127 mil 21), Jalisco (118 mil 453) y Guanajuato (117 mil 723). Mientras que los porcentajes más bajos se ubican en Baja California Sur (6 mil 17) y Ciudad de México (46 mil 678).
De acuerdo con la clasificación de la Organización Internacional del Trabajo, las peores formas de trabajo infantil son: “a) la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud (venta y trata de niños), la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños y niñas para utilizarlos en conflictos armados; b) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños y niñas para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas; c) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños y niñas para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños y niñas”.
Además, se establece que se consideran trabajos riesgosos, al menos, los relacionados con las siguientes ramas económicas: a) minas y canteras; b) industrias manufactureras; c) construcción; d) servicios de electricidad, gas y agua; e) saneamiento; f) transportes, almacenamiento y comunicaciones; y, g) plantaciones y otras explotaciones agrícolas, salvo las empresas familiares o de pequeñas dimensiones que produzcan para el mercado local y que no empleen regularmente trabajadores asalariados. El reporte del IBD señala que 463 mil infantes en México realizan actividades peligrosas y trabajan más de 36 horas a la semana.
En el caso de los niños, niñas y adolescentes empleados en quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, el análisis del IBD apunta que se trata de “aquellos que se realizan principalmente para el consumo familiar, sin remuneración y que, debido a las condiciones peligrosas o las jornadas prolongadas, ponen en riesgo la salud o integridad física de los menores”.
Al respecto, detalla que 256 mil 701 niños, niñas y adolescentes que realizan una ocupación no permitida, adicionalmente desempeñan en quehaceres de este tipo. A ellos se suman 1 millón 254 mil 981 menores que sólo realizan tareas domésticas en condiciones no adecuadas para un total de 1 millón 511 mil 682.
De los 3.2 millones de niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil, la mayoría son varones, habitan en poblaciones rurales y lo hacen en el sector agropecuario. Además, 644 mil 658 no asisten a la escuela; 73 mil tienen la edad reglamentaria para educación primaria y secundaria. Además, se advierte que 42.86 por ciento recibe un salario mínimo o menos; y 25.44 por ciento no recibe pago.
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