Bangkok, Tailandia. La segunda sesión del Comité Intergubernamental de Negociación sobre la Contaminación por Plásticos –celebrada en París del 29 de mayo al 2 de junio– concluyó con optimismo y la perspectiva de poner fin a la contaminación por plásticos. Más de 700 delegados de 169 Estados miembros acordaron preparar un borrador cero de cara a la tercera sesión que se celebrará en noviembre.
Entre los debates más importantes e interesantes, los defensores de la salud que asistieron a las negociaciones señalaron que era esencial discutir “cómo categorizar los miles de tipos de plásticos, precursores químicos y productos. De manera que permita un enfoque coherente para acabar con la contaminación por plásticos”.
Algunos eran partidarios de centrarse “en los precursores químicos, eliminando los más tóxicos y contaminantes”. Mientras que otros reconocían que no todos los tipos de plástico podían reciclarse o reinventarse. Algunos, como los filtros de los cigarrillos, debían desaparecer definitivamente.
Leonce Sessou –portavoz de Acción sobre Tabaquismo y Salud (ASH en inglés) – y otros miembros de la Alianza para Terminar la Contaminación del Tabaco (STPA) insistieron en alinear el futuro instrumento jurídicamente vinculante sobre plásticos. Ésto con el objetivo de salud pública de acabar con la epidemia de tabaquismo. La mayoría ya se ha comprometido mediante el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco (CMCT).
Los grupos a favor del control del tabaco, por ejemplo, pidieron la eliminación de los filtros de los cigarrillos. Llamaron la atención sobre el hecho de que las colillas son una de las formas de contaminación plástica más extendidas en el planeta. Dañan los ecosistemas terrestres y marinos.
Recordaron a los delegados que deben alinearse con los tratados de derechos humanos y salud –el CMCT en particular– y hacer que la industria tabacalera pague por su contaminación y los residuos que deja. El nombrado tratado pretende reducir la oferta y la demanda de tabaco. Asimismo, proteger las políticas sanitarias, manteniendo a esta industria al margen de las reuniones políticas.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud –en el cual se pedía la prohibición de los filtros de los cigarrillos–, unas 4 billones 500 millones –millones de millones– de colillas desechadas de los casi 6 billones de cigarros que se consumen en el mundo llegan al medioambiente cada año.
Son el principal residuo recogido en costas y entornos urbanos. Bastante pequeños para ser ingeridos por los animales marinos. Y, cuando se descomponen, liberan miles de partículas microplásticas. Han sido detectadas en el marisco comercial, otros alimentos, agua potable y tejidos humanos. Esta contaminación es una amenaza para la seguridad alimentaria.
Las investigaciones demuestran que las colillas de cigarrillos son una fuente de contaminación microplástica que genera contaminación química. Debido a las sustancias tóxicas presentes en los productos del tabaco, los cuales se filtran al medioambiente. Se ha descubierto que los lixiviados dañan diversas formas de organismos acuáticos, incluidas fuentes alimentarias clave para peces y crustáceos.
Los expertos coinciden en que prohibir los filtros de los cigarrillos es la mejor solución a este problema de residuos plásticos y tóxicos. Las limpiezas, la legislación “antibasura” y el rediseño para que sean reciclables o biodegradables no han funcionado. No son soluciones viables.
Comités gubernamentales de Bélgica, Países Bajos y Dinamarca han pedido la prohibición. Asimismo, han recomendado lo mismo para el resto de Estados miembros de la Unión Europea.
Durante al menos cinco décadas, la industria tabacalera ha sabido que los filtros no aportan ningún beneficio para la salud. En cambio, hacen que los cigarrillos se quemen más, suministren más nicotina y aumenten la adicción.
Sin embargo, han engañado a los fumadores. Les hicieron creer que los filtros vuelven “más seguros” a los cigarros. A medida que aumentaba la concienciación sobre el tabaquismo, la industria hizo más atractivos sus anuncios para apaciguar las preocupaciones de los consumidores.
En el Comité Intergubernamental de Negociación sobre la Contaminación por Plásticos, participaron algunos defensores. Informaron de muchos malentendidos que aún no se han abordado. En su blog del quinto día de negociaciones, la ASH afirmaba: “Mucha gente, no sólo los fumadores, asume que los filtros hacen que los cigarrillos sean más seguros en lugar de más peligrosos”.
Numerosos países cuentan ya con una política nacional que prohíbe los plásticos de un sólo uso –bolsas, pajillas para beber y bastoncillos de algodón–. Pero, por descuido, no han incluido los filtros de los cigarrillos. Sin embargo, los defensores que hablaron con los delegados gubernamentales encontraron un apoyo generalizado a la prohibición.
Mientras cobra fuerza esta posibilidad, la maquinaria de relaciones públicas de la industria tabacalera ya está en marcha. Ello a través de actividades, promovidas por programas de responsabilidad social corporativa (RSC) en el mundo. Algunos ejemplos serían la limpieza de playas y la recolecta de colillas.
Antes de que se reanude la tercera sesión del Comité Intergubernamental de Negociación sobre la Contaminación por Plásticos en Nairobi este noviembre, los gobiernos deben recordar que la industria tabacalera no es una parte interesada. Al contrario, es un contaminador que debe responder por los innumerables daños que ha causado. Y seguirá causando a la salud humana y al medio ambiente.
Más de 100 organizaciones no gubernamentales de salud de la STPA, junto con otros grupos ecologistas como la Alianza Mundial para Alternativas a los Incineradores, Coalición de Residuos Ecológicos, el movimiento mundial Liberarse del Plástico (BFFP), la filipina Ban Toxics, Nuestra Red del Mar de Asia Oriental (Osean), La Red de Desarrollo del Océano Índico, Earthday (Red del Día de la Tierra), Organización Juvenil para África Verde, la Alianza de Basura Cero de Vietnam y la Alianza Boomerang, han pedido la eliminación de los filtros de los cigarrillos.
Mary Assunta*/Inter Press Service (IPS)
*Especialista tailandesa en salud pública y asesora principal de Políticas de la Alianza para el Control del Tabaco en el Sudeste Asiático (Seatca)
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