Tras considerar como injusta la contrarreforma en materia de pensiones de Ernesto Zedillo –que data de 1997–, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió nuevamente a enviar una iniciativa para garantizar una jubilación digna a los adultos mayores, para lo que, dijo, el gobierno ayudará a compensar las pensiones en un primer momento.
En su conferencia matutina, expuso que actualmente y después de 30 años de laborar, el trabajador se jubila, si bien le va, con la mitad de su sueldo como pensión. “Estamos pensando cómo compensamos para que, mínimo, el trabajador al jubilarse reciba lo que obtiene en activo”.
El primer mandatario recordó que ya se había hecho una reforma, pero incompleta. “Por eso vamos ahora a profundizarla, que nos ayudó incluso el sector privado incrementando sus cuotas de participación para las jubilaciones, eso lo logramos hace tres años, que ellos se comprometieron a incrementar las cuotas; sin embargo, no es suficiente. Entonces, lo que vamos a hacer es un análisis, una corrida, para ver cuánto necesitamos. Y que el gobierno ayude, y que nos pongamos de acuerdo también con el sector privado”.
López Obrador consideró que la crisis de las pensiones se vivirá a partir del próximo sexenio. “Todavía no va a tener efectos tan drásticos la [contrar]reforma por los 30 años, porque esto fue en el 97, esto va a pegar fuerte a partir del sexenio próximo. Igual en el caso de la reforma del Issste que hizo [Felipe] Calderón con la maestra Elba Esther [Gordillo]. Sí, sí, o sea, para todos, trabajadores del Seguro Social, inscritos al Seguro Social e ISSSTE”.
Agregó que la administración de los recursos puede hacerse con las Afores o directamente en el gobierno, pero lo importante “es que el que se jubile reciba una pensión digna, lo mismo que recibe cuando decide jubilarse, porque eso con las leyes actuales no se logra. O sea, fue muy irresponsable lo que hicieron”.
Acerca del señalamiento de que el gobierno quebraría por la carga de las pensiones, López Obrador aseguró que eso es una falacia. “Para empezar, el Estado no participa, no aporta, son los empresarios. Es que engañaron muchísimo. Ahora, para que no sea una carga directa y de un solo golpe al sector empresarial, tiene que entrar el gobierno, ayudar para que sea gradual y después el sector empresarial. Pero, de entrada, el gobierno no participa. A lo mejor en lo que tiene que ver con el ISSSTE, pero no con los trabajadores del Seguro Social”.
El titular del Ejecutivo federal consideró que este tipo de narrativa “era como una saña, muy ideológico todo, dañar. Acuérdense cómo hablaban de la austeridad y los de arriba se servían con la cuchara grande. Bueno, por eso los ministros se quedaron malacostumbrados. ¿Y qué decían? Acuérdense, que había que despedir trabajadores, y despedían abajo y arriba seguían los privilegios, y engañaban mucho. Y lo otro que también fue infame, y eso sí me da mucho gusto que los desenmascaramos, es que decían que el problema fiscal de México era porque los de la economía informal no pagaban impuestos, cuando los que no pagaban impuestos eran los de mero arriba”.
Sobre esto último, indicó que cuando llegó a la Presidencia de la República, la recaudación ascendía a 3 billones de pesos, pero “el año pasado cerramos con 4 billones 500 mil pesos: 1 billón y medio, en términos nominales casi 50 por ciento de incremento, ¿por qué? Porque ahora tienen que pagar los que no pagaban. De 3 billones a 4 billones y medio, en cinco años un billón y medio de aumento, entre paréntesis, sin aumentar impuestos con las mismas tasas, sin aumentar impuestos en términos reales”.
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