#MeToo: generar protocolos contra violencia a mujeres, siguiente paso

#MeToo: generar protocolos contra violencia a mujeres, siguiente paso

Instituciones, empresas y organizaciones deberán crear mecanismos de protección y protocolos que combatan la violencia contra las mujeres, pues éstos permitirán reconocer tales situaciones como “prevalentes”, explica en entrevista Leonardo Olivos Santoyo, especialista en estudios de género por la máxima casa de estudios.

Lo anterior, luego de que se dieran a conocer decenas de denuncias por acoso en redes sociales mediante el hashtag #MeToo. El movimiento evidenció que este tipo de violencia de género trastoca espacios como el académico, el cultural y el periodístico. También puso al descubierto un tema siempre presente “soterradamente en los pasillos” de conocimiento superficial, dice Olivos.

Y es que las instituciones “patriarcales” han sido cómplices en distintos niveles, desde espacios laborales concretos como las redacciones periodísticas hasta el sistema educativo que, en general, carecen de normativas que reconozcan y procesen los eventos violentos dirigidos hacia las mujeres, considera el también miembro del programa de investigación feminista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.

En el caso de los protocolos ya existentes, como el de la Universidad Nacional Autónoma de México, éstos deben ponerse en marcha y deben modificarse los apartados “contrarios al desmontaje de estas situaciones”, tal como que las mujeres tengan que estar en un tribunal frente a su agresor. Tal medida revictimiza a las denunciantes, explica Leonardo Olivos. Además, aunque se han elaborado leyes que reconocen la violencia contra las mujeres, el problema radica en que no se hacen efectivas.

Para Olivos Santoyo hay dos principios jurídicos que entran en tensión y que permiten el mal funcionamiento de los protocolos: el principio de presunción de inocencia (todas las personas son inocentes hasta haber demostrado lo contrario) y el principio de creerle a las víctimas, de asumir que siempre dicen la verdad. “Tendría que ahondarse en las premisas mismas”, además de la generación de instancias sensibles que acompañen a las agraviadas.

Las comisiones de derechos humanos locales y estatales son quienes tendrían que encargarse de lo anterior. Además de crear alternativas de reeducación hacia los hombres.

Papel de la redes sociales

 El papel de las redes sociales en movimientos como el MeToo es de relevancia, pues permitió denunciar de forma anónima y las agresiones a las que han sido sujetas, así como que pudieran rememorar momentos que tenían olvidados. A veces, mujeres lo expresan por primera vez en su vida, asegura el especialista en estudios del género.

La masividad de las denuncias permitió además el pronunciamiento y la puesta en acción en medios de comunicación al cesar de sus cargos a directivos, como en el caso de Reforma en el que fue despedido el director de operaciones tras ser acusado de agredir sexualmente a una periodista durante 10 años.

En lo que va de la campaña, ninguno de los tres poderes de gobierno se han pronunciado al respecto debido a que los temas relacionados con las mujeres “siguen siendo muy residuales” y la existencia de “una suerte de no asunción plena de que estamos ante un problema grave, urgente que tendría que estar en la agenda política en uno de los primeros lugares”, finaliza Olivos Santoyo.

Violencia en redacciones

Hasta el 25 de marzo pasado, el movimiento para acusar violencia en el ámbito periodístico resultó en 120 denuncias contra reporteros, editores, fotógrafos, columnistas y directores, informó la Colectiva de Periodistas Unidas Mexicanas.

En un comunicado, agregó que 119 de los señalados son hombres y una es mujer; 11 de los hombres fueron denunciados en más de una ocasión.

Jordana González