Con 85 votos a favor y 41 en contra, el pleno de la Cámara de Senadores aprobó en lo general y en lo particular la reforma constitucional en materia de inimpugnabilidad sobre las adiciones o reformas a la Constitución Política de México. Con ello, se busca que quede mucho más claro que la Suprema Corte de Justicia de la Nación –o cualquier otra representación del Poder Judicial– no puede echar abajo las legislaciones aprobadas por el Constituyente.

Entre sonidos de megáfonos que encendieron miembros de la oposición, se aprobó el 25 de octubre por mayoría calificada el dictamen por el que “se reforma el artículo 107 y se adiciona un quinto párrafo al artículo 105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de inimpugnabilidad en las adiciones o reformas a la Constitución Federal”, anunció el presidente de la mesa directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña.

En la sesión nocturna de la Cámara de Senadores se discutió el proyecto de propuesta realizado por el senador Adán Augusto López Hernández, con el cual se busca ratificar que las reformas constitucionales avaladas por el Poder Legislativo no pueden ser impugnadas por terceros a través del Poder Judicial, y evitar que este Poder se autodetermine con la capacidad de echar abajo las legislaciones aprobadas por el Constituyente.

Al respecto, el senador del Partido Verde Ecologista de México, Jorge Carlos Ramírez Marín, aclaró que “no se hace nulatorio el juicio de amparo a ningún ciudadano; que si mañana un gobernador o cualquiera pretende estar por encima de los derechos de un ciudadano, puede acudir a la Ley de Amparo y gozar de la protección de la Constitución. Lo que estamos diciendo es: la Corte no puede ser legislador, la Corte no puede cambiar las decisiones del Congreso”.

Por su parte, el presidente del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, se incluyó al debate y expresó que la discusión no giraba en torno a quitar un control constitucional tal y como lo planteó la oposición. “Mienten, no hay ningún artículo de la Constitución que establezca que la Corte puede modificar una reforma constitucional. No existe ni siquiera la posibilidad de que se dé amparo. […] Lo que está a discusión aquí es la posición clasista y racista que se niega a que se elija por voto universal, secreto y directo a las personas juzgadoras. Ese es el tema de fondo”.

Aunque la oposición intentó frenar la discusión en varias ocasiones –por ejemplo, cuando después de las 11 de la noche el presidente del Senado solicitó un breve receso, debido a que las bancadas del Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional corearon: “Morena, la dictadura” a través de megáfonos que introdujeron al recinto–, la votación se llevó a cabo. En respuesta a dicha actitud, las y los senadores de Morena levantaron pancartas con la leyenda “la oposición moralmente derrotada”.

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