Las personas con discapacidad que son discriminadas sufren un daño a su dignidad, asegura a Contralínea Jacqueline L’Hoist Tapia, presidenta del Consejo para Prevenir la Discriminación en la Ciudad de México (Copred).
El daño, indica, puede ser múltiple: “afecta directamente en no poder conseguir un trabajo, en que se burlen de ellas o ellos en la calle, en el transporte público, en la escuela”.
De acuerdo con la Encuesta nacional sobre discriminación (Enadis) 2017, el 58.3 por ciento de las personas con alguna discapacidad ha sufrido insultos, burlas, comentarios ofensivos, miradas incómodas, amenazas, empujones, jaloneos, rechazo y exclusión de actividades sociales en el último año.
Uno de los prejuicios que más llega a afectar a los discapacitados, según la Enadis, es el hecho de verlos como “poco útiles para el trabajo”: un 24.5 por ciento de la población así lo cree.
Para L’Hoist lo anterior representa una dificultad, debido a que no existe accesibilidad laboral que les garantice alguna fuente de empleo, “o bien, cuando ya están trabajando, si sufren algún tipo de discapacidad, difícilmente, la fuente empleadora tiene las herramientas necesarias para que continúe”.
La tercera edición de la Encuesta –llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en colaboración con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología– fue levantada del 21 de agosto al 13 de octubre de 2017.
Fabián Vega