La central termoeléctrica Carbón II, a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), presentó irregularidades en los trabajos de instalación de dos precipitadores electrostáticos, lo que causa daños al medio ambiente por las altas emisiones de materia tóxica hacia la atmósfera, reveló la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En octubre de 2017, el Departamento Mecánico de la central, ubicada en Nava, Coahuila, notificó que los precipitadores de sus unidades 3 y 4 –encargados de eliminar emisiones contaminantes en el aire– presentaban fallas, lo que llevó a la empresa productiva a realizar el proceso para la adquisición, instalación y supervisión de los mismos, por un valor de 1 mil 96 millones 200 mil pesos, indica el más reciente informe de la ASF.
Aunque la Auditoría comprobó que la entrega de los precipitadores se realizó en la fecha pactada –el 18 de octubre de 2018– y por el monto acordado –920 millones 808 mil pesos–, los trabajos de instalación de ambos precipitadores presentan un retraso de 5 meses.
De acuerdo con el dictamen técnico que justifica la adquisición, se podrían generar fallas importantes en la operación de estos equipos, “lo que afecta directamente la producción de energía eléctrica y origina daños ambientales por las altas emisiones de materia tóxica hacia la atmósfera”.
Por ello, la Auditoría recomendó a la Unidad de Responsabilidades en la CFE o su equivalente llevar a cabo el procedimiento necesario “por las irregularidades de los servidores públicos que, en su gestión, suspendieron los trabajos de instalación de los precipitadores electrostáticos, sin que se justificara el motivo y que, además, no elaboraron el convenio modificatorio respectivo”.
Asimismo, se exhortó a la Comisión a realizar las acciones correspondientes para concluir, lo más pronto posible, la instalación y puesta en operación de los precipitadores electrostáticos, y así evitar afectaciones al medio ambiente o a la generación de energía del Sistema Eléctrico Nacional.
Karen Ballesteros