La narrativa de Estados Unidos sobre grupos criminales todopoderosos de México está sobrevaluada, considera Josué González Torres, experto en el estudio del crimen organizado. Agrega que la realidad es distinta a lo planteado por las autoridades del vecino país del norte. Como ejemplo, cita que “Los Chapitos no tomaron el lugar de su padre, Joaquín Guzmán Loera; son una facción del Cártel de Sinaloa ‘de medio pelo’, conformada por diversas facciones. Entre ellas, la más grande es la encabezada por Ismael el Mayo Zambada, quien no está bajo los reflectores”.
En entrevista con Contralínea, afirma que actualmente no hay una facción dominante en el Cártel de Sinaloa que aglutine el liderazgo que tenía el Chapo Guzmán. Considera que la narrativa del Departamento de Justicia de Estados Unidos no coincide con la realidad y en parte obedece a los cambios en la Ley de Seguridad Nacional, que obligó a los agentes extranjeros a salir del país.
Los cinco escritos de acusación –dados a conocer el pasado 14 de abril– contra los hijos de Joquín Guzmán Loera apuntan al Cártel de Sinaloa y su facción Los Chapitos como una de las empresas narcotraficantes más poderosas de México. Los señalamientos provienen de tres distritos judiciales federales de Estados Unidos: el distrito de Columbia, distrito del norte de Illinois, y el distrito del sur de Nueva York (SDNY), cuyos fiscales
Los documentos contienen imputaciones y relatan en detalle los actos delictivos de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López, supuestos responsables de inundar el vecino país del norte con fentanilo.
También los cargos son muy distintos: el Distrito Norte de Illinois acusa a los cuatro de tráfico de cocaína, metanfetaminas y cocaína, entre otros cargos, e intercala detalles sensacionalistas, como dar personas vivas como comida a los tigres, mientras que el SDNY acusa de tráfico de fentanilo a los tres y a numerosos cómplices y suministra detalles excelentes sobre su modus operandi y su historia.
En el anuncio participaron el fiscal general Merrick B Garland, la fiscal general adjunta Lisa O Monaco, el director del FBI Christopher A Wray, la administradora de la DEA Anne Milgram, el fiscal general adjunto Kenneth A Polite, JR de la División Penal del Departamento de Justicia; así como el fiscal federal Damian Williams, para el Distrito Sur de Nueva York; el fiscal federal Randy Grossman, del Distrito Sur de California; el fiscal federal interino Morris Pasqual, del Distrito Norte de Illinois; y el director adjunto interino PJ Lechleitner, del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
El 16 de abril de 2023, el fiscal general Merrick B Guirnalda anunció acciones de cumplimiento del Departamento de Justicia contra la operación de tráfico de fentanilo “más grande, violenta y prolífica del mundo”, dirigida por el Cártel de Sinaloa e impulsada por compañías químicas y farmacéuticas precursoras chinas.
Por su parte, la administradora de la DEA, Anne Milgram, dijo que durante el último año y medio la Agencia Antidrogas se infiltró proactivamente en el Cártel de Sinaloa y la red Chapitos, y obtuvo un acceso sin precedentes a los niveles más altos de la organización y los siguió por todo el mundo.
Los Chapitos no son como los pintan
Al desmenuzar los escritos de acusación contra los hijos de Joaquín Guzmán Loera, conocidos como Los Chapitos, en tres distritos de Estados Unidos, Steve Dudley –experto de InSight Crime– señala contradicciones en las versiones de fiscales respecto del tiempo, lugar y forma en que éstos se convirtieron en principales proveedores de fentanilo a Estados Unidos.
En su análisis Cinco conclusiones de los escritos de acusación de Estados Unidos a Los Chapitos y compañía, Dudley refuta algunas de las afirmaciones de los fiscales en contra de Los Chapitos. Por ejemplo, según el Distrito Norte de Illinois, en 2008 Los Chapitos enviaron 10 toneladas de cocaína por el Pacífico hacia Estados Unidos. Poco después, se dice que llevaron otras cinco toneladas por esa misma ruta del Pacífico. El momento es importante, señala Steve Dudley, ya que en enero de 2008 las autoridades mexicanas capturaron a Alfredo Beltrán Leyva. Poco después, liberaron a Iván Archivaldo Guzmán Salazar por un tecnicismo.
La Organización Beltrán Leyva (OBL) vio eso como una señal de que el padre de Guzmán Salazar, el Chapo Guzmán –quien estaba libre– había cambiado con las autoridades a Alfredo por Iván. “Se desató la guerra. Cientos murieron, incluido otro hijo del Chapo, quien cayó muerto por una ráfaga de balas cuando salía de un centro comercial en Culiacán. En medio de este embrollo familiar, Los Chapitos se foguearon en el arte de la guerra, tanto como en el de los negocios”.
En estos días, prosigue, Los Chapitos tienen presencia literalmente por doquier, según el Distrito Norte de Illinois, y ahí se incluye a Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala y, por supuesto, a México. También estaban en Texas, Illinois, California, Nueva Jersey y Arizona, entre otros lugares, para el trasiego de cocaína, metanfetaminas y marihuana. El Distrito Sur de Nueva York, por su parte, dice que tienen presencia en 45 países.
Según el expediente del SDNY, esto ocurrió en una “modesta casa de Culiacán” bajo la supervisión de Los Chapitos. A este le siguieron más experimentos en un laboratorio clandestino en Durango, que se usaba para elaborar metanfetaminas, dicen los fiscales. “Esta afirmación es increíble por muchas razones, de las cuales una importante es porque, al día de hoy, las autoridades mexicanas, incluido el presidente Andrés Manuel López Obrador, insisten que los grupos criminales mexicanos no sintetizan fentanilo en México”, advierte en su análisis Steve Dudley.
Pero también es poco creíble por la presunta fecha de inicio. El consumo de fentanilo en Estados Unidos despegó en 2014 (las estadísticas de sobredosis de 2015 en Estados Unidos fueron el primer indicio de la magnitud del problema) y no ha cesado, lo que pondría a Los Chapitos al frente de la crisis del fentanilo, advierte el experto de InSight Crime.
Sin embargo, dice, aunque esa narrativa tenga muchos adeptos en Washington, la realidad podría ser un poco más compleja. Cuando se inició el consumo de fentanilo en Estados Unidos, este se producía en China y llegaba directamente al país del norte sin participación de organizaciones criminales mexicanas, subraya.
Más aún, Los Chapitos tendrían unos 20 o 30 años en 2014, muy jóvenes para cualquier negocio y sobre todo para supervisar una operación incipiente de fentanilo por su cuenta antes de que el gobierno chino comenzara a aplicar medidas estrictas para regular el fentanilo y sus análogos, lo que no sucedió en propiedad sino hasta 2019.
Sin embargo, esto puede ser cierto en lo que respecta al Cártel de Sinaloa en general, específicamente porque las metanfetaminas siguieron un proceso similar. En la actualidad, los grupos criminales mexicanos como el Cártel de Sinaloa –en gran medida por la manera como se están endureciendo las regulaciones sobre los precursores de las metanfetaminas– se han hecho autosuficientes en la producción de metanfetaminas con calidad sobresaliente a nivel mundial.
Los Chapitos compiten por el “monopolio” del fentanilo en México
Ellos “controlan y manejan un porcentaje importante de los laboratorios del Cártel [de Sinaloa]”, según los fiscales del Distrito Sur de Nueva York. Y han montado una “avanzada” de distribución en Ciudad de México, donde podrían vender fentanilo terminado a otras divisiones de su organización y a otras organizaciones para mezclar con drogas tradicionales como la heroína.
Eso difiere en parte de lo que hemos descubierto [InSight Crime] en nuestros años de investigación sobre las drogas sintéticas. Nuestra hipótesis, sin tener necesariamente acceso a interceptaciones y testigos cooperantes, fue que estas redes actuaban de manera más independiente. Aun así, la narrativa del SDNY habla de un control estricto.
“En la primavera de 2022, Ovidio Guzmán López señaló que estaba trabajando para centralizar toda la elaboración de fentanilo en Sinaloa”, dice uno de los escritos de acusación, lo que “impone de manera absoluta un monopolio para el Cártel sobre el mercado del fentanilo en México”.
Hay algunas variaciones de esto. La imputación del SDNY contra Los Chapitos aclara que hay varias facciones del grupo que “manejan redes de laboratorios propias”. Pero, otros usan el “mismo grupo de cocineros compartidos” para sintetizar fentanilo, aducen los fiscales.
El mercado de los precursores está dirigido por intermediarios
El escrito de acusación del SDNY identifica a Ana Gabriela Rubio Zea, de nacionalidad guatemalteca, como una de las principales intermediarias del grupo para los precursores químicos. Rubio, según los fiscales, trabaja con productores chinos de químicos con operaciones en Wuhan y otras provincias que no fueron identificadas.
Sin embargo, los fiscales identificaron a Jiang y Yonghao Wu, alias “Tim”, como “intermediarios radicados en China” y Wuhan Shuokang Biological Technology como la empresa que dirigen.
Estos precursores tenían distintas rutas. Algunos iban directamente a México “ocultos en contenedores de alimentos o empacados con químicos legales”, muchas veces por medio de “servicios de mensajería aérea china”. Pero “por lo general” llegaban por Alemania, como indicó un intermediario.
Y otros más, pasaban por Estados Unidos, incluidos Alaska y California. Gran parte del fentanilo y los precursores de fentanilo llegaban por los aeropuertos internacionales de México, como los de Ciudad de México y Guadalajara.
El mercado mayorista de fentanilo en Estados Unidos puede alcanzar los 3 mil millones de dólares.
Los fiscales del SDNY dicen que Los Chapitos y sus cómplices venden fármacos adulterados mezclados con fentanilo por cerca de1 dólar por tableta en Estados Unidos. También afirman que Los Chapitos y sus cómplices venden un kilo de fentanilo por unos mil dólares.
Esos dos datos son información suficiente para estimar el tamaño del mercado mayorista de fentanilo, aunque cada dato lleva a una conclusión muy distinta, explica Steve Dudley, quien hace cuentas y compara históricamente los datos de los fiscales del distrito de Nueva York.
En su informe publicado en 2022, dice, la Comisión Estadounidense para Combatir el Tráfico de Opiáceos Sintéticos (CCSOT) estimó que Estados Unidos consumió entre 3,75 y 5 toneladas de fentanilo al año de dos formas en el país: por medio de píldoras adulteradas, en su mayoría pastillas falsas de OxyContin, conocidas como M30; o mezcladas con drogas tradicionales, como la cocaína y la heroína.
Dada la imposibilidad de calcular cuánto se mezcla en drogas tradicionales, se asume que el total del fentanilo en Estados Unidos se consume mediante tabletas M30 adulteradas. Esto nos ayuda también en otro aspecto, pues sabemos que la mayoría de las tabletas se mezclan con algo en el rango de los 1,7 miligramos, en parte porque 2 miligramos son letales.
Asumiendo, entonces, que las organizaciones criminales agregan 1,7 miligramos de fentanilo en cada tableta, y venden 5 toneladas de fentanilo al por mayor en razón de1 dólar por tableta, entonces el ingreso bruto rondaría los 2 mil 940 millones de dólares.
Hacer los cálculos para los bloques de fentanilo es más complicado y lleva a un resultado muy distinto. Los ladrillos, como fiscales e investigadores antinarcóticos han indicado a InSight Crime, normalmente tienen solo un 10 por ciento de fentanilo puro o menos. En otras palabras, cada kilo tiene 100 mil miligramos o menos de fentanilo. Lo demás son excipientes.
Si tomamos estos 100 mil miligramos de fentanilo y los mezclamos con tabletas adulteradas en razón de 1,7 miligramos por tableta, tendremos cerca de 59 mil tabletas. Si luego se vende cada una de esas tabletas en 1 dólar, tendríamos 59 mil dólares por cada kilo comprado.
Ese es un buen retorno, pero en un mercado donde se consumen 5 toneladas, eso generaría 295 millones de dólares de ingresos brutos, muy por debajo del mercado de 2 mil 940 millones citados anteriormente, remata el analista.
Las acusaciones contra Los Chapitos
Distrito Sur de Nueva York. Los cargos de tráfico de fentanilo, armas y lavado de dinero se dieron a conocer en el Distrito Sur de Nueva York contra 28 acusados, incluidos tres de Los Chapitos; principales lugartenientes y líderes del Cártel de Sinaloa; presuntos fabricantes y distribuidores del fentanilo,; los jefes del violento aparato armado de seguridad que protege las operaciones de narcotráfico los lavadores de dinero sofisticados que repatrían las ganancias a México; y múltiples proveedores de recursores químicos en China.
Según documentos judiciales, Iván Guzmán Salazar, Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y sus cómplices supuestamente controlaban operaciones extensas, multifacéticas e internacionales que cubrían el comercio de fentanilo. A través de los cuales supuestamente obtuvieron cientos de millones de dólares en ganancias. Siete acusados están detenidos en espera de procedimientos de extradición. Ovidio Guzmán López está acusado en una acusación separada por los mismos delitos.
Los fiscales federales adjuntos Kyle A. Wirshba, Nicholas S. Bradley, Sarah L. Kushner, David J. Robles y Alexander Li del Distrito Sur de Nueva York están procesando el caso. La Oficina de Asuntos Internacionales (OIA) del Departamento de Justicia brindó asistencia sustancial.
Distrito Norte de Illinois
Los cargos de narcóticos, lavado de dinero y armas de fuego se dieron a conocer en el Distrito Norte de Illinois contra cuatro de Los Chapitos: Iván Guzmán Salazar, Alfredo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López y Ovidio Guzmán López.
Según los documentos judiciales, los cargos se derivan de un esfuerzo de colaboración multidistrital de décadas entre la Sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas (NDDS) de la División Criminal, el Distrito Norte de Illinois, el Distrito Sur de California y sus socios encargados de hacer cumplir la ley.
La acusación formal alega que entre mayo de 2008 y el 5 de abril de 2023, Los Chapitos operaron una Empresa Criminal Continua (CCE) de narcotráfico, junto con cargos adicionales de drogas, lavado de dinero y armas de fuego.
Ovidio Guzmán López está acusado en una acusación separada por los mismos delitos, que data de mayo de 2008 hasta octubre de 2021, cuando las autoridades mexicanas lo arrestaron el 5 de enero en Culiacán, Sinaloa. Ovidio Guzmán López permanece detenido en México a la espera de un proceso de extradición.
La Oficina Local del FBI en Washington y la Oficina Local de San Diego, la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional en Nogales, la División de Chicago y la División de San Diego de la DEA, y la Oficina de Investigaciones Criminales del IRS en Chicago están investigando el caso.
La jefa adjunta interina Katharine Wagner y el abogado litigante Kirk Handrich del NDDS, los fiscales federales adjuntos Andrew Erskine y Erika Csicsila para el distrito norte de Illinois y el fiscal federal adjunto Matthew Sutton para el distrito sur de California están procesando el caso. La OIA brindó una asistencia sustancial.
Este caso cuenta con el apoyo de las Fuerzas Especiales de Control de Drogas contra el Crimen Organizado (OCDETF).
Distrito de Columbia
Los cargos de narcóticos, armas de fuego y represalias de testigos fueron revelados en el Distrito de Columbia contra Néstor Isidro Pérez Salas, alias Nini, de 31 años, supuestamente uno de los principales sicarios o asesinos de Los Chapitos.
Según documentos judiciales, Pérez Salas es supuestamente un líder y comandante de los “Ninis”, un grupo violento encargado de brindar seguridad a Los Chapitos. Al menos desde 2012 hasta febrero de 2021, Pérez Salas presuntamente conspiró para distribuir y fabricar cocaína y metanfetamina para su importación ilegal a los Estados Unidos, usó un arma de fuego para promover el presunto delito de narcotráfico y mató, intentó matar, amenazó y causó lesiones corporales a otro para intimidar a un testigo e informante del gobierno.
La oficina local del FBI en Washington está investigando el caso, mientras que los abogados litigantes Kirk Handrich y Kate Naseef de la Sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas de la División Criminal están procesando el caso.
Tras el arresto de Guzmán Loera en enero de 2016 y su extradición a los Estados Unidos en enero de 2017, Los Chapitos supuestamente asumieron el papel anterior de su padre como líderes del Cártel de Sinaloa, junto con Zambada García y Dámaso López Núñez, alias El Licenciado.
Posteriormente, Los Chapitos acumularon un mayor control sobre el Cártel de Sinaloa al supuestamente amenazar y causar violencia contra López Núñez, su familia y sus asociados y, como resultado, se convirtieron en los principales líderes y narcotraficantes dentro del Cártel de Sinaloa.
Las acusaciones que se dieron a conocer el 16 de abril demuestran que el Cártel de Sinaloa ha estado involucrado en actividades de tráfico de drogas hacia los Estados Unidos y violencia durante más de una década y media. Se alega que Los Chapitos han transportado repetida y consistentemente cantidades letales de cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo.
El Departamento de Estado de Estados Unidos, a través de su Programa de Recompensas por Narcóticos, ofrece recompensas de hasta 10 millones de dólares por información que conduzca al arresto y/o condena de Iván Guzmán Salazar, Alfredo Guzmán Salazar y Ovidio Guzmán López, y hasta 5 millones de dólares por información que condujo al arresto y/o condena de Joaquín Guzmán López.