Cada vez es mayor el número de habitantes de la antigua zona de influencia de Luz y Fuerza del Centro que se convencen de que con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) las cosas están peor que antes. Más de 60 mil quejas han sido presentadas ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) por molestos usuarios ante el cobro desmedido en sus recibos de luz, entre otras irregularidades. Es el oscuro panorama al que se enfrentan los habitantes de esta zona luego del Decreto de Extinción de Luz y Fuerza, del 11 de octubre de 2009, que dejó sin empleo a 44 mil electricistas.
Sólo los más ingenuos se atreven a pensar que la “empresa de clase mundial” está haciendo bien las cosas; apagones y fallas se repiten por doquier y cuando se reportan las anomalías las respuestas son, como en la popular canción vernácula, decir que sí, pero nunca decir cuándo.
En cada barrio, colonia, delegación o municipio el descontento va en aumento; no se necesita haber estudiado en Harvard o Yale para darse cuenta de las pifias cometidas por la CFE. Una de las más graves: “estimar” el cobro a los usuarios a su muy particular albedrío, disparando artificialmente los consumos sin explicación alguna.
Por eso la gente está comenzando a organizarse. No tiene otra salida más que la autodefensa en sus barrios, para evitar los arbitrarios cortes, ante la imposibilidad de pagar recibos de 5, 10 y hasta 20 mil pesos.
Los de la CFE –o mejor dicho sus empresas contratistas que atienden sus call centers–, sólo aciertan a decir a los usuarios que “paguen para evitar el corte”, que “después aclaren”. ¿Sabrá Antonio Vivanco (director de la CFE) y sus funcionarios en qué país vivimos? ¿Conocerán siquiera por asomo, la difícil situación económica a que se enfrentan millones de trabajadores que subsisten con uno o dos salarios mínimos al mes?
¿De dónde sacan que una familia humilde puede pagar un recibo de luz ya no digamos de 20 mil ni 5 mil, sino de 1 mil pesos? ¿De dónde inventan que dos focos, un televisor y un refrigerador generan consumos de ese nivel?
Ante el cierre de Luz y Fuerza del Centro, una de las demandas del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) fue precisamente el de una tarifa social que cobrara menos a los que menos tienen. Los trabajadores del SME, sabíamos de los problemas a que se enfrentaban los hogares humildes para liquidar su recibo de luz.
Ahora los funcionarios de CFE salen con la guadaña de los cortes sin tomar en cuenta el perfil socioeconómico de la gente a la que ilusamente se le intenta cobrar las altas, ilegales e injustas tarifas.
La pregunta es: ¿tendrá una consecuencia política toda esta serie de abusos? Por supuesto que sí. Miles de hogares humildes se están quedando sin luz y saben perfectamente quiénes son los culpables: la CFE y el gobierno de Felipe Calderón que extinguió Luz y Fuerza, esa empresa que por décadas les atendió, como ahora se aprecia, de manera más cordial y oportuna.
Cuando la gente pobre vaya a sufragar en 2012, júrelo que se va acordar de las arbitrariedades cometidas en su contra por la CFE y el gobierno panista de Calderón. Bastará con ver su casa a oscuras para saber por quiénes no van a votar.
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas
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