Cinco organizaciones internacionales han sido calificadas por el gobierno estadunidense de Donald Trump como “amenazas máximas” a la seguridad nacional de Estados Unidos. Dos de ellas son de origen mexicano: el mítico Cártel de Sinaloa y su siamés el Cártel Jalisco Nueva Generación, con el que ahora mantiene una feroz lucha por las mismas rutas de trasiego y los mismos mercados.

Otras dos son también de origen latinoamericano: la Mara Salvatrucha MS-13 (con presencia principalmente en El Salvador, Honduras y Guatemala; pero también en Nicaragua, México y Estados Unidos) y el Clan del Golfo (de narcoparamilitares colombianos).

Mención aparte merece la quinta “amenaza máxima” señalada por Estados Unidos. Es una organización muy diferente. No sólo porque pertenece a otro continente y otra cultura, sino porque ésta sí cuenta con reivindicaciones políticas y lucha por lo que considera la liberación de su pueblo. No es un negocio, pues. Se trata de los chiítas de Hezbolá, que tienen presencia en Líbano, Siria, Irán e Irak.

La identificación de esas supuestas cinco “amenazas máximas” por parte del Departamento de Justicia estadunidense vino acompañado de un anuncio. Que el mundo lo sepa: Estados Unidos ha creado una “fuerza de tarea” para “acabar para siempre” con estas organizaciones. Esta Fuerza de Tarea contra la Delincuencia Organizada y la Droga librará una lucha, aclara, por “medios legales”. En el anuncio, hecho por el fiscal general estadunidense Jeff Sessions el pasado 15 de octubre, estaban presentes funcionarios mexicanos.

El documento liberado por el Departamento de Justicia ese mismo día señala cómo llegó el gobierno de Donald Trump a identificar estas “amenazas máximas”. Todo empezó el 9 de febrero de este año, con la Orden Ejecutiva 13773 emitida por el presidente estadunidense para “garantizar que las agencias federales de cumplimiento de la ley otorguen un alta prioridad y dediquen recursos suficientes a los esfuerzos para identificar, interceptar, interrumpir y desmantelar a las organizaciones trasnacionales de delincuentes”.

Fue así que, “siguiendo esta orden ejecutiva”, Jeff Sessions ordenó al Buró Federal de Investigaciones (FBI), a la agencia antidrogas (DEA), a la original Fuerza de Tarea contra la Delincuencia Organizada y a la División Criminal del Departamento de Estado “identificar los principales grupos criminales trasnacionales que amenazan la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos y sus aliados”.

Y como resultado de esa “evaluación” se identificó a las principales amenazas citadas: los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación; la MS-13; el Clan del Golfo, y el Hezbolá.

Fue nombrado como director de la Fuerza de Tarea Adam Cohen, quien se venía desempeñando como jefe de la Unidad de Operaciones Especiales de la División Criminal del Departamento de Justicia.

Además, quedó establecido que la Fuerza de Tarea funcionará con un grupo de trabajo o comité y cinco subcomités (uno por cada organización a combatir).

En el documento se señala que el Subcomité del Cártel de Sinaloa estará dirigido por el fiscal federal adjunto Matthew Sutton, de la Oficina del Fiscal de Estados Unidos para el Distrito Sur de California. “Sutton procesó a varios capos de Sinaloa y lideró múltiples investigaciones internacionales dirigidas contra los líderes del Cártel  de Sinaloa, lo que resultó en la incautación de millones de dólares en ingresos por drogas y de miles de kilogramos de drogas ilícitas”.

Por su parte, el Subcomité del Cártel de Jalisco Nueva Generación estará encabezado por el abogado litigante Brett Reynols, de la sección de Estupefacientes y Drogas Peligrosas de la División de lo Penal del Departamento de Justicia. “Reynols ha liderado o codirigido varias investigaciones sobre el Cártel que han llevado a acusaciones de algunos de sus miembros del más alto rango”.

Con respecto del Subcomité de la MS-13, en éste estará al frente el abogado asistente de Estados Unidos, John Durham, de la Oficina del Fiscal de Estados Unidos. “Durham ha desempeñado un papel importante en la Fuerza de Tarea de Long Island del FBI, que ha arrestado a cientos de miembros de la MS-13”.

El procurador asistente de la Oficina del Fiscal de Estados Unidos para el Distrito Sur de Florida, Robert Emery, será quien encabece el Subcomité del Clan del Golfo. “Emery ha obtenido condenas contra los líderes del Clan del Golfo, incluido el líder Henry de Jesús López Londoño, quien comandó a más de 1 mil hombres armados para el cártel”.

Finalmente, el Subcomité sobre Hezbolá será dirigido por el fiscal federal adjunto Ilan Graff, de la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito Sur de Nueva York. “Graff está supervisando el enjuiciamiento de dos supuestos miembros de la organización de seguridad externa de Hezbolá”, quienes supuestamente cometerían delitos de terrorismo en Estados Unidos.

La primera orden que les dio Session es que en menos de 3 meses (90 días) presenten un plan para interrumpir las actividades de estas organizaciones y desmantelarlas. Cada uno de estos subcomités contará con “un grupo de experimentados fiscales internacionales de tráfico de narcóticos, terrorismo, crimen organizado y lavado de dinero”.

¿De qué manera “cooperará” México con esta Fuerza de Tarea que supuestamente combatirá al Cártel de Sinaloa, de Ismael Zambada, el Mayo, y al Cártel de Jalisco Nueva Generación, de Nemesio Oceguera, el Mencho? ¿Andrés Manuel López Obrador aceptará esta sumisión?

Zósimo Camacho

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