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Con Palestina, toda la humanidad

Con Palestina, toda la humanidad

FOTO: 123RF

En México y el mundo, se despierta la conciencia humana, mientras se multiplican las manifestaciones en apoyo a Palestina y sus derechos. La humanidad quiere paz. En la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 120 países exigen a Israel un “alto al fuego” aprobando el viernes 27 por mayoría. Es una resolución que plantea: “tregua humanitaria inmediata, duradera y sostenida”. Pide a Israel permitir suministros y medidas “suficientes y sin obstáculos” para salvar vidas en el pueblo sitiado de Gaza y que se respete el derecho internacional humanitario.

Sin embargo, Israel –con apoyo de Estados Unidos– continúa sus brutales ataques a la población civil. Los bombardeos del régimen han causado la muerte de más de 88 mil palestinos (desde el 7 de octubre hasta el primero de noviembre). El 70 por ciento son mujeres, niñas y niños ¡han matado a 4 mil infantes! Cortan agua, luz, combustible, comida, internet, telefonía, bombardean hospitales y matan periodistas; destruyen barrios. Cometen crímenes de guerra violando todas las leyes internacionales ¡Es un genocidio! Apoyemos el boicot a empresas que financian a Israel. Es hora de romper relaciones diplomáticas con Israel.

Es lamentable la violencia y condenables las muertes en Medio Oriente, inaceptables los ataques a la población civil. La grave escalada del conflicto se desata tras 75 años de ocupación y colonización de los territorios palestinos.

El territorio estaba dividido en 94 por ciento de tierra palestina, y 6 por ciento, judía. Sin embargo, la ONU le dio a Israel el 56 por ciento, y sólo 44 por ciento a los palestinos en 1948. En 1967, durante la guerra de seis días, Israel invadió Jerusalén del Este y Cisjordania. La resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de noviembre de 1967 exige la salida de los territorios ocupados por Israel.

No lo hicieron. Hace 15 años, Palestina conservaba apenas el 22 por ciento de su territorio original. Hoy, sólo controlan el 10 por ciento, además están bloqueados y cercados. No hay un solo año en el que Israel no haya construido en territorio ocupado.

Quieren exterminar a los palestinos, con la bendición de Washington y Occidente. Hasta septiembre ya iban 268 muertes. Han asesinado a más de 5 millones de palestinos entre 1948 y 2023. Los grandes medios callan. Por la paz, urge el reconocimiento del Estado palestino y el respeto a las fronteras trazadas por la ONU en 1967.

Las numerosas resoluciones que ha tomado la Asamblea General para frenar el expansionismo de Israel sobre las tierras palestinas, han sido vetadas por Estados Unidos. Nunca como ahora, la ONU había exhibido su nulo papel, cuando el genocidio en Palestina horroriza a la humanidad. Ese organismo no lo detiene, aunque, se supone, vela por la paz en el mundo.

Desde que se creó –el 24 de octubre de 1945–, es una organización antidemocrática dominada por el Consejo de Seguridad. Actúan 15 países miembros, de los cuales cinco países tienen derecho de veto: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China. Así que el Pleno de la Asamblea es rehén de estos cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

Las resoluciones de la Asamblea pueden ser vetadas por cualquiera de las potencias dominantes. En este caso, Estados Unidos se ha mostrado como el mayor cómplice del sionismo, al que le ha dado 63 millones de dólares de ayuda militar desde 2001. Es un promedio de 3 mil al año. Joe Biden ha pedido al Congreso otros 106 mil millones de dólares para Israel y Ucrania, por cierto, para necesidades internas… sólo pide 50 millones de dólares. La ONU se tiene que democratizar. Ya es hora.

Las manifestaciones en el mundo exigen que pare la barbarie sionista. Millones de personas se han levantado en protesta por los crímenes que Israel está cometiendo en Gaza. También, están denunciando la luz verde que Estados Unidos está dando a los crímenes de guerra al crear el desvío del supuesto “derecho de Israel a la legítima defensa”. Como si los crímenes de guerra y el genocidio pudieran justificarse en nombre de la legítima defensa.

En México, se han realizado numerosas manifestaciones frente a la Embajada de Israel, en el Paseo de la Reforma, el Monumento a la Revolución, el Zócalo en la Ciudad de México y en numerosos estados de la República. Ante el mortífero ataque a Jabalia –el más grande de la franja de Gaza, que dejó más de 400 víctimas entre muertos y heridos, sucedido el martes 31 de octubre–, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha mostrado su total repudio.

Colombia y Chile han llamado en consulta a sus embajadores, y Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Israel. El presidente brasileño, Lula da Silva, llamó el mismo día al cese inmediato de los bombardeos de Israel en la franja de Gaza. Además, lamentó los cerca de 3 mil niños palestinos que perdieron sus vidas.

Dijo que “estamos viendo por primera vez una guerra en la que la mayoría de los muertos son niños ¡Alto! ¡Por el amor de Dios, paren!”. Mientras que, en una entrevista con la cadena catarí Al Jazeera, el portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), James Elder, manifestó el 31 de octubre que el número de niños asesinados es catastrófico.

En el Congreso de los Estados Unidos, durante la visita de Antony Blinken y Lloyd Austin –secretarios de Estado y de Defensa–, activistas sentados atrás de los funcionarios de Washington, gritaron: “¡Alto al fuego ya! ¡Los palestinos no son animales! ¡Dejen de financiar el genocidio en Palestina!” Levantaron las manos pintadas de rojo en señal de protesta.

Por otro lado, muchas organizaciones judías en Estados Unidos han condenado la barbarie sionista, musulmanes estadunidenses y algunos activistas del Partido Demócrata indicaron que trabajarán para movilizar a millones de votantes musulmanes para que no hagan donaciones, ni voten a favor de la relección de Biden en 2024, a menos que tome medidas inmediatas para garantizar un alto al fuego en Gaza.

En Nueva York, Washington y en todo el país crecen las protestas contra el apoyo de Washington al genocidio. Asimismo, activistas lograron cerrar la a empresa de armas Elbit, el mayor fabricante de armas del régimen de Israel.

La ministra española de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha demandado la ruptura de relaciones diplomáticas con el estado de Israel. De igual manera, denunció el genocidio y crímenes de guerra al primer ministro, Benjamín Netanyahu. “Israel está demostrando lo peor que el ser humano puede ser. Cuánta indignidad ¿Por cuánto tiempo nos harán cómplices de esta barbarie los líderes europeos?”, dijo la ministra en X, antes Twitter.

En Reino Unido, durante una entrevista con Al Jazeera, el exdirigente del Partido Laborista del Reino Unido, Jeremy Corbyn, dijo: “Qué vergüenza para el establishment político estadunidense que está dispuesto a ser un espectador y ver cómo continúa esta carnicería”, refiriéndose al conflicto en Medio Oriente.

“El ejército de ocupación israelí ha lanzado más de 18 mil toneladas de explosivos en la Franja de Gaza desde que comenzó su agresión hace 24 días”, anunció la Oficina de Medios en Gaza en un comunicado el lunes. Detalló que, hasta ahora, ha lanzado 50 toneladas de explosivos por cada kilómetro del enclave costero.

Aquellos países, incluidos Canadá, Francia, Gran Bretaña, Alemania y la Unión Europea, que alimentan la narrativa de Israel de que está haciendo todo lo posible para evitar matar civiles, pero que son daños colaterales porque Hamás “supuestamente” los usa como escudos humanos, están siendo condenados como conciliadores con los crímenes de genocidio que se están cometiendo. Cualquier intento de crear una equivalencia moral entre la resistencia palestina y los crímenes de la ocupación israelí de Palestina merece ser condenado.

En Cisjordania, los habitantes de Ramalá, Hebrón, Yenín, Tulkarem, Tubas y de otras ciudades exigen más acciones para enfrentar a Israel y apoyar a la Franja de Gaza. De Cisjordania, las manifestaciones han pasado a Túnez, Iraq, Irán, Turquía, Siria y Jordania hasta Nueva York. En Estados Unidos, se multiplican las protestas y en Canadá –desde Quebec hasta Vancouver–, se aumentan las movilizaciones de miles y miles de personas.

En Europa, cunde la indignación. Impresionantes han sido las movilizaciones en Reino Unido. En Francia, no cesan de salir a las calles a pesar de que el gobierno de Macron prohibió todo apoyo a Palestina y su policía reprime a quienes se expresan pacíficamente.

El primero de noviembre, el ayatolá Seyed Ali Jamenei –líder de Irán– llamó al cese de los crímenes en Gaza y a los países islámicos a presionar deteniendo las exportaciones de petróleo, alimentos y bienes al régimen israelí. De esta manera, obligarlo a frenar sus atrocidades en Palestina.

Miles de tunecinos se manifestaron cerca de la embajada de Francia en Túnez. Pidieron a su país que expulse al embajador francés, debido al apoyo inequívoco a los crímenes de Israel, además de la prohibición de las protestas, ya que cualquier manifestación de solidaridad con las y los palestinos se equipara con “apología del terrorismo”.

En el Líbano, se llevó a cabo una gran manifestación frente a la embajada de Estados Unidos en Beirut. Escenas similares se repitieron en Mauritania, Yemen, Irak, Pakistán y en Turquía, así como en otros países árabes y de Oriente Medio.

En Ammán, Jordania, cientos de manifestantes intentaron asaltar la embajada israelí. Quemaron las paredes y las puertas cercanas a la entrada. Las fuerzas de seguridad jordanas se enfrentaron con los manifestantes y lanzaron botes de gas lacrimógeno en un intento desesperado por dispersarlos.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha responsabilizado a los países occidentales de los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza. “Occidente es responsable de las masacres en Gaza. Israel es sólo un peón que podría ser sacrificado en cualquier momento. Israel no puede sobrevivir tres días sin el apoyo de Occidente”, declaró el mandatario en un discurso en Estambul, realizado este sábado 18.

En su país, son continuas las manifestaciones. Una de ellas se realizó cerca del consulado israelí en Estambul, el 17 de octubre. Más de 60 personas resultaron heridas, la mayoría de ellas eran policías, cuando hizo uso de la fuerza para dispersar la protesta.

Se multiplican las voces. Exigen detener los ataques dirigidos contra la infraestructura civil, en especial la destinada a garantizar la provisión de servicios esenciales en la Franja de Gaza, incluidos hospitales, plantas desalinizadoras de agua y centros destinados a acoger refugiados.

De mayoría musulmana, decenas de manifestantes invadieron el aeropuerto de Majachkalá –la capital de la república rusa de Daguestán–, tras el anuncio de que un avión estaba llegando de Israel. Los disturbios llevaron al controlador aéreo ruso, Rosaviatsia, a suspender los vuelos de esa terminal.

El escritor Michel Warschawski describe una imagen muy pertinente del historiador judío inglés Isaac Deutscher: un fugitivo es perseguido por alguien que le amenaza con un cuchillo. Entra en la primera casa que pilla. Sin embargo, en lugar de decir “perdónenme, ahí afuera corre peligro mi vida, sería preciso que permaneciera en su casa un cierto tiempo”, enseguida empuja a los propietarios de la entrada hacia la sala de estar, luego hacia la cocina, para acabar confinándoles en el trastero. Y al final dice: “Esto siempre ha sido mío”.

Itamar Ben Gvir –ministro de Seguridad Nacional de Israel– ha tomado la iniciativa de distribuir cerca de 15 mil armas entre colonos y civiles en ciudades mixtas ¿Está buscando una conflagración en Cisjordania y en el propio Israel?

Esto refleja, dice Warschawski, el deseo de una parte importante de la opinión pública y de la clase política de completar la Nakba: “No terminamos el trabajo en el 48-49, quizá podamos hacerlo ahora”. Las y los palestinos ven lo que está ocurriendo en Gaza como un deseo de expulsar a parte de la población del territorio hacia el Sinaí.

Mientras tanto, los palestinos han derrotado al ejército israelí en sus varios intentos por invadir Gaza por tierra. Han causado bajas a sus soldados destruyendo sus vehículos de combate, tanques y buldóceres incluidos.

Es la hora de que los pueblos del mundo se movilicen para demandar el cese de relaciones diplomáticas y comerciales con Israel, hasta que deje de masacrar a palestinos inocentes.