Si algunas elecciones, fuera de las cuestionadas todavía de 2006, han causado las más variadas opiniones, son las que ocurrirán el 3 de julio en el Estado de México. El asunto tiene mayúscula importancia, ya que se les relaciona con las presidenciales de 2012.
Y es que ocurren en la entidad donde gobierna Enrique Peña Nieto, quien hace largos meses es el presidenciable mejor calificado, y, asimismo, un cacique premoderno de su estado. Tanto, que en un juego casi echeverrista hizo una lista, placeó a los suspirantes y se decidió, en última instancia, no por quien tenía mayores compromisos (Alfredo del Mazo Maza, del Grupo Atlacomulco), sino por el que le posibilitaba un triunfo casi seguro: Eruviel Ávila.
Esa decisión muestra, claramente, la necesidad de hacer concesiones indispensables para tratar de asegurar la victoria, algo que deben aprender los grillos que están en el limbo. Igual en México que en España, donde los jóvenes sin futuro, millones, han impulsado un movimiento nacional contra todos los partidos. En el país europeo, por cierto, las redes sociales han vuelto a demostrar ser el instrumento para una convocatoria amplia y diversa.
Los perredistas hicieron un esfuerzo sin precedentes. La buena relación de Alejandro Encinas logró conjuntar a casi todos los importantes del Partido de la Revolución Democrática: Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard e incluso un callado y agobiado sin candilejas Porfirio Muñoz Ledo (faltó Rosario Robles, quien dimitió a esa organización luego de su escándalo con Carlos Ahumada). El encuentro de los dos más conocidos, Andrés Manuel y Cuauhtémoc, no sucedía desde 2004 en la toma de protesta al gobierno de Zacatecas de Amalia García, hoy en problemas muy serios de corrupción.
Mientras en esas dos organizaciones hubo cambios, en el Partido Acción Nacional existió involución. El abanderado será un exsecretario privado de Felipe Calderón, Luis Felipe Bravo Mena, quien renunció a su cargo diciendo que se dedicaría a sus asuntos privados. Luego de que lo designaron, a su toma de posesión no asistió ni el dirigente, Gustavo Madero, ni la secretaria general, Cecilia Romero, hoy metida en un escándalo sin precedentes debido a su paso por el Instituto Nacional de Migración, donde la corrupción, hace tiempo, es algo no sólo horrendo, sino incluso criminal, al grado de poner en problemas serios las relaciones de México con Centroamérica.
En el nuevo partido de gobierno, al parecer, nada importa: esperan únicamente que el apoyo oficial sea tan grande y categórico que impulse a quien fuera embajador de México en el Vaticano. Algo tan arcaico como jugar a los soldaditos de plástico habiendo Playstation.
Una de las propagandas sobresalientes que veremos en esta disputa por el poder estatal estará en las redes sociales.
Eruviel –no importando que firmó ante notario 600 compromisos, algunos imposibles de cumplir, como desaparecer el Impuesto Empresarial a Tasa Única, y que hará cuatro mítines por día, superando en el primer caso a Peña Nieto por 10, y en el segundo, haciendo el doble de actos– tiene siete canales en Youtube, uno exclusivo de propuestas.
Otro muy interesante se denomina “Lo que nadie ve”. En éste se muestra que todos sus aparentes apoyos –indígenas, niños, obreros, empleados, jóvenes incluso punks– son actores o, cuando menos, los maquillan para que salgan muy bonitos y presentables. Incluso el candidato tricolor posa en varios momentos para tener una mejor imagen. En síntesis, la ficción supera a la realidad, algo que es evidente en estos tiempos donde todo es efímero.
En cada uno de esos vehículos de difusión, hay un trabajo profesional, un lema, colores muy definidos y un relato estructurado. Es decir, su equipo sabe hacer las cosas y no ha dejado nada a la improvisación.
Por su parte, Encinas tiene únicamente dos mensajes en la red. El principal denuncia los feminicidios en el Estado de México, en número mayor que los de Ciudad Juárez; y el segundo, atacando a quienes no se preocupan por los ciudadanos, andan con guaruras al máximo y viven en la publicidad y la farándula. Ambos duran poco más de 30 segundos.
Bravo Mena presenta a un niño y lo más visible es el lema “Soluciones a tus problemas diarios. Ya es justo”. No hace promesas, pero dice que se debe luchar con alegría, gran corazón e inteligencia.
Alejandro y Eruviel tienen sitio para que les envíen mensajes; el segundo, incluso dos, mientras que Luis Felipe, hasta el momento, está ausente.
Esto hará cambiar las siguientes campañas en México, algo que demostró en su momento y ha vuelto insistir en ello Barack Obama, es decir las redes como un nuevo factor con muchas implicaciones, desde recolectar dinero, agrupar a simpatizantes, hasta llevar a las urnas a los convencidos.
El dinero es fundamental. Mientras Ávila derrocha a manos llenas, la camioneta de Encinas para transportar a los periodistas está en mal estado y los invitados sufren al máximo (El Universal, 16 de mayo), y Bravo Mena, hasta el momento, sólo le pone ganas.
Nuevamente, a pesar de lo que señale demagógicamente el Instituto Electoral mexiquense, hay una diferencia abismal de recursos de uno y otro lado y ninguna supervisión. Aunque es indispensable decirlo, los opositores dejan al último cuestiones elementales, como incorporar a los jóvenes, darles un papel protagónico a las mujeres y utilizar correctamente las redes sociales para cubrir lo que la televisión ya no puede, sobre todo debido a su descrédito.
Hay en puerta debates que algunos quieren semanales, algo que no será. Pero si se realizan dos o tres, no acartonados, pueden contribuir a desmomificar a los políticos y airear la vida pública.
Lo nuevo se abre paso, no obstante el anquilosado sistema electoral que padecemos.
*Periodista