Todos los movimientos que pretenden un cambio importante, sin excepción, sufren de infiltrados. Hace años el gran teórico Víctor Serge –cuyo hijo, el estupendo artista plástico Vlady, vivió en México hasta su muerte– escribió el libro Lo que todo revolucionario debe saber acerca de la represión (editado por Era). En la obra queda de manifiesto que la provocación y la penetración de agentes externos, especialmente policías, es una constante en las luchas populares.
Hoy sabemos que Manuel Cossío Ramos, el actual director de Fuentes Alternas del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), dependiente de la Secretaría de Gobernación, penetró al movimiento de los muchachos de la Universidad Iberoamericana, movilización que trajo por la calle de la amargura a Enrique Peña Nieto desde el 11 de mayo de 2012. El mencionado no únicamente calumnió a una serie de personajes, sino que desprestigió a Josefina Vázquez Mota, la abanderada panista en aquella elección presidencial, al parecer por órdenes de Pedro Joaquín Coldwell, el dirigente máximo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2012.
Cossío insistió que detrás de los jóvenes de la universidad ubicada en Santa Fe estaba Andrés Manuel López Obrador, algo que reprodujeron una buena cantidad de articulistas, lo cual era absolutamente falso. Pero además, grabó y editó declaraciones del líder Saúl Alvidrez, en las cuales se acusaba a Marcelo Ebrard, Alejandro Encinas y Epigmenio Ibarra de apoyar a los estudiantes y tirarles línea, como se dice en la jerga política, cuando se dan órdenes.
En la revista Contralínea del 26 de mayo, su director, Miguel Badillo, publica el organigrama del Cisen, fundado el 13 de febrero de 1989, en el sexenio de Carlos Salinas. De esa manera vemos a detalle a los 39 altos mandos de esa institución, con salarios que rondan los 200 mil pesos mensuales.
Entre los directivos está Gerardo García Benavente, encargado de Seguridad Interior, uno de cuyos subordinados es Manuel Cossío, con un salario de 172 mil pesos, más 30 por ciento de sobresueldo por los riegos que corre en sus funciones.
Así pues, el trabajo periodístico del semanario ha puesto al descubierto a uno más de quienes han tratado de distorsionar los movimientos sociales, intentar fortalecer a un grupo que tiene, cada vez más, nexos con el salinismo y mostrar un aparato que si bien debería “fortalecer el estado de derecho”, como se dice en uno de sus propósitos, en realidad sirve para que unos cuantos –antes panistas y ahora nuevamente priístas– hagan de las suyas en su beneficio.
Curiosamente, durante 24 años diversos reporteros y medios han tratado de conocer los datos gruesos del Cisen. Nunca se había tenido oportunidad, ni siquiera recurriendo al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai). Hoy debido a una pesquisa sabemos más de esa organización.
Y hete aquí que ese descubrimiento nos muestra a un espía que se decía estudiante y atacaba a los jóvenes que estaban por un cambio en las relaciones políticas.
Por cierto, según el portal HomoZapping, Cossío había mandado tuits que lo desnudaban mucho antes de lo que ahora sabemos. En uno de ellos dijo: “Cómo es posible que la #Ibero permita el acceso d rijosos del PRD en lo que debió ser un foro plural y de análisis de propuestas. #Fuerza EPN” (sic). En referencia al 11 de mayo. Y en otro comentó:” Es contundente el compromiso informativo de @lopezdoriga…” (sic).
Luego, como ocurre con este tipo de sujetos, borró ambos. Pero en los dos queda muy claro no su ideología, ya que no tiene ninguna, sino los objetivos que perseguía y los patrocinios que recibía. Es muy claro que si bien es imposible evitar que los agentes policiacos se cuelen en los movimientos –tanto, que los partidos de izquierda antes y después de la reforma política de Reyes Heroles no pudieron sacudirse ese mal–, resulta importante que haya un cuidado mayor de las organizaciones sociales en sus filas.
Aunque también es promisorio que informativos como Contralínea y HomoZapping nos den una serie de informaciones para desenmascarar a quienes gritan ¡al ladrón! siendo ellos los que realizan los hurtos a la sociedad.
*Periodista
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Fuente: Contralínea 339 / junio 2013