La gran densidad poblacional y explosión demográfica de la Ciudad de gran densidad poblacional y explosión demográfica de la Ciudad de México ha tenido como resultado la ocupación de espacios de resguardo ecológico o de reserva ecológica, los cuales han sido invadidos con construcciones regulares e irregulares, pues es de conocimiento público que muchos fraccionamientos o edificios departamentales, ubicados en el primer cuadro de la otrora gran Tenochtitlan, son construidos con una serie de artimañas y complicidades entre los grandes consorcios inmobiliarios y las autoridades delegacionales o del gobierno central del Distrito Federal.
Es este modo de operar el que hoy en día podemos observar en las colonias Asturias, Álamos, Nápoles, Roma, Condesa, San Ángel, Polanco… sólo por citar algunas. La gran cantidad de edificios habitacionales construidos y en construcción se han edificado en predios donde originalmente eran casa habitación y actualmente se han convertido en multifamiliares, que consumen mayor cantidad de agua (la cual ya es escasa en la Ciudad) y cuentan con una gran producción de desechos biológicos y materiales, situación que para las autoridades de gobierno, inmobiliarias y propietarios de departamentos, lo consideran como normal, cuando la realidad es que estamos en un serio problema de explosión demográfica, poblacional y de recursos naturales no renovables.
En esa lógica, también podemos observar, desde una mirada panóptica y multirreferencial, la invasión, construcción, de comercios irregulares, simulacros de invernaderos, centros educativos para preescolar privados que no reúnen las condiciones generales para operar como tales, en una gran reserva ecológica de 15 hectáreas que abarca un espacio desde la avenida Canal de Chalco a la avenida La Turba, en la delegación Iztapalapa, conocida como el Cinturón Verde el Molino.
Gran parte de estos datos y observación cuantitativa la realizó un equipo de trabajo multidisciplinario de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) –del cual formo parte–, buscando dar prioridad al lema “Nada humano me es ajeno”, así como corresponder a la sociedad de la metrópoli con aportaciones de posibles y pertinentes sugerencias metodológicas cualitativas que posibiliten y apoyen la reforestación, recuperación y posibilidad de proyectos sustentables de carácter social, ecológico y de sociedades de autoconsumo, en este espacio destinado para este tipo de actividades.
Según consta en un acuerdo publicado en la Gaceta Oficial del [entonces Departamento del] Distrito Federal, con fecha 18 de noviembre de 1993, páginas 43-45, se declara como Zona Especial de Desarrollo Controlado y se aprueba su normatividad para el uso de suelo, quedando establecido en dicho acuerdo que los proyectos que se autoricen deberán ser para el bienestar social de la comunidad, además deberán ser autorizados por consenso entre autoridades del Gobierno del Distrito Federal, de la delegación Iztapalapa y organizaciones sociales de vecinos de la zona afectada, y no para acrecentar la mancha urbana y en beneficio de particulares escudados en administraciones pasadas de gobierno local (regencia de Óscar Espinosa Villarreal), ni utilizar los recursos públicos de programas sociales para enrejar un área de 5 mil metros cuadrados, de un polígono del Cinturón Verde (ubicado en calle Acahuatl esquina con Valle Vada), supuestamente vendida a un particular, familiar de quien fuera regente de la Ciudad.
Finalmente y posterior al recorrido de antecedentes de esta serie de problemáticas urbanas, el equipo multidisciplinario, conformado por docentes y estudiantes de las diferentes licenciaturas e ingenierías de la UACM, proponemos pertinentemente un proyecto macro con microproyectos específicos titulado Educación y Cultura para la Democracia y la Inclusión Social (Ecudis), enfocado a esta muestra poblacional que habita alrededor del Cinturón Verde el Molino, la cual se encuentra organizada a través de diferentes organizaciones sociales de vecinos para ayuda comunitaria.
Por ello, para llevar a cabo este proyecto es de gran importancia que se involucren las autoridades de gobierno central del Distrito Federal, el gobierno de la delegación Iztapalapa, organizaciones sociales de vecinos y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, con el firme objetivo de aprender a decrecer en estos tiempos en que como seres humanos nos hemos encargado de deforestar y emprender una guerra en contra de nuestra Madre Tierra, destruyéndola con proyectos de urbanización en vez de reforestar o generar proyectos de autosustentabilidad de carácter ciento por ciento ecológicos y cuidados del medio ambiente que nos rodea.
Miguel López Ortigoza*
*Sicólogo educativo; doctor en enseñanza superior y profesor investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México
Contralínea 420 / del 18 al 24 de Enero 2015