Margarita Arellanes: la “alcaldesa de Dios”

Margarita Arellanes: la “alcaldesa de Dios”

Para quienes todavía duden de las tendencias confesionales del Partido Acción Nacional (PAN), evidenciadas hasta el cansancio, el 8 de junio pasado en el evento evangélico Monterrey Ora, la alcaldesa panista Margarita Arellanes Cervantes consagró a Jesucristo esa ciudad.
 
Dijo: “…Hoy estamos aquí reunidos, y yo, Margarita Alicia Arellanes Cervantes, entrego la ciudad de Monterrey, Nuevo León, a nuestro señor Jesucristo para que su reino de paz y bendición sea establecido” (www.excelsior.com.mx/nacional/2013/06/10/9034 09).
 
La declaración provocó reacciones de sorpresa y de rechazo en las redes sociales y por parte de muchos sectores en todo el país, ante lo cual la alcaldesa, que simplemente seguía el mismo camino por el que han transitado muchos políticos de su partido, tuvo que ofrecer disculpas y asegurar que no pretendía violar el Estado laico ni ofender a nadie.
 
A pesar de que su trayectoria política es bastante cuestionable, lo mismo que sus concepciones religiosas, su devoción religiosa hace prever que irá ascendiendo dentro de las filas panistas mientras ese partido subsista, pues gente como ella encarnan lo que verdaderamente es el PAN.
 

El gobierno de Jesús

 
Tan disparatada es la idea de encomendar el control de la ciudad a un ser mítico –venerado por muchas personas pero sin existencia material–, que incluso algunos de sus compañeros de partido criticaron la actitud de Arellanes.
 
Con su pronunciamiento, la funcionaria negó implícitamente la necesaria separación entre la Iglesia y el Estado y dio por sentado que Monterrey debe ser territorio de Jesucristo donde no tendrían cabida los ateos, los escépticos, y todos los que no compartimos ese credo.
 
Cuando Arellanes hizo su desafortunada declaración acababa de visitar nuestro país el presidente de China, el país más poblado del mundo, uno de los más influyentes económicamente y donde la inmensa mayoría de la población no es cristiana.
 
Sin embargo, la panista, que parecería trasladada del reducido ámbito parroquial al gobierno de una gran ciudad, supone que la adoración a Cristo debe ser universal; para ella no existen los budistas ni los confucionistas ni los musulmanes ni siquiera los judíos; estos últimos, que no veneran a Jesucristo, han estado presentes en Monterrey desde sus orígenes.
 
Desde luego, Margarita no es la única panista que ha pregonado una política confesional, sino que lo mismo han hecho muchos políticos de su partido, sucedáneo del Partido Católico Nacional, que existió a principios del siglo XX.
 
A la fecha, el PAN sigue siendo terreno fértil para que el fanatismo de algunos de sus militantes llegue a los niveles más altos del gobierno. Éstos son sólo unos pocos de esos casos: Carlos Medina Plascencia, uno de los primeros gobernadores panistas, en la década de 1990; Carlos Abascal, el polémico secretario del Trabajo y de Gobernación en el sexenio de Vicente Fox (ya fallecido); el propio Fox, a pesar de que en él la voracidad empresarial superaba a su rudimentario fervor cristero, al igual que Felipe Calderón y el exmandatario jalisciense, Emilio González Márquez (el Góber Piadoso) entre muchísimos otros.
 
Cuando fue gobernador de Guanajuato, Medina Plascencia, quien hoy se presenta como uno de los reformadores de su partido, solía acudir a las peregrinaciones del Cerro del Cubilete, y sus discursos tenían el tono de predicaciones, donde llegaba a convertir a Dios en aval de la “modernización” del país, consigna esta última del periodo de Carlos Salinas de Gortari, quien mediante una concertacesión convirtió a Medina en gobernador.
 

Trayectoria torcida

 
Margarita Arellanes llegó a la alcaldía de Monterrey en las elecciones del 2 de julio de 2012, y se convirtió en la primera mujer en ocupar ese cargo. Licenciada en derecho por la Universidad Autónoma de Nuevo León, aparte de algunos puestos en su partido y en el gobierno estatal, su currículum se limitaba a haber sido delegada estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), cargo al que llegó en noviembre de 2006 “gracias a su cercanía con Alejandra Kana Fernández Garza, encargada de la campaña de Felipe Calderón Hinojosa en el estado de Nuevo León” (www.sin embargo.mx/31-03-2013/572598).
 
Desde ese tiempo, la hoy alcaldesa, que dice ser “católica por formación y convicción” (www.excelsior.com.mx/nacional/2013/06/10/903409), proclamaba a Jesús como su héroe favorito.
 
Dado que lo católico no quita lo corrupto, ya desde entonces se sospechaba del desvío de recursos públicos de esa dependencia para apoyar al PAN; empero, “fue hasta 2009 cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ordenó a la Comisión Estatal Electoral investigar a nueve funcionarios federales de Nuevo León, entre ellos a Arellanes, luego de que, según el diario El Norte, los delegados se reunieron en privado para armar una estrategia con el fin de evitar que la administración priísta del entonces gobernador José Natividad González Parás se adjudicara obras e inversiones provenientes de la federación.
 
“Gracias a su cercanía con César Nava Vázquez, exsecretario particular de Felipe Calderón y entonces vinculado sentimentalmente con la hermana de la alcaldesa Fanny Arellanes Cervantes, fue electa para formar parte del Comité Directivo Estatal del PAN, y después al Consejo Nacional donde fue integrante de la Comisión de Orden…
 
“Con la mira puesta en las elecciones de 2012, Margarita Arellanes pagó publicidad en medios de comunicación y anuncios espectaculares desde diciembre de 2011. Además, la panista inició una campaña telefónica para difundir su nombre y sus intenciones de contender por un puesto de elección popular representando al blanquiazul.”
 
Durante su campaña se dio a conocer que en los 4 años que estuvo al frente de la delegación de la Sedesol, donde recibía un sueldo neto de 87 mil 502 pesos mensuales, Arellanes adquirió ocho inmuebles en México y Estados Unidos, que costaron entre medio millón y 5 millones de pesos.
 
Aunque prometió un gobierno austero, la alcaldesa “tiene un salario superior al de la mayoría de los gobernadores en México, incluyendo las compensaciones adicionales que varios de ellos reciben”.
 
“Los 155 mil 76 pesos que gana Arellanes al mes son, por ejemplo, superiores a la percepción bruta del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, luego de que éste se bajara un 15 por ciento el sueldo en diciembre pasado, quedando en 132 mil 93 pesos” (www.sdpnoticias.com/local/monterrey/ 2013/06/10/margarita-arellanes-alcaldesa-prometio-austeridad-en-monterrey-pero-gana-mas-que-gobernadores).
 
Además de su desmedida ambición, la alcaldesa Arellanes ha empezado a exhibir el conservadurismo que desde hace 2 décadas han exhibido los llamados alcaldes mochos del PAN en ciudades como Monterrey, Mérida, Aguascalientes, San Luis Potosí y otras. Así, en mayo pasado, la alcaldesa anunció una campaña “para erradicar el problema grave de la prostitución y de las salas de masaje clandestinas”, (www.elporvenir.com. mx/notas.asp?nota_id=672619)
 

Pronóstico

 
Personajes como Margarita Arellanes son los que suelen prosperar en el PAN o, peor aún, los que tienen, gracias a su partido, posibilidad de acceder a cargos públicos, pues se identifican plenamente con su ideología religiosa. En su fervor cristiano y en su incultura, Margarita evoca a otras panistas como Ana Teresa Aranda y Cecilia Romero, que sólo por ser católicas y ultraderechistas treparon a cargos tan importantes como, respectivamente, la Secretaría de Desarrollo Social y el Instituto Nacional de Migración.
 
A diferencia de Aranda, que sólo contaba con formación de secretaria y con su militancia católica, la alcaldesa de Monterrey exhibe estudios profesionales, pero en el terreno religioso no es menos fanática que Aranda y que Romero, lo que le depara una carrera ascendente dentro del PAN, partido católico en decadencia.
 
*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México
 
 
 
 Fuente: Contralínea 340 / junio 2013
 
 
 
 

 

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