A 6 meses de que inicie el Mundial de Futbol y a pesar de estar expresamente prohibido por la FIFA, en México operan de forma rampante equipos de primera división asociados a casas de apuestas: las Águilas del América y los Xolos de Tijuana. Ambos clubes fueron los primeros en ser coronados en la Liga Mx, el torneo relanzado por la Federación Mexicana de Futbol como una “renovación moral” del deporte. Sobre el tema, el presidente de la Comisión Disciplinaria asegura no saber nada. Mientras persistan las lagunas legales y la opacidad en el manejo empresarial, la sombra del amaño de partidos seguirá cubriendo al futbol mexicano, consideran especialistas
De manera abierta, la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) viola una de las disposiciones de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA): la que prohíbe que los dueños de los clubes sean propietarios de empresas de apuestas.
El artículo 25 del Código Ético de la organización internacional dice textualmente: “Se prohíbe [a las organizaciones de futbol] estar asociadas de manera alguna con apuestas, loterías, juegos de azar y actividades similares o negocios relacionados con partidos de futbol […]”.
Sin embargo, tanto las Águilas del América como los Xoloiztcuintles de Tijuana son parte de grupos empresariales que cuentan con casas de apuestas y venden productos derivados de sorteos. Aunque la información es pública, en la Femexfut aseguran no estar enterados.
“Y tú: ¿ya hiciste tu Quiniela Ganagol?”, preguntan, con entusiasmo, los cronistas de un partido de futbol transmitido por televisión. Sin importar que sea el minuto 40 y el balón aún ruede, se invita a la afición a apostar en la quiniela de la casa.
—¿Tú por quién vas, mi Perro [como le apodan a Enrique Bermudez, quien recientemente abandonó las filas de Televisa]? –le pregunta en tono de broma uno de los cronistas deportivos del Canal de las Estrellas, durante la pasada temporada.
El cuestionado responde entre risas mientras el resto de los conductores da su pronóstico para la próxima semana. Juegan sobre los posibles resultados con “naturalidad”, nunca importunados por el asomo de la ética deportiva o de la labor como cronistas que desempeñan. Nada los perturba, ni siquiera el hecho de que el dueño de la televisora donde trabajan, su jefe, sea propietario de uno de los equipos que compiten en el césped y de la casa de apuestas que organiza la Quiniela Ganagol, que sugieren a la gente para que arriesgue su dinero.
El futbol mexicano cuenta entre los clubes de primera división con dos que son hermanos empresariales de casas de apuestas: el Club de Futbol América, de Emilio Azcárraga, accionista de Apuestas Internacionales, SA de CV, y el Club Tijuana Xoloitzcuintles de Caliente, de la familia Hank, dueña de Grupo Caliente.
“No es un fenómeno que nos extrañe o nos cause muchas preguntas en México; al contrario, hasta parece normal… Tiene que ver con situaciones de poder. El futbol no está aislado de lo que ocurre en el resto del país. El futbol está asociado con grandes capitales en este país y a los poderes fácticos”, dice en entrevista con Contralínea el maestro Miguel Ángel Lara, miembro de la Red de Investigadores sobre Deporte, Cultura Física, Ocio y Recreación.
En 2012, en una ceremonia calificada como una “refundación” para este deporte, la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) inauguró la Liga Mx con la promesa de generar una “renovación moral”. Irónicamente, los primeros equipos coronados tras la “refundación basada en la ética y los valores” fueron Tijuana y América.
La Femexfut ni ve ni oye
La página de internet dedicada a las empresas del Grupo Televisa presenta en orden alfabético los activos reconocidos del corporativo del que Emilio Azacárraga Jean es socio mayoritario. El primero de la lista es Apuestas Internacionales, SA de CV, “una empresa líder de Grupo Televisa dedicada al entretenimiento de todos los mexicanos y al desarrollo de la categoría de juegos y sorteos”.
Play City Casino y Sorteos Trébol son los “dos grandes negocios” en los que está dividida la organización, describe el mismo sitio. El primero cuenta con 25 establecimientos con máquinas tragamonedas y un área dedicada a las apuestas en eventos deportivos en tiempo real, incluido el futbol; el segundo ofrece “sorteos más tradicionales, como Superlotto, hasta las quinielas deportivas, como GanaGol”. Por supuesto, tanto en Play City como en Sorteos Trébol es posible apostar en los partidos de los equipos de casa: América y Necaxa.
El caso de los Xolos no es tan transparente. A pesar de jugar en un inmueble llamado Estadio Caliente, de vestir con los colores rojo y negro distintivos de Grupo Caliente y de que el nombre oficial del equipo es Club Tijuana Xoloitzcuintles de Caliente, Jorge Hank Rhon, cabeza de Grupo Caliente, niega, categórico, ser el propietario del conjunto bajacaliforniano. “El dueño es mi hijo… Ahí sí chafearon”, dijo a un grupo de reporteros al salir de Los Pinos tras la recepción que Enrique Peña Nieto dio al equipo campeón del torneo Apertura 2012.
Con el logotipo del club en el pecho, la sonrisa espléndida y Jorge Alberto Hank Izunza –el hijo-dueño oficial– en un plano secundario, Hank Rhon entregó una camiseta al presidente Peña Nieto y posó al lado de él. “De veras es mi hijo, yo no me meto para nada. Yo sólo disfruto los triunfos”, recalcó el político priísta, imagen sobresaliente de Grupo Caliente (“reconocida empresa mexicana con presencia internacional con más de 92 años de experiencia en la industria del entretenimiento con modernas terminales electrónicas de juego, salas de bingo, apuestas deportivas y carreras de galgos y caballos”, según se lee en el portal oficial).
—¿Cuál es la posición de la Comisión sobre la existencia de dueños de clubes de Primera División que son a la vez propietarios de casas de apuestas? –se le pregunta a Eugenio Rivas, titular de la Comisión Disciplinaria de la Femexfut, órgano encargado de vigilar y sancionar cualquier falta a la “ética deportiva”.
—A mí no me consta nada de esto. Nosotros no intervenimos en este tipo de situaciones. Si ellos [los dueños] ya por fuera en sus negocios tienen este tipo de actividades, no lo sabemos. Para mí es como un rumor, la gente lo habla, pero que nos conste a nosotros [sic] o hayamos hecho una investigación y por ende yo pueda decir que me consta que un dueño de un club tenga casas de apuestas, pues la verdad no.
—Pero Emilio Azcárraga reconoce ser dueño de una empresa que maneja y administra diversas casas de apuestas. ¿De eso no tiene conocimiento la Federación?
—No sabemos. La verdad es que nosotros obviamente conocemos al señor Azcárraga como propietario del equipo América. Lo otro, pues son actividades que no corresponden a la Federación [sic].
El Código de Ética preparado por la Femexfut y que está vigente desde el lanzamiento de la Liga Mx, presentado como pilar del proyecto de moralización del deporte, establece la obligación de todo asociado de “abstenerse de realizar cualquier actividad que pueda acarrear un conflicto de intereses”, así como de “evitar incurrir en conductas que vayan en detrimento del deporte, sus organismos, el fair play y el juego limpio” (sic, artículos 9 y 11).
—¿Los casos de Xolos y América violan el Código?
—No sé. No lo sé porque, repito, a mí no me consta que los propietarios de clubes tengan a su vez casas de apuestas. Yo [como presidente de la Comisión Disciplinaria] únicamente veo sobre todos estos propietarios los intereses que tienen los propios equipos dentro de la Femexfut y ése es el ámbito que nos corresponde –alega Eugenio Rivas, y explica que los únicos autorizados a hacer una denuncia al respecto son los miembros de la Federación Mexicana de Futbol.
“Entonces las cosas ya podrían ser diferentes, en las cuales nosotros [la Comisión] tendríamos que abrir una investigación y llegar al fondo de lo que hubiera. Pero, hasta el día de hoy, única y exclusivamente vemos los intereses de los clubes por sus propios equipos de futbol. Sobre lo demás, esas actividades fuera de la Federación [Mexicana de Futbol] y la Liga Mx, no tenemos ninguna notificación al respecto”, asegura el agente vigilante del cumplimiento de las normas éticas en el futbol mexicano.
Infractores, “a sus anchas”
“En la actualidad, el deporte en general, y sobre todo el futbol, se ve acosado por el amaño de partidos, cuyos efectos negativos se dejan sentir en encuentros locales, nacionales y en todo el mundo”, indica el documento La integridad en el futbol: lucha contra el amaño de partidos, emitido por la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) en octubre de 2013.
Por escrito, el órgano rector del futbol mundial acepta que “el crecimiento insólito del juego en internet en canales legales e ilegales, que permiten realizar apuestas durante el partido desde cualquier parte del mundo, ofrece oportunidades ilimitadas para cometer fraudes en el futbol”.
Ante ello, la multinacional anunció una serie de medidas entre las que se encuentra una alianza con la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y la instauración de canales de denuncia anónima.
Mucho antes de “atacar” el problema, la FIFA estableció en su Código Ético la prohibición a los miembros de esta Federación de “participar, directa o indirectamente, o estar asociados de manera alguna con apuestas, loterías, juegos de azar y actividades similares o negocios relacionados con partidos de futbol”. Aún más: “tampoco tendrán relación alguna, sea ésta de forma activa o pasiva, en compañías, empresas, organizaciones, etcétera, que promuevan, concierten, organicen o dirijan dichas actividades o transacciones”.
Esa norma tampoco se cumple en México. “La Femexfut simula que hace caso a la FIFA, pero no es así”, afirma el investigador de la Universidad Iberoamericana Miguel Ángel Lara. “Es una cuestión eminentemente de ética, sí lo es, pero en un negocio tan cierto como el futbol, donde se juegan grandes intereses, estamos muy lejos de seguir esos códigos de ética”.
Además, continúa el maestrante en antropología y licenciado en ciencias de la comunicación, “un código de ética no está jurídicamente reglamentado. Es decir, la FIFA solamente puede poner en letras, pero no aplicar en la ley. Hay que recordar que es una figura supranacional, está por encima de los gobiernos y las leyes de muchos países”.
Precisamente, en ese tema la FIFA externa su preocupación: “las sentencias dictadas por diversas instancias de algunos países que han sacado a la luz la existencia de considerables lagunas jurídicas que obstaculizan que caiga todo el peso de la ley sobre los infractores. La ausencia de represalias legales les permite operar a sus anchas con riesgos mínimos y ganancias estratosféricas”.
En entrevista, el abogado Jalil Ascary del Carmen expone que “no existe un texto jurídico que aborde el tema de manera legal”. Ni siquiera una palabra le dedica la nueva Ley General de Cultura Física y Deporte publicada el 7 de junio de 2013. “No establece un parámetro en el cual pueda, o no, existir un dueño de un equipo con una relación con casas de apuestas. No hay tal. Sólo se ven aspectos generales, como el derecho al trabajo”, apunta el autor del libro Derecho deportivo mexicano.
—¿Y en los códigos penales?
—Tampoco. Aquí cabe preguntar “¿cuántas lagunas tenemos?”. Si la FIFA prohíbe esta asociación, entonces la Femexfut, como autoridad deportiva competente, debe evitar una consecuencia nacional e internacional y decirle a los dueños [que]“no lo hagan”. En este caso debe ser la propia Federación [Mexicana de Futbol].
Lo más cercano a una regulación en la materia emitida por la Femexfut es el artículo 14 de su Código de Ética, que a la letra dice: “Toda persona sujeta a este Código deberá abstenerse de realizar cualquier acto tendiente a arreglar el resultado de un partido, o a dirigir el desempeño de un club incentivando la derrota en favor de otro para obtener un beneficio, ya sea propio o de un tercero”. Nada dice sobre la propiedad simultánea de equipos y casas de apuestas.
“Es una doble moral. Entonces no se puede bajo ninguna circunstancia establecer un código de ética como ley aplicable jurídicamente. Además hay mucha opacidad. No sabemos cómo se maneja el futbol. No sabemos lo que está pasando realmente dentro de un partido. El riesgo de algún tipo de arreglo toda la vida estará ahí. Hay simulaciones dentro del terreno de juego que no se notan a la luz pública”, remarca Miguel Ángel Lara.
—¿La integridad del futbol mexicano está garantizada? –Se le pregunta a Eugenio Rivas, titular de la Comisión Disciplinaria de la Femexfut.
—Yo creo que hay integridad total en el futbol mexicano hasta que no se demuestre lo contrario, y hasta el momento, que yo sepa, no ha sucedido –responde y, para demostrarlo argumenta con otra falta permitida en la Femexfut, la multipropiedad:
“Yo he escuchado que se presta… –duda un momento y retoma– Sí, puede ser que se preste para malas interpretaciones si dos clubes son de un mismo dueño. En lo deportivo, y en eso sí me consta, jamás un equipo puede prestarse para dejarse ganar por otro por intereses extra”. Ejemplifica: “Cuando América y Necaxa eran –dice no obstante que ambos son todavía propiedad de Emilio Azcárraga– entidades de la misma empresa… Cuántas veces Necaxa le ganó al América que era, se supone, su hermano mayor [sic]. Recuerdo perfectamente bien cuando desciende Necaxa en un partido que juega contra América.
“En cuanto a la multipropiedad está todo establecido. Está establecido en los reglamentos… [su prohibición], pero en cuanto a lo deportivo, concretamente, yo creo que no hay duda de la honestidad dentro del futbol mexicano, por lo menos de mi parte yo sí considero que hay una total honestidad.”
—Entonces considera que el futbol mexicano está blindado ante cualquier riesgo de amaño de partidos…
—Eso nos ha demostrado hasta el día de hoy. Sabemos de otras ligas muy importantes [como la de Inglaterra o la de Alemania] que se han visto involucradas en este tipo de situaciones… Afortunadamente aquí en México, hasta el día de hoy, nunca ha sucedido nada. Es confiable –finaliza, categórico, quien fuera delantero del Cruz Azul.
Sin embargo, Miguel Ángel Lara no está de acuerdo: “Claro que no es confiable. Su estructura no es confiable y evidentemente tiene que cambiar. Los dueños tienen que dejar de simular. Les deben hacer auditorías a cada una de las empresas de los equipos de futbol para transparentar todos sus procesos, pero esto está muy lejano porque hay intereses que prevalecen. No habrá mecanismos que transparenten eso mientras el futbol siga siendo un bien privado y no un bien público”.
El académico profundiza: “El futbol, a pesar de que es público, es un bien privado. ¿Dónde está la contradicción? El futbol se transmite y forma opinión pública, muy pobre por cierto, pero no puede ser un bien público porque lo manejan empresas privadas. Entonces la opinión pública se privatiza.
“En cambio –dice– si el futbol fuera producto de la intervención del Estado sería un bien público.
“Sería un bien público en términos de que yo incidiría en las decisiones de mis equipos, porque ya no serían clubes… Ahora son entidades privadas. Sin embargo es muy difícil que esto cambie”, reconoce.
El especialista enfatiza en la necesidad de motivar indagaciones serias sobre el problema. “Entre más opaco, mejor [para los dueños]”, concluye.
“Aunque no se cuenta con estadísticas oficiales, algunas investigaciones recientes han revelado que el amaño de partidos probablemente está mucho más extendido de lo que se suponía”, confesó en octubre de 2013 la misma FIFA.
Contralínea solicitó entrevistas con las directivas de los clubes América y Tijuana. Hasta el cierre de edición, no hubo respuesta de ninguna.
El Código de Ética de la Femexfut
“Artículo 9. Toda persona sujeta al presente Código de Ética está obligada a anteponer a sus intereses personales el correcto desarrollo y desempeño de sus funciones, por lo que deberá abstenerse de realizar cualquier actividad que pueda acarrear un conflicto de intereses entre la Federación Mexicana de Futbol, sus afiliados y terceros.
“Artículo 11. La imagen y reputación de la Federación Mexicana de Futbol, de sus afiliados y de sus integrantes es responsabilidad de todos los que integran el futbol federado, por lo que es una obligación individual el dirigirse y desempeñarse en todas sus actividades, ya sea particulares o profesionales, con la debida probidad y respeto, así como evitar incurrir en conductas que vayan en detrimento del deporte, sus organismos, el fair play y el juego limpio.
“Artículo 14. El soborno, ya sea en forma directa o a través de un tercero, es una de las actividades más vergonzosas en las que se puede incurrir, por lo que toda persona sujeta a este Código deberá abstenerse de realizar cualquier acto tendiente a arreglar el resultado de un partido, o a dirigir el desempeño de un Club incentivando la derrota en favor de otro para obtener un beneficio, ya sea propio o de un tercero.”
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Contralínea 369 / 20 – 26 enero 2014