I. El manifiesto-convocatoria de Karl Marx y Federico Engels sigue vigente a casi 200 años de su publicación (febrero de 1848), en la cresta de las crisis del capitalismo con la caída del crecimiento económico y el crack-recesión del capitalismo de China. Nuevamente un fantasma recorre no sólo Europa, lugar de nacimiento del Manifiesto Comunista (su nombre original: Manifiesto del Partido Comunista); y reaparece (como en la leyenda del cisne que renace sobre sus propias cenizas), materializado en las crisis del capitalismo y sus ismos de cada país asidos al neoliberalismo económico, que agotado, asfixia a los capitalistas en constantes recesiones, bajas de consumo, desempleo, recortes de presupuestos de gastos e imposición de la austeridad que han generado revueltas sociales por el final del Estado de Bienestar, provocando “zozobra y revueltas tales que hasta el FMI [Fondo Monetario Internacional] ha tratado de advertir a los gobiernos más inclinados a la derecha de que corren el riesgo de provocar una importante rebelión social” (David Harvey, Breve historia del neoliberalismo).