Recuerdo que hace algunos años uno podía moverse por el territorio nacional sin más preocupación que la de realizar lo que se tenía planeado, ya fuera un viaje escolar, de trabajo o vacaciones. En gran cantidad de ocasiones recorrí caminos de la mayor parte de los estados de la República Mexicana, fuera de mochilazo, en transporte público o en automóvil. Siempre me ha gustado recorrer los caminos de nuestro territorio, pues eso brinda la oportunidad de conocer lugares recónditos y alejados de las guías turísticas, así como interactuar con la gente, comer diversos platillos y pasar infinidad de aventuras. Pero actualmente viajar por tierra, e incluso permanecer en algunos lugares es peligroso, y en algunos casos se torna en asunto de vida o muerte.