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Los políticos pusilánimes

Antes de pretender reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para permitir una mayor participación privada –principalmente de empresas extranjeras– en la exploración y producción de petróleo y gas, hubiera sido necesario escuchar de los funcionarios del gobierno federal la propuesta de un plan estratégico, con los órganos de seguridad nacional incluidos, para combatir la corrupción, la impunidad y el abuso de poder que corroe las estructuras de gobierno y vulnera las finanzas públicas.

Gordillo: cómplice y protegida de Calderón

Elba Esther Gordillo fue cómplice y protegida de Felipe Calderón, a quien ayudó en las cuestionadas elecciones de 2006.

El mandatario espurio supo recompensarla por su colaboración, de tal suerte que no sólo creció el poder, la fortuna y la influencia de la exlideresa vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, sino que su gobierno, que pregonaba una supuesta “lucha” contra el crimen organizado, nunca se preocupó por indagar los negocios turbios de su aliada.

El “nuevo PRI” centralizado

No era difícil imaginar que el supuesto “nuevo PRI” (Partido Revolucionario Institucional) estaría plenamente al servicio de Enrique Peña Nieto.

¿Elbazo, calderonazo y televisazo?

El cártel de la cúpula del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) tiene más de 23 años de poder absoluto, con la complicidad, primero, de quien la empolló: Carlos Salinas de Gortari y sus testaferros: Manuel Camacho y Marcelo Ebrard, quienes ahora militan en la cómoda oposición del chuchismo perredista después de que su priísmo los hizo trepadores electoreros-burocráticos. Luego, doña Elba Esther Gordillo Morales se coludió con Ernesto Zedillo, responsable de los homicidios de Acteal (Chiapas), Aguas Blancas y El Charco (Guerrero).

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