Sexenio

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Los viáticos para los agentes secretos

Para el cumplimiento de los servicios que presta el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) al Estado mexicano, no hay política de austeridad que valga. Y es que estamos hablando de los servicios de inteligencia civil para preservar la “¡seguridad nacional!”: la palabra mágica con la cual todo se justifica, desde la entrega de millonarios recursos hasta la falta de rendición de cuentas en el ejercicio de los mismos.

La traición a México

Los primeros 3 años del sexenio de Enrique Peña Nieto, las Fuerzas Armadas Mexicanas, especialmente el Ejército Mexicano, se ganaron la desconfianza y el desprecio del pueblo. Se echó por la borda casi 1 siglo de merecer el cariño de las clases populares –en las cuales, además, está su propio origen– a partir de la Revolución Mexicana de 1910, promulgada el 5 de febrero de 1917 después de derrotar dos veces consecutivas al Ejército Federal del general Porfirio Díaz convertido en tirano a lo largo de 30 años de gobierno, apoyado por las bayonetas de la tropa reclutada de leva, que era conducida por generales aristocráticos provenientes de la clase gobernante compuesta por latifundistas, patrones explotadores, el clero fanatizador y empresarios extranjeros que esclavizaron a los indígenas y a los pobres de la nación.

La crisis de la industria petrolera

Imparable, la reducción de la rentabilidad anual de Pemex: sus ingresos corrientes reales totales acumulan una contracción de 40 por ciento en lo que va del sexenio. En 2012 eran de 1.8 billones y en octubre de 2015 es de 1.1 billón de pesos; la pérdida es de 718 mil millones de pesos reales. La empresa productiva del Estado ya sólo puede vivir endeudándose.

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