Los italianos Vilfredo Pareto y Gaetano Mosca fueron pensadores universales y fundaron y explicaron el fenómeno de las elites en su sentido contemporáneo vigente, pero que históricamente nació con Aristocles, alias Platón, y su prédica aquella de que los mejores gobernantes –llegado el caso– serían los “filósofos-reyes”, en respuesta platónica a la democracia directa en todo su apogeo durante la era de Pericles en Atenas. Platón, Pareto y Mosca temían al pueblo que exigía una democracia con el pueblo, y no como la democracia indirecta o representativa, gobernando para el pueblo. Las elites fueron una creación política autocrática, para sacarle la vuelta a las dos caras de la democracia, donde un grupo o un dictador o cosa parecida se erigen en el “elegido” para gobernar. Así, el poder de uno o de unos cuantos (¿el Pacto por México?) decide política, económica y socialmente lo que le conviene, obviamente a la elite, y de paso a la sociedad o al pueblo.