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Herencia maldita

Herencia maldita

 Rubén Moreira Valdés, sucesor de su hermano, Humberto en el gobierno de Coahuila, recibió un legado funesto ya que el profesor dejó un tiradero que se antoja desafiante para ser recompuesto.

En efecto, el destape de la deuda pública y la  opacidad del gobierno del profesor Moreira en el manejo de las finanzas, es un problema irresuelto. De entonces a la fecha los datos no cesaron de aflorar, y la gravedad en cuanto al ocultamiento de información, falsificación de documentos y lo más grave, la desaparición del dinero, cientos de miles de millones de pesos que están desaparecidos, y los tendremos que pagar los ciudadanos coahuilenses.
 
El primero de diciembre para su toma de posesión como gobernador, Rubén Moreira mando blindar el Congreso del Estado en donde rindió protesta; pero ni el blindaje lo libró de las protestas de los diputados panistas que exhibieron desde sus curules mantas en las exigían rendición de cuentas sobre la deuda y castigo a los responsables.
Pero las protestas no pararon ahí. En las redes sociales y en los locales en donde los Moreira festejaban, un nutrido grupo de jóvenes, acompañados de hombres y mujeres de todas las edades, se hicieron presentes vestidos de negro, sí, de luto por la muerte de los poderes republicanos en Coahuila, porque aquí, el Ejecutivo local es el gran legislador y también el gran jurisconsulto.
Enrique Peña Nieto presenció las manifestaciones de repudio hacia el moreirato; y ese día los ayatolas priistas decidieron la renuncia de Humberto a la presidencia del PRI, la que presentó al día siguiente.  Tomó cinco meses una abdicación que se debió de haber dado en días y el castigo hasta hoy está lejos de corresponder a la gravedad del desfalco, pero finalmente se logró la salida de Humberto de la dirigencia nacional del PR y quien finalmente quedó como el modelo más acabado de esos gobernadores que manejan las finanzas estatales de manera patrimonialista, con engaños y de espaldas a los gobernados.
El autoexilio de Humberto Moreira
Después de su renuncia al CEN del PRI, Humberto desapareció, Rubén dice que está descansando con sus hijos, pero para una personalidad hiperactiva como la del ínclito profesor, el dicho de Rubén no es creíble. ¿Descanso de meses?
Humberto emuló a Carlos Salinas de Gortari, que se encolerizó cuando el Presidente Ernesto Zedillo lo responsabilizó de la crisis que estalló el 20 de diciembre de 1994, entonces Salinas hizo una huelga de hambre de caricatura por 36 horas y se autoexilio en Irlanda, vivió como rey también en Estados Unidos, Cuba y Canadá; así Humberto Moreira, con la excusa de que la PGR pueda girar orden de aprehensión en su contra por la falsificación de firmas y violaciones a la ley en la contratación de la inmensa deuda de Coahuila, al que dejó en quiebra, ahora anda de shoping en el primer mundo, disfrutando de su riqueza mal habida.
En Coahuila, los partidos de Oposición han sido borrados del mapa, la disidencia es acallada y una buena parte de los empréstitos –dicen- se han destinado a la compra de voluntades. Además, todos los presuntos inculpados en la deuda, alegan que les falsificaron sus firmas, táctica muy conocida como mecanismo para ganar tiempo.
El reinado de Rubén Moreira
No todo ha sido miel sobre hojuelas para Rubén, el novel gobernador. A un mes de asumir como gobernador, la delincuencia organizada le dio la bienvenida, recrudeció los enfrentamientos entre sí y con el Ejército, de manera que en 30 días se llegó a la cifra inédita de 56 ejecuciones.
Rubén Moreira es arrogante, cuando inició su mandato declaró a los medios: “De la seguridad me encargo yo”, afirmación que denota su personalidad voluntarista; pero el narco le bajó los humos rápidamente, en un mes hubo dos atentados contra él, y presuntamente los delincuentes le enviaron, a través de una manta un mensaje exigiéndole su renuncia, aunque el gobierno no confirmó ni negó la existencia de la manta y la amenaza terminó en el remolino de la rumorología que invade a Coahuila ante la falta de información veraz.
El regalo de año nuevo de 2012 del gobierno de Moreira II (así se le conoce popularmente), fue una cascada de aumentos en los impuestos locales: aumento del 100 por ciento en la tasa del Impuesto Sobre Nóminas y la imposición de una tenencia vehicular estatal; la expedición de un fiat notarial, que en el 2011 costaba 14 mil 280 pesos y a partir del 2012 cuesta 250 mil pesos, mil 651 por ciento más.
Además, las licencias para expendios de bebidas alcohólicas pasan de 29 mil 750 pesos a 150 mil, un 404 por ciento más en el caso de distribuidores, ladies bar, cabarets y otros negocios similares. En el caso de los restauranteros, deberán pagar 40 mil pesos a partir del próximo año, en lugar de los 14 mil 825 pesos que erogaban, un 170 por ciento de incremento.
El trámite de pasaportes, que costaba 210 pesos, cuesta ya mil pesos, un 376 por ciento más. Los registros de matrimonio y divorcio pasan de 194 a 520 pesos, 168 por ciento más. El pago de derechos vehiculares para unidades con menos de 10 años de antigüedad crecerá en 50 por ciento. La explotación de materiales pétreos y la actividad minera también se verán afectados por la imposición de aranceles que pagarán de acuerdo con las toneladas que extraigan.
En conclusión a Rubén Moreira la delincuencia organizada lo novateo fuerte, y él a su vez está presionando duro a los coahuilenses mediante el aumento de impuestos, está tocando intereses muy sensibles, como los de los empresarios ya que pretende exigir a los hoteleros que a cada huésped le soliciten una identificación y se remitan las listas de personas a la autoridad, por supuesto que eso va contra la protección de datos personales, pero además ha dicho que acabará con los tables dance, moralista el hombre, pero con los demás, consigo mismo es muy benevolente porque de los responsables de la deuda no dice ni pio.
En 6 semanas de gobierno Moreira II ha dado mucho material para analizar su gestión, lo seguiremos haciendo.
*Periodista