Ni Clinton ni Trump tienen asegurada la candidatura de sus respectivos partidos a la Presidencia de Estados Unidos. La disputa por los recursos y los votos continuará y todo se definirá en mayo. La “democracia”, como un gran talk show
Luis Beatón/Prensa Latina
Los números se convirtieron en eslabones importantes en la puja por la nominación partidista que sostienen republicanos y demócratas en Estados Unidos.
Camino a las convenciones de investidura de los candidatos que se enfrentarán el 8 de noviembre en las urnas, los concursantes de ambos partidos tratan de acumular millones de dólares para sus campañas y miles de delegados que los favorezcan en julio.
Del 18 al 21 de julio, los del partido rojo se reunirán en Cleveland, Ohio, para decidir quién será su representante, mientras que los demócratas lo harán ese mismo mes del 25 al 28 en Filadelfia, Pensilvania.
Luego del inicio de las primarias con las reuniones de vecinos (caucus) en Iowa, los concursantes republicanos, encabezados por el magnate inmobiliario de Nueva York, Donald Trump, inician un largo camino para ganar el 50 por ciento más uno de un total de 2 mil 472 delegados del lado republicano, mientras los aspirantes Hillary Clinton y el senador Bernie Sanders se disputan 4 mil 763 del lado demócrata.
Fragmentado el voto y con la amenaza latente de que ninguno alcance la cifra de delegados, una convención del partido rojo abierta y caótica se encargaría de decidir, y ahí la jerarquía partidista pudiera inclinarse por algún miembro del llamado establishment en detrimento de Trump y el senador por Texas Ted Cruz, los más favorecidos en las encuestas.
En 40 años ningún enfrentamiento entre los de esa tendencia llegó sin decisión a la convención, de ahí que los concursantes traten de tener el máximo necesario para evitar una manipulación del voto en su contra.
Si nadie alcanza la cifra necesaria de los 2 mil 472 delegados que están en juego, el encuentro de Cleveland decidirá el representante pese a que Trump lidera en las encuestas en varios estados, convirtiéndose en el favorito claro.
Hay dudas sobre si Trump mantendrá su fortaleza, mientras el senador Ted Cruz (R-Texas) se convirtió en las últimas semanas en un serio rival conservador, tras obtener la victoria en Iowa.
Previsiblemente, a Cleveland deben llegar Trump, Cruz, el senador Marco Rubio (R-Florida), el exgobernador de Florida Jeb Bush y el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, para disputar la boleta.
Otros como el neurocirujano retirado Ben Carson, aunque es un favorito entre algunos conservadores, el gobernador de Ohio John Kasich y la exejecutiva de HP Carly Fiorina deben bajarse del carro, como ya lo hicieron otros concursantes tras el resultado de las primarias y caucus iniciales.
Los cuatro estados que inician el proceso establecen tradicionalmente el ritmo de la contienda presidencial (Iowa, New Hampshire, Carolina del Sur y Nevada) y, si alguien puede ganar los cuatro o incluso tres de los cuatro, será el favorito para ganar la nominación.
En Iowa, donde los delegados se otorgan proporcionalmente, Cruz, Trump y Rubio salieron al frente.
En Nueva Hampshire, Trump es el líder indiscutible y después marchan distanciado Cruz, el senador Marco Rubio, y algo más alejado el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, el exgobernador de Florida Jeb Bush y el gobernador de Ohio, John Kasich, quienes tratarán de dar la sorpresa.
En Carolina del Sur (29 delegados), Trump puede marcar la diferencia que señalan las encuestas y despegarse en el conteo de delegados.
En el caso de Nevada, los delegados se otorgan proporcionalmente y cualquiera puede ganar, según pronósticos.
Un día especial será el 1 de marzo, fecha en que las primarias reparten el mayor número de delegados en un solo día.
Trump y Cruz están en la punta en estados del Sur, aunque Cruz podría ganar Texas (155 delegados) pese a que allí la repartición se hace de forma proporcional, según el número de votos.
En ese gran festín están en juego los delegados de Alabama (50), Alaska (28), Arkansas (40), Georgia (76), Massachusetts (42), Minnesota (38), Oklahoma (43), Tennessee (58), Texas (155), Vermont (16) y Virginia (49).
Después se realizarán primarias en otros estados, entre ellos Michigan que reparte 59 delegados el 6 de marzo, hasta llegar al llamado Súper Martes, donde en el campo republicano los estados pueden otorgar todos los delegados a un candidato.
Están en juego los 99 delegados de la Florida, un premio grande porque el ganador se lleva todo el estado, a diferencia de Nueva York y Texas, así como 66 delegados de Ohio, Islas Marianas del Norte (9), Illinois (69), Missouri (52) y Carolina del Norte (72).
A esa altura del juego ya habrá un favorito y figuras como Michael Bloomberg, exalcalde de Nueva York, deben haber decidido si corren como independientes, si es que Trump o Cruz por los republicanos o el senador Bernie Sanders por los demócratas, amenazan con obtener la boleta de sus agrupaciones políticas.
Después siguen las primarias en abril que otorgarán más de 200 delegados en los estados del Noreste y del Atlántico medio, y que muchos expertos estiman como una bendición para los candidatos del establishment y negativa para los que tienen pocos fondos en sus arcas.
En abril se reparte Wisconsin (43), Nueva York (95), Connecticut (28), Maryland (38), Delaware (16), Pennsylvania (71) y Rhode Island (19).
Mayo es considerado como la última oportunidad para los republicanos que aún se mantengan en la disputa.
A menos que el partido se encamine hacia una convención abierta, es poco probable que la carrera no se defina en esa fecha.
En mayo se reparten en fechas distintas delegados en Indiana (57), Nebraska (36), West Virginia (34), Oregon (28), Washington (44), California (172), Montana (27), Nueva Jersey (51), Nuevo México (24) y Dakota del Sur (29).
Colorado, Dakota del Norte, Wyoming, Samoa Americana y Guam no sostendrán votos preferenciales presidenciales en 2016 con la esperanza de más autonomía en la concesión de los delegados.
Ya para mayo debe haber una mayor claridad, y no pocos aseguran que en el bando rojo, pese a que aún tiene mucho que demostrar, Trump tenga un buen resultado en los números, lo que previsiblemente puede complicar más el panorama para la convención de investidura republicana en Cleveland, Ohio.
En el campo de los demócratas luego de los caucus de Iowa, que ganó por apenas décimas la favorita Hillary Clinton, está planteada una lucha de dos, entre ella y el senador independiente por Vermont, Bernie Sanders.
Si no surgen imprevistos resultantes de la investigación que ejecuta la Oficina Federal de Investigaciones sobre el uso por la también exsecretaria de Estado de un servidor privado para correos electrónicos, en los cuales presuntamente manejó información altamente secreta, Clinton se convertirá en la primera mujer en la historia que dispute la Presidencia de Estados Unidos.
Hasta ahora, todo es especulativo, la carrera apenas comienza y lo que plantean las encuestas debe ser observado con extremo cuidado, pues la realidad puede traer más sorpresas.
Luis Beatón/Prensa Latina
[BLOQUE: INVESTIGACIÓN][SECCIÓN: LÍNEA GLOBAL]
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