En la transgresión se explican los ataques dirigidos a defensoras de derechos humanos y periodistas, reflexionó Yesica Sánchez Maya, miembro directivo del Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, Oaxaca, durante la conversación virtual “La importancia de la solidaridad nacional e internacional, frente a las agresiones contra las mujeres defensoras de derechos humanos”.
Para Yésica Sánchez, con los ataques “se nos trata de inhibir la acción por la apuesta de defender derechos, por transformar, por no dejar que las injusticias como la complicidad o la impunidad sea la realidad que camper y lacere a la sociedad. Ahí está justamente la semilla por la cual los últimos bastones de indicadores de democracia (como son la libertad de expresión y el defender derechos humanos) se ven lastimados”.
La abogada indicó que con los procesos autoritarios vividos en América Latina han “agudizado” y han cerrado la aceptación de críticas, de las fallas en la estructura “de la funcionalidad de un Estado garante de derechos”, por lo que poco a poco, quienes se dedican a la defensa de los derechos humanos y de ejercer la libertad de expresión mediante el periodismo se vuelven “sujetos incómodos”. Al saberles así, se empieza a frenar su labor crítica mediante allanamientos de oficinas, hostigamiento y finalmente con asesinatos.
Al verse cortadas las brechas del diálogo y de escucha activa frente a las fallas del Estado, las, los defensores y periodistas están en una labor de alto riesgo, dijo Sánchez Maya. Ante tal panorama, este sector poblacional han tenido que regresar a narrativas para recordar que “protestar es un derecho, no un delito”, “defender no es un delito”. Narrativas que, en consideración de la abogada, “tendrían que estar rebasada y no, no es así: estamos en el ABC de la defensa de los derechos humanos, políticos y de la libertad de expresión”.
Respecto de la amenaza de muerte dejada en las puertas de la organización el pasado 15 de junio, lamentó que la “acción de terrorismo [también] inhibe a quienes quieran hacer dedicarse a la defensa de derechos humanos, la denuncia y a las víctimas”. El ser “transgresoras” ha hecho que Consorcio Oaxaca sea víctima de ataques desde sus inicios con actos de difamación; en 2007 una de sus integrantes tuvo que irse durante unos años del país por seguridad; después las campañas de difamación continuaron y se dieron allanamientos a casas y oficinas. “Todo a razón de diversos casos que acompañamos”.
Y es que, si las autoridades garantizarán realmente los derechos “nosotras estaríamos dedicándonos a la promoción de los derechos”, añadió Atziri Ávila, impulsora del proyecto “Mujeres Transgresoras”.