“Entre enero y septiembre de este año, un promedio de cinco personas desaparecieron cada semana en Coahuila, lo que lo ubica en la posición 15 de 32 con más desapariciones del país”, alertó el Centro de Derechos Humanos Fray Juan de Larios. Agregó que tan sólo en los últimos 11 años, 2 mil 516 personas fueron reportadas como “no localizadas” en esa entidad.

El Centro lamentó que Coahuila tiene una de las tasas de hallazgo más bajas del país, con sólo 8 por ciento. Agregó que a pesar de los trabajos de búsqueda, la tasa de localización es desalentadora, por lo que la angustia y la falta de respuestas inducen a familias y víctimas indirectas a lidiar con enfermedades, como la ansiedad, la depresión y el suicidio.

“Coahuila cuenta con herramientas importantes para la búsqueda e identificación de personas, pero se necesita una voluntad clara para que realmente sirvan para lo que fueron creadas: localizar, identificar y restituir”, señaló en un comunicado.

Por ello, solicitó al gobierno estatal dar seguimiento a las denuncias y quejas interpuestas por las familias de los desaparecidos en las disposiciones contenidas en la Ley para la Declaración de Ausencia por Desaparición de Personas y Ley para la Localización, Recuperación e Identificación Forense de Personas.

El Centro Fray Juan de Larios también pidió investigar diligentemente las desapariciones con el fin de brindar resultados claros y otorgar una reparación integral y adecuada por el daño causado a las víctimas indirectas.

Agregó que, en conjunto con la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, seguirá apoyando e impulsando procesos de búsqueda, verdad y justicia, apegados a los derechos y dignidad de las personas.

Asimismo, recordó que uno de los casos que aún no encuentran justicia es el de los seis trabajadores agrícolas de Michoacán y fabricantes de muebles rústicos, oriundos de Santiago Undameo, municipio de Morelia: Alberto y Agustín Hernández Guerra, José Luis Hernández Gómez, Javier Hernández Huerta, Javier Huerta Ontiveros, José Leopoldo Cortés y Pablo Ponce Guerra, quienes desaparecieron en 2011 y aún no han sido localizados.

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