Madres, hijas y familias de mujeres asesinadas en México, así como las sobrevivientes de tentativa de feminicidio no reciben una adecuada e integral atención psicológica. Es carente el seguimiento que brindan las instituciones del Estado, reveló el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio
En México las madres, hijas y familias de mujeres víctimas de feminicidio, así como las sobrevivientes de tentativa de este crimen de odio en razón de género no reciben una adecuada e integral atención psicológica. En muchos casos, es carente el seguimiento que brindan las instituciones del Estado a las víctimas, reveló el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
Durante la presentación del informe Impactos del feminicidio en México, María de la Luz Estrada, coordinadora ejecutiva del ONCF, señaló que son escasas las Comisiones de Víctimas estatales que trabajan con un modelo de atención específico para víctimas de violencia feminicida.
El estudio descubre que las deficiencias institucionales y la revictimización por parte del Estado a las víctimas de feminicidio persisten en las 32 entidades de la República. Ello “genera un desgaste emocional que se caracteriza por el miedo, enojo, sentimientos de frustración, culpa, desesperación, decepción, desconcierto, desmotivación, hasta la muerte”.
Asimismo, genera falta de confianza en las autoridades, daños físicos a la salud, deterioro económico y el desistimiento por parte de los familiares a la exigencia de justicia y resolución del caso.
De acuerdo con el ONCF, la revictimización –que obstaculiza el acceso a la justicia– va desde la insensibilidad de los policías hasta la utilización de información confidencial de las víctimas para ofrecerles servicios funerarios, “lo que contraviene su obligación de proteger los datos personales de las víctimas a los que tengan acceso a propósito de la investigación”.
El informe citó el caso de Guerrero como una excepción, pues desde el primer contacto con la víctima establece una escucha “atenta, sensible, respetuosa y empática para establecer la atención psicológica y brindar un trato digno”; asimismo, otorga seguimiento emocional y acompañamiento en audiencias. En esa entidad se han atendido con asistencia psicológica 35 casos de familias de víctimas de feminicidio.
Por su parte, Puebla brinda contención emocional a través de grupos de primer contacto adscritos a la Subdirección de Ayuda Inmediata a Víctimas. La entidad brindó atención a tres víctimas indirectas. Mientras que en la Ciudad de México las víctimas son canalizadas a las dependencias, según sean sus necesidades.
Durante la presentación del informe, María de la Luz Estrada indicó que en la capital no se brinda atención psicológica por feminicidio. Y que en el Estado de México, “cada psicólogo tiene 329 solicitudes de atención (sin distinguir delito)”.
Por otra parte, la también integrante de Católicas por el Derecho a Decidir señaló que las autoridades de las Comisiones Estatales de Víctimas y fiscalías que brindan atención psicológica carecen de perspectiva de género, sensibilidad, y enfoque interseccional de atención a los grupos vulnerables.
Asimismo, fue documentado que los servicios periciales no asientan “todas y cada una de las lesiones presentes en los cuerpos de las víctimas de violencia feminicida, por lo que se viola el deber de exhaustividad en la investigación”.
En tanto, las Fiscalías se niegan a iniciar carpetas de investigación bajo tentativa de feminicidio, asimismo a aplicar la perspectiva de género en la investigación de los casos, y atender los protocolos especializados en la investigación del delito.
De acuerdo con la OCNF también se constató que en algunos casos de feminicidio, no se garantiza la integridad de los indicios y se viola la cadena de custodia.
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