Para dar tranquilidad al pueblo de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró hoy en su conferencia matutina que no se está incumpliendo ningún compromiso con Estados Unidos y Canadá en el tema energético. “No hay ninguna violación al tratado [T-MEC]”.
Desde el inicio de su gobierno, indicó, se cuidó no comprometer el petróleo: “eso nos llevó a detener la negociación casi dos semanas, porque el gobierno anterior había ofrecido un capítulo especial del Tratado entregando el petróleo. Así de claro. Nosotros estábamos como observadores porque aún era presidente electo. Cuando Jesús Seade me informa de que hay esta propuesta, le pido que venga a México y se analiza el capítulo que ya habían aceptado las autoridades mexicanas en ese entonces, de manera especial el secretario [Luis] Videgaray y [Ildefonso] Guajardo, y nosotros dijimos que no estábamos de acuerdo”.
El primer mandatario expuso que los negociadores del gobierno de Estados Unidos se molestaron y se levantó la mesa. “Hubo planteamientos acerca de –lo mismo de siempre– que si no aceptábamos nos iba a ir muy mal, iba a haber devaluación, y dijimos: ‘no, queremos que cambie el capítulo; es más, que no se toque el tema’. Pasó el tiempo. Ellos no querían informarle al presidente [Donald] Trump porque consideraban que se iba a agravar la situación; al final, tuvieron que decirle y la respuesta del presidente Trump fue de que se aceptara lo que nosotros proponíamos”.
López Obrador recordó que debido a eso, dicho capítulo del T-MEC se limita a dos párrafos, los cuales leyó: “Reconocimiento del dominio directo y la propiedad inalienable e imprescriptible de los Estados Unidos ‘Mexicanos de los hidrocarburos. Reconocimiento del dominio directo y propiedad inalienable e imprescriptible de los Estados Unidos Mexicanos de los hidrocarburos, según lo dispone este tratado. Las partes confirman su pleno respeto por la soberanía y su derecho soberano a regular con respecto a asuntos abordados en este capítulo, de conformidad con sus respectivas constituciones y derecho interno, en pleno ejercicio de sus procesos democráticos.
“Dos. En el caso de México –dice– en perjuicio de sus derechos y remedios disponibles conforme a este tratado, Estados Unidos y Canadá reconocen que… [¿Qué reconocen?] México se reserva su derecho soberano de reformar su Constitución y su legislación interna”. Por ello, el presidente de México cuestionó: “¿dónde está el cambio de reglas?”
Y agregó: “México tiene el dominio directo y propiedad inalienable e imprescriptible de todos los hidrocarburos –todos– en el subsuelo del territorio nacional, incluida la plataforma continental y la zona económica exclusiva situada afuera del mar territorial y adyacente a éste, en mantos o yacimientos, cualquiera que sea su estado físico, de conformidad con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.
Añadió que antes de asumir la Presidencia, lo primero que hizo fue resistir a esa presión en las negociaciones del nuevo tratado trilateral, “porque ya los gobiernos neoliberales ya habían aceptado en todos los acuerdos que se negociara el petróleo de México. Por eso también el razonamiento del gobierno de Estados Unidos era de que por qué con ellos no, si ya se habían suscrito acuerdos, incluso con Canadá, y lo estaban considerando como un hecho discriminatorio que nosotros no queríamos con ellos tener el mismo acuerdo”.
El primer mandatario explicó que en aquellas negociaciones el equipo de transición dejó claro que “los tratados anteriores se habían suscrito por gobiernos neoliberales, neoporfiristas, entreguistas, y que nosotros nos estaba eligiendo el pueblo para cambiar la política económica”.
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