En un avión militar Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, de 82 años de edad, aterrizó el martes 2 de agosto, en Taiwán como parte de su gira por Asia. Ella es una funcionaria del más alto rango, segunda en la línea sucesoria de la Presidencia. En 25 años ningún funcionario tan importante de Estados Unidos había estado en la Isla en visita oficial.
Las repercusiones de la visita han afectado a México, pues nuestro pesos se depreció el martes 2 de agosto 1.87 por ciento frente al dólar, en su tercer descenso consecutivo, en medio de un momento marcado por la visita a Taiwán Pelosi, lo que aumentó la aversión al riesgo en los mercados, explicaron analistas cambiarios. El peso terminó la jornada en 20.7 unidades por dólar frente a los 20.3 pesos por billete verde del lunes 1 agosto.
Es natural que existan repercusiones económicas. El impacto mundial ha sido claro. Recordemos que la resolución 2758 aprobada en 1971 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estipula bien claro que la República Popular de China es el único gobierno legal que representa a toda China. Desde su creación en 1949, 181 naciones han establecido relaciones diplomáticas con Pekín ateniéndose al principio de una sola China, lo que ha constituido un consenso de la comunidad internacional. De hecho, la embajada estadunidense terminó trasladándose de Taipéi a Pekín.
La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes se hizo ante la oposición de China que anunció que su Ejército realizará “operaciones militares dirigidas” alrededor de Taiwán en respuesta a la visita de Pelosi. Ya el presidente de China, Xi Jinping, había advertido al presidente Biden: “No jueguen con fuego”. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China advirtió que China se opone firmemente a cualquier forma de intercambio oficial entre Estados Unidos y Taiwán. Si Pelosi visita Taiwán, esto tendría un impacto grave en la base política de las relaciones chino-estadunidenses y enviaría la señal equivocada a las fuerzas independentistas en la isla”, señaló.
El presidente chino Xi Jinping respondió a esta provocación llamando a fortalecer las Fuerzas Armadas de su país, destacando la necesidad de desarrollar el Ejército chino a un nivel de “clase mundial” y subrayando la importancia de fortalecer las Fuerzas Armadas mediante la formación de personal competente, como informó el viernes la cadena china CGTN.
Previo al viaje desde China, no descartaron derribar el avión de la jefa de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, si decidía visitar Taiwán escoltada por cazas estadunidenses. Hu Xijin, comentarista del diario estatal chino The Global Times, enfatizó el viernes 29 de julio a Washington que, si los aviones de combate estadunidenses escoltan el avión de Nancy Pelosi hacia Taiwán, “será una invasión” a China.
Ya muy recientemente el Ejército chino había cuestionado a Estados Unidos por el paso de su buque de guerra de misiles guiados USS Benfold por el estratégico estrecho de Taiwán. Mediante un comunicado emitido este miércoles 18 de julio, el portavoz del Comando del Teatro del Este del Ejército chino, el coronel Shi Yi, tachó de “provocación y espectáculo” el paso del destructor de misiles guiados estadunidense USS Benfold a través del estrecho de Taiwán ocurrido el martes 19 de julio. Ahora en una medida de tipo económico China suspendió las importaciones de alimentos de múltiples empresas taiwanesas.
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, declaró Taiwán es un “modelo para la región” dado el “éxito de su pueblo y su valentía para convertirse en un país más democrático”, causando molestias entre el pueblo chino que no quiere que ningún extranjero les dicte cual es el modelo por seguir de cada pueblo. No está por demás recordar que, lejos de ser “democrático”, Taiwan ha sido un baluarte de la reacción desde que se refugiaron en la Isla las fuerzas antirrevolucionarias de Chiang Kai-shek quien como botón de muestra tuvo excelentes relaciones con la dictadura de Francisco Franco. Las relaciones diplomáticas militares, políticas, económicas y culturales entre el régimen de Franco y la China nacionalista de Chiang Kai-shek, florecieron de 1953 y 1973, año en el que Estados Unidos rompió oficialmente relaciones diplomáticas con Taiwán.
Pelosi hizo el polémico viaje enfrentando la oposición, incluso, del presidente de Estados Unidos, del Ejército y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), lo que muestra el caos que vive el gobierno de nuestro vecino del norte, y la falta de decisiones consensadas, donde las divisiones se acentúan entre el Ejecutivo y los otros poderes, en este caso, el Legislativo.
No es la única contradicción. La Presidencia de Biden también enfrenta a la Corte Suprema de Justicia, que revocó el 24 de junio la sentencia que data de 1973 en la que se protegía el derecho federal a abortar. La mayoría conservadora del tribunal falló, por seis votos a tres, a favor de derogar el fallo conocido como “Roe vs. Wade”, que dictaminó que la Constitución del país protege la libertad de la mujer estadunidense embarazada para optar por el aborto sin restricciones gubernamentales, así como otra resolución conocida como “Planned Parenthood vs. Case”, que reafirmaba lo anterior. El presidente Biden se opuso a esta decisión y los acusó de violar un principio constitucional ratificado por magistrados designados por presidentes demócratas y republicanos por igual.
Es notoria a su vez, en Estados Unidos, la contradicción entre demócratas y republicanos, el gobierno federal y distintos estados, se agudiza, como a quedado claro en Texas que demandó en julio al gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al considerar que el decreto que ha emitido para proteger el derecho al aborto es contrario a las leyes estatales. El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, anunció a su vez el 7 de junio una orden ejecutiva para que su Guardia Nacional y agentes del Departamento estatal de Seguridad Pública arresten a migrantes que crucen ilegalmente y los “devuelvan a la frontera” en oposición al gobierno de Biden. Los enfrentamientos entre el gobierno central y los gobiernos estatales se agudizan y esto afecta a los diferentes mandos policiacos y militares y las guardias nacionales de los Estados. La fricción entre los distintos niveles de gobierno en Estados Unidos es inocultable, además de que jamás militares de alto rango habían criticado públicamente al presidente y sus decisiones como lo han hecho ahora.
Por su parte entre las 17 diferencias agencias de inteligencia de Estados Unidos hay frecuentes encontronazos y de estas hacia el propio presidente como lo hizo patente la oposición de la CIA a Trump y hacia la Cámara de Representantes como sucedió con su oposición a la visita de Pelosi a Taiwán.
Ante el aumento de tensiones entre Estados Unidos con Rusia y China, es sumamente preocupante que en la misma cúpula del gobierno del país vecino existan tales contradicciones que generan un verdadero caos y situaciones de imprevisibilidad y que el botón nuclear se encuentre en manos de un solo hombre en un país en el que abiertamente se habla de la existencia de una guerra civil soterrada y de la probabilidad de que esta cree condiciones para una guerra civil abierta.
Preocupan declaraciones como la reciente afirmación de que Estados Unidos consideraría usar armas nucleares “sólo en circunstancias extremas”, que incluyen la protección de sus intereses vitales y de sus aliados, que hizo el secretario de Estado del país, Antony Blinken, en la Décima Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) en la sede de la ONU, en Nueva York.
Resulta contraproducente que mientras Estados Unidos promueve propuestas para nuevos tratados de reducción de armas nucleares, festeja que está invirtiendo miles de millones de dólares en modernizar e incluso ampliar su arsenal nuclear a la vez que realiza provocaciones peligrosas como la visita de Pelosi a Taiwán, territorio Chino, con la objeción del gobierno chino.
Existe algo de fondo. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2016 China superó a Estados Unidos como la mayor economía del mundo. En 2021, China representaba el 19 por ciento de la economía mundial, frente al 16 por ciento de Estados Unidos. Esta diferencia es cada vez mayor y, para 2027, el FMI prevé que la economía china superará a la estadunidense en casi un 30 por ciento
Es claro que Estados Unidos no quiere que lo destronen. Pero no podrán evitar que China lo supere en lo económico, si no es que ya los han superado. Su población es cuatro veces mayor a la de Estados Unidos, y su economía también creció al triple, como dice Joseph Stiglitz.
Y en medio de esta situación Antony Blinken, el 26 de mayo de 2022, admitió abiertamente que Estados Unidos no busca la igualdad militar con otros Estados, sino la supremacía militar, especialmente con respecto de China: “El presidente Biden ha dado instrucciones al Departamento de Defensa para que mantenga a China como su referente de ritmo de avance, para asegurar que nuestro ejército se mantenga a la vanguardia”.
Estados Unidos realizó más de 100 ejercicios militares a gran escala cerca de China el año pasado, practicando y validando varios conceptos de guerra nuevos dirigidos al país, reveló un grupo de expertos con sede en Pekín, poco antes de que, según informes, Estados Unidos y Filipinas iban a lanzar los simulacros conjuntos “más grandes jamás realizados” en marzo.
Una razón importante detrás de los extensos simulacros con nuevas tácticas es que Estados Unidos tiene como objetivo contener a China, pero se enfrenta al rápido desarrollo del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China. Al Ejército de Estados Unidos le preocupa que sus instrumentos de guerra tradicionales se estén volviendo obsoletos frente al EPL, según analistas.
El grave problema nuclear salta a la vista y hemos de hacer notar que desde principios del siglo XXI, Estados Unidos se ha retirado sistemáticamente de los tratados clave que limitan la amenaza del uso de armas nucleares: en 2002, se salió unilateralmente del Tratado de Misiles Antibalísticos; en 2019, abandonó el Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias; y, en 2020, se retiró del Tratado de Cielos Abiertos. El darle la espalda a estos tratados reforzó la capacidad de Estados Unidos de buscar la supremacía nuclear que hoy disputa con Rusia.
En ese contexto, Moscú cuenta con 4490 ojivas nucleares, frente a 4 mil 500 de Washington, y pueden provocar un infierno nuclear que destruiría medio país, pulverizándolo en el caso de que Rusia lance un ataque preventivo con 2000 ojivas nucleares contra Estados Unidos.
Los sucesos en China, así como los del conflicto de Ucrania, ya han afectado la economía de México, pero hay que evitar a toda costa que nos involucren en conflictos militares. Ante esta situación, es preocupante que haya avanzado la integración de México con Estados Unidos y Canadá, que primero fue económica, luego política y militar a partir de la ASPAN (Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte) firmado en 2005 por Vicente Fox. La integración militar con Estados Unidos nos coloca en la mira de sus enemigos en el caso de una no deseada guerra, en un blanco fácil para golpes demoledores. La seguridad nacional está en riesgo debido a esas políticas integracionistas con potencias agresivas.
A partir de los Tratados de Bucareli, firmados el 13 de agosto de 1923 por Álvaro Obregón, México ha comprometido la soberanía nacional con acuerdos políticos, económicos y militares que nos han colocado en una posición de subordinación con respecto al vecino.
Dado que México se ha pronunciado siempre por la no intervención, la solución pacífica de los conflictos y el respeto de la soberanía y auto determinación de los pueblos, y considerando que tiene acuerdos militares con diversos países, en especial con Estados Unidos que comprometen nuestra tradicional política de paz, es momento de romper definitivamente todo lazo militar con los belicistas vecinos del norte. Lo demandan nuestros principios, nuestra historia, nuestro pueblo y nuestra seguridad.
Pablo Moctezuma Barragán*
*Doctor en estudios urbanos, politólogo, historiador y militante social
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