La crisis que atraviesa el periodismo impreso provoca que, como baratijas, sean adquiridos por los grandes magnates los otrora poderosos rotativos. El mayor problema es que los grandes capitalistas compran directamente los medios y afianzan cada vez más el control de la libertad de expresión y del debate político
Luis Beaton/Prensa Latina
La adquisición del diario estadunidense The Washington Post por el multimillonario Jeff Bezos acrecienta los temores de que el llamado “cuarto poder”, la prensa, pasa ahora a propiedad de representantes del denominado 1 por ciento, el cual acumula las riquezas del país.
Los informes señalan que Bezos adquirió uno de los periódicos más emblemáticos del país por la suma de 250 millones de dólares, apenas el 1 por ciento de su fortuna calculada –unos 25 mil millones de dólares– que lo hace miembro prominente del selecto club con ingresos desproporcionados frente a la abrumadora mayoría de sus compatriotas.
La adquisición del rotativo estuvo precedida por otros movimientos en el sector, como la venta del Boston Globe por 70 millones de dólares a John Henry, otro multimillonario, que también es propietario del equipo de béisbol Medias Rojas de Boston.
En ambos casos llama la atención que los precios de esas publicaciones superaban los 1 mil millones de dólares 2 décadas atrás, lo cual evidencia que la prensa impresa está en crisis, algo que muchos consideran se debe a su incapacidad de responder de forma innovadora a los retos impuestos por el internet y la era digital.
Esto se aprecia más si se tiene en cuenta, por ejemplo, que en el llamado país de la libre empresa cerca de 25 mil profesionales vinculados al sector periodístico perdieron sus empleos en los últimos años.
Estudios señalan que los cambios tecnológicos, el internet, la televisión y la telefonía móvil, poco a poco desplazan a la prensa escrita, en virtud de que las transmisiones de informaciones se propagan de manera instantánea por las redes sociales y un individuo desde una computadora o un teléfono celular puede tener acceso rápido a las noticias del momento.
La inmediatez de la información lógicamente tiene un impacto negativo en la supervivencia de los periódicos, al igual que la crisis económica mundial, y los cambios en los modelos de negocios han generado unas caídas vertiginosas de las inversiones publicitarias en los medios impresos y reducido el número de lectores, aseguran analistas del sector.
En Estados Unidos, grupos como McClatchy Company, propietario de más de 30 diarios –entre ellos The Miami Herald– se declaró en bancarrota y mandó a la calle al 20 por ciento de sus trabajadores.
Las víctimas ya conocidas de las últimas semanas se agregan a The Chicago Tribune y el grupo editorial Tribune Company, que publica The Baltimore Sun.
Otros diarios como The New Times, Wall Street Journal, Los Angeles Times, Financial Times, International Herald Tribune y las revistas Times y Newsweek, e incluso The New York Times, también enfrentan apuros económicos.
Los apremios financieros hicieron que el diario The New York Times disminuyera su tiraje, los salarios y despidiera al 5 por ciento de sus empleados; que el Washington Post mermara su cantidad impresa y cerrara el suplemento literario Brookworld, y que el Christian Science Monitor suprimiera su edición impresa.
Informes del sector indican que en Estados Unidos, durante el último lustro, se han cerrado más de 160 periódicos y despedido alrededor de 25 mil empleados.
Un artículo que publica el sitio en internet analitica.com resume que los periódicos impresos no sólo están obligados a innovarse y reinventarse en el ámbito digital, sino forzados a adoptar un periodismo novedoso, ágil y profundo, donde la calidad, la credibilidad, la investigación y el análisis en la contextualización de la información sean sus principales trincheras para enfrentar la inmediatez y la superficialidad.
Otros análisis indican la raíz del problema económico; después de 1 siglo muy exitoso, el modelo empresarial de los periódicos ya no es viable: los diarios se financiaban por publicidad y en segundo lugar por la compra de sus ediciones impresas.
Ahora, precisan, el internet ha robado ambas fuentes de ingreso y por ahora no hay nada que logre sustituirlo. La gente ya no compra periódicos, resumen los analistas al proclamar la muerte de los rotativos.
El movimiento de los últimos días de Bezos al adquirir el Post evidencia que la solución por ahora parece ser trasladar el control de los medios a los zares de las finanzas, como Warren Buffet, el segundo estadunidense más rico, quien admitió la compra de varios diarios locales en el país.
Pero estas adquisiciones de medios impresos tienen también sus aristas políticas, y poco se sabe de los fines que impulsan a los presuntos salvadores, pues es innegable el gran poder de influencia de publicaciones como el Post, The New York Times y The Wall Street Journal, por citar algunos ejemplos.
Aunque Bezos es considerado un liberal en algunos temas, se conoce que gastó sumas millonarias para derrotar los intentos de incrementar los impuestos para los más ricos del país, en especial en el estado de Washington (Oeste) y promueve ideas que sólo benefician al 1 por ciento de los estadunidenses.
Robert McChesney, un experto estadunidense en la industria de los medios, estima que ahora los periódicos se están convirtiendo en juguetes para estos multimillonarios, quienes pueden usarlos de manera agresiva a fin de promover sus intereses políticos.
Las declaraciones, citadas por Democracy Now, indican que “es muy sensato que estarían interesados en comprar periódicos como una inversión política, tanto porque están baratos ahora y porque pueden dominar la discusión pública de la manera que desean”.
La incógnita ahora es qué van a hacer con ellos los nuevos propietarios… Estados Unidos]
Fuente: Contralínea 352 / 16 al 22 de septiembre 2013