La corrupción y el influyentismo imperaron en las obras del ya cancelado Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco, reiteró el presidente Andrés Manuel López Obrador. Al respecto, señaló que había empresas que compraban tierras para suministrar materiales a precios exorbitantes que se usaban para rellenar el Lago.
El negocio más lucrativo –en el que participaba Claudio X González– era que se iban a quedar con los terrenos aledaños al aeropuerto, incluidos los de Santa Lucía, y construir un desarrollo inmobiliario como el de Santa Fe. Acusó que detrás de todo estaba una agencia cuyo nombre no mencionó.
Señaló que, por ello, entre otros factores como el impacto ambiental, decidió cancelar las obras y ampliar el aeropuerto de Santa Lucía, con la participación de las Fuerzas Armadas.
Explicó que es plan ya lo había previsto antes de la campaña presidencial de 2006, cuando estaba en su apogeo el conflicto social de Atenco. Desde entonces, expuso, le encargó al ingeniero José María Riobóo que investigara las condiciones de Santa Lucía, y él descubrió que no eran 600 hectáreas sino 2 mil 500.
En su conferencia, agradeció la colaboración de algunos militares que permitieron al equipo de Riobóo reconocer el terreno y determinar que era factible y más barato las obras en Santa Lucía.
Dijo que actualmente se trabaja día y noche en una de las obras más importantes del mundo y ofreció que podrían ser visitadas las obras de Santa Lucía por el público en general para constatarlo.