Odio y locura en la frontera de México

Odio y locura en la frontera de México

Claman al cielo porque, según aseguran, Estados Unidos está sufriendo una gran invasión. Y eso es algo que no pueden permitir. Por ello han decidido pasar a la acción: rifle y prismáticos en mano, dedican su tiempo libre a vigilar que ningún inmigrante indocumentado cruce la frontera con México. Son las patrullas fronterizas voluntarias, aunque también se les conoce como “caza inmigrantes”. Una auténtica locura.

El Southern Poverty Law Center ha detectado la existencia de 892 “grupos de odio” en Estados Unidos, de los cuales al menos un centenar se declaran como supremacistas blancos. Sus miembros se explayan, y se organizan, a través de más de 200 páginas web. La entidad no gubernamental ha intentado medir, a través de numerosos informes y de un “mapa americano del odio” interactivo, dónde se localizan y cómo funcionan estas bandas extremistas.

Brownsvile, en Texas, es uno de los puntos de reunión favoritos de muchos de estos patrulleros. Situada al extremo este de la frontera, esta área cuenta con cámaras de vigilancia del gobierno y agentes oficiales fuertemente armados. A los barcos blindados y aviones no tripulados que sobrevuelan la zona se suman algunos campamentos improvisados de milicias de hombres voluntarios, indignados con un gobierno que –dicen– ha fracasado en asegurar la frontera.

Los vehículos todo terreno de los Patriots rondan la valla fronteriza desde hace varias décadas. A pesar de su recelo con los medios de comunicación, los Patriots abrieron su campo de Brownsville a Reuters en 2014 para una visita exclusiva. Dos banderas daban la bienvenida a su feudo: la estadunidense y otra amarilla gobernada por una serpiente de cascabel (símbolo Gadsen). Inspirándose en el comportamiento de este reptil, que no ataca hasta que le molestan, los patrulleros voluntarios habían colocado un cartel bajo las ondeantes banderas, en el que podía leerse: “Don’t tread on me”. Lo que viene a decir: “Si no me meto contigo, déjame en paz”.

Los Patriots, al igual que otros grupos antiinmigración como los Minuteman o los Alpha Team, llevan consigo correas de sujeción o esposas para intimidar a las personas que tratan de cruzar la frontera y van acompañados de equipos de comunicación que avisan a las patrullas fronterizas de posibles incursiones. En convoy o a caballo, uniformados con indumentaria militar o calzando botas de cowboy, estos guerreros americanos han emprendido su particular cruzada contra la inmigración en un país que, paradójicamente, es la mejor prueba de que una sociedad multirracial, multicultural y multirreligiosa puede existir, desarrollarse y progresar a un ritmo muy notable. Estados Unidos es el segundo país del mundo con mayor número de hispanohablantes: 55 millones de hispanos, uno de cada seis estadunidenses.

Laura Zamarriego Maestre/Centro de Colaboraciones Solidarias

[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: ARTÍCULO]

 

 

Contralínea 544 / del 19 al 25 de Junio de 2017