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Aunque a inicios de este año el presidente Enrique Peña Nieto aseguró que el gasolinazo se debió a “factores exteriores” y, en un mensaje a la nación, afirmó que la “difícil” decisión de liberar los precios y “eliminar el subsidio” se tomó para no recortar programas sociales y garantizar empleos, esto no es verdad.

Un exhaustivo estudio de la Cámara de Diputados desmiente esa versión. Revela que a partir de 2009 el subsidio a los combustibles fue intermitente y que los mexicanos pagamos más de lo que en realidad determina el mercado internacional, pues los precios están artificialmente controlados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Se trata del análisis Determinación de los precios, los subsidios y el régimen fiscal de las gasolinas y el diésel en México en el contexto de la reforma energética, elaborado por el maestro Reyes Tépach. Éste descubre que ahora pagamos más por los mismos combustibles que lo que sufragan en otros países.

“La actual crisis en los precios internacionales de los hidrocarburos debería ser la fuente de reducción del precio de los petrolíferos en México, sin embargo, éstos se incrementaron a finales de 2014 y se fijaron a un nivel relativamente alto para 2015, retomando sus deslizamientos a la alza en el 2016 debido a que son administrados o semi-administrados por el gobierno federal, haciéndolos inelásticos a la evolución del mercado internacional del petróleo.”

Por el contrario, el consumidor estadunidense “se beneficia de los periodos de abaratamiento de los hidrocarburos”; ello, porque los precios son elásticos a la evolución del mercado petrolero mundial. Según el estudio, en México, debido al sistema rígido de determinación de precios, “los consumidores domésticos enfrentan incrementos o congelamientos en periodos donde los precios de los hidrocarburos están descendiendo, haciéndolos a los cambios en los precios internacionales del petróleo.”

El análisis de la Dirección General de Servicios de Documentación, Información y Análisis también revela que los precios de las gasolinas y el diésel estuvieron subsidiados hasta 2008. Ese año, el gobierno instrumentó los deslizamientos semanales y mensuales de los precios internos para igualarlos con los que pagaban los consumidores de la Costa Golfo de Estados Unidos, y con ello eliminar el apoyo a favor de los consumidores domésticos.

Esta fase de deslizamientos concluyó el 1 de enero de 2015, cuando se comenzó con la política de precios máximos y mínimos, esquema vigente que genera diferenciales de precios en ambos países.

“Existía un subsidio si el precio de las gasolinas y el diésel que pagaban los consumidores en México era inferior a los observados en Estados Unidos. Su conformación generaba que el gobierno federal dejara de recaudar ingresos a través del impuesto especial a productos y servicios, en otras palabras, existe una transferencia de recursos públicos a favor de los consumidores de nuestro país, porque la tasa de este impuesto era negativa ante incrementos de los precios internacionales de los hidrocarburos”, observa el estudio.

Explica que en agosto de 2008, cuando inició la política de deslizamientos graduales de los precios de combustibles, el subsidio a la gasolina Premium era de 1.25 pesos por litro, porque en Estados Unidos se vendía en 10.38 y en México en 9.13.

Para entonces, el subsidio de la gasolina Magna era de 2.39 pesos por litro, porque en el país vecino costaba 9.72 pesos el litro y aquí, 7.33 pesos. Y el subsidio del diésel era de 4.87 pesos, porque en el mercado estadunidense se vendía en 11.35 y en el mexicano en 6.48 pesos por litro. Pero con el paso de los meses, ese apoyo desapareció.

“La política de deslizamientos graduales de los precios de las gasolinas igualó los precios internos con los observados en la Costa Golfo de Estados Unidos. En diciembre de 2008 el subsidio se revirtió: en México, los precios de las gasolinas eran superiores a los existentes en aquel país: la Premium se vendía en 9.57 y en Estados Unidos en 6.57 pesos por litro; el diferencial de precios en contra de los consumidores nacionales era de 3 pesos por litro. La Magna en México se vendía en 7.70 y en Estados Unidos en 5.65 pesos por litro; el diferencial era de 2.05 pesos por litro. El diésel mantenía un subsidio de 1.17 pesos por litro: en Estados Unidos se vendía en 8.50 y en México en 7.33 pesos por litro.”

Aunque el estudio admite que en 2009 los precios de ambas gasolinas se congelaron en el mercado nacional, “como una medida del gobierno federal para apoyar el ingreso de las familias en el contexto de la crisis financiera global”, para diciembre de ese año, la Premium era más cara en México que en Estados Unidos por 27 centavos por litro.

“A partir de diciembre de 2009, el gobierno federal reinició los deslizamientos ahora con frecuencias mensuales en los precios de las gasolinas y continúo con el incremento en los precios del diésel. En promedio, entre enero de 2010 y diciembre de 2014, el precio de la Premium en México fue más barata respecto a Estados Unidos por 0.46 pesos por litro. Para reducir el subsidio, en este periodo el gobierno federal en nuestro país autorizó 60 deslizamientos mensuales en los precios internos: 22 de 4 centavos; siete de 5 centavos; cuatro de 9 centavos; 20 de 11 centavos; y uno de 6, 7, 8, 10, 12 y 21 centavos por litro, respectivamente. Durante este periodo, el precio interno pasó de 9.66 a 14.11 pesos por litro, representando un incremento de 4.45 pesos por litro, equivalente al 46.07 por ciento respecto al precio vigente en enero de 2010.

“De julio de 2014 (cuando inició la crisis de los precios internacionales de los hidrocarburos) a diciembre de ese año (cuando concluye la etapa de los deslizamientos mensuales), el precio promedio de la gasolina Premium en México ha sido más cara que en Estados Unidos por 1.95 pesos por litro en promedio.

“Adicionalmente, con la reducción del precio del petróleo a nivel mundial y la depreciación del tipo de cambio, en diciembre de 2014, el diferencial de precios de esa gasolina se ha incrementado significativamente en contra de los consumidores nacionales: en ese mes la Premium se vendió 3.74 pesos por litro más cara que en Estados Unidos: aquí el precio al menudeo fue de 14.11, y en aquel país de 10.37 pesos por litro.

“A partir de enero de 2015 inició la política de precios máximos para simular un esquema de competencia; para todo ese año el precio se fijó en 14.38 pesos por litro. En 2016, el precio máximo ha variado, pasando en enero de 13.98 a 14.81 pesos por litro en diciembre. Este precio actualmente es 1.31 pesos por litro más caro que en Estados Unidos donde se vende en 13.50 pesos por litro”. Así las cosas con el gasolinazo.

Nancy Flores

[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: AGENDA DE LA CORRUPCIÓN]

 

Contralínea 525 / del 05 al 11 de Febrero 2017

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