Ucrania: mercado negro de armas

Ucrania: mercado negro de armas

Durante la Guerra Fría, más del 80 por ciento del armamento militar y nuclear era producido por Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Un destacado complejo industrial militar de la URSS se ubicaba en las regiones de Odesa, los Cárpatos y Kiev en la actual república de Ucrania. Allí se construyeron todo tipo de armamento balístico, aviones, barcos, municiones y demás elementos que permitieron salvaguardar la seguridad en el hemisferio oriental. En efecto, luego del desplome del modelo soviético, en el territorio ucraniano quedaron 3 mil 594 empresas de la industria militar en las cuales trabajaban aproximadamente 3 millones de personas (https://es.rbth.com/cultura/technologias/2014/05/15/los_profundos_lazos_de_las_empresas_de_armamento_de_rusi_40075). En los primeros años de su vida independiente, Ucrania fue un referente de temas militares y un importante centro de exportación de armas.

Sin embargo, su destacado papel sólo obedecía al apoyo económico y estratégico que recibía desde Moscú. De hecho para 1997, el número de empresas de defensa en Ucrania se redujo a un quinto. De los 350 aviones que producía por año, construyó cero. Del igual manera, de los 800 tanques que realizó en 1994, 3 años más tarde no produjo ninguno. Esta circunstancia permite evidenciar que la industria militar ucraniana es casi inexistente y que lo poco que produce en la actualidad se debe en gran medida al apoyo recibido por el Kremlin como en la otrora época soviética. En otras palabras, sin la participación de Rusia, Ucrania no podría producir más que tanques y modelos antiguos que en el mundo de hoy son inoperantes, de ahí que el papel de Moscú sea determinante para entender la realidad de la industria militar ucraniana de hoy.

En este sentido, el director del Centro de Análisis del Comercio Mundial de Armas de Rusia, Ígor Korótchenko, aseguró que “Ucrania acabó con la industria militar de la URSS”. Sus afirmaciones se basan en el hecho de que, tras obtener su independencia, Ucrania remató todas las reservas militares que heredó de la URSS desmantelando la industria y poniendo en venta el armamento a países del tercer mundo para alimentar las guerras que allí se libran. Por esa razón, Ucrania no tiene armas para librar sus combates. Korótchenko agregó que “los negociantes ucranianos están detrás de cada gran conflicto en Oriente Medio, en la cuenca del Pacífico y en África”, razón por la cual se han creado auténticas estructuras mafiosas para el comercio ilegal de armas (https://es.news-front.info/2017/10/13/ucrania-ha-vendido-todo-el-legado-militar-de-la-urss/). Sumado a los altos índices de corrupción y a los problemas de seguridad internos, varios de los investigadores de la industria militar y aeroespacial han decidido migrar a otras latitudes, fundamentalmente a engrosar las filas de las empresas de defensa rusas.

Tras su independencia en 1991, Ucrania obtuvo cerca de 2,4 millones de toneladas de misiles soviéticos, cohetes, bombas y balas, por lo que las municiones no caducadas ascendía a un 70 por ciento (https://publimetro.pe/actualidad/noticia-ucrania-y-su-historial-nuclear-20914). Debido a su miopía política, varios militares ucranianos respaldados soterradamente por el gobierno central iniciaron la venta de armas en distintas partes del mundo. Paradójicamente este hecho permitió que la industria militar de ese país no se derrumbara en su totalidad en los primeros años de la independencia.

Grandes contratos de exportación fueron llevados a cabo con países de África, Irak, India, Tailandia, China e incluso algunas naciones de América Latina. Sin embargo, todas las armas eran reductos de la época soviética, con lo cual, al acabarse las reservas, el gobierno ucraniano no pudo continuar con la producción a causa de la dependencia tecnológica con relación al gobierno ruso. En efecto, se estima que más del 70 por ciento de los suministradores de sistemas y accesorios de las empresas de defensa ucranianas se encuentran en Rusia (https://poderiomilitar-jesus.blogspot.fr/2014_05_16_archive.html), hecho que muestra una vez más el bajo desarrollo militar de Kiev y su inevitable subordinación en asuntos militares al Kremlin.

Las estructuras mafiosas cerradas operan en la mayor parte de los conflictos de la actualidad. Por esa razón, Ucrania se ha convertido en un mercado negro de armas que cuenta con la participación de personal del Servicio de Seguridad del país, altos funcionarios del gobierno y empresarios que realizan los suministros de manera clandestina. El papel del Estado central es colaborar en el ocultamiento de los acuerdos y en la negación de la existencia de un mercado que es más que visible. Dentro de las peligrosas actuaciones de empresarios ucranianos relacionados con el gobierno está la venta de armas a ISIS (Estado Islámico). Una investigación logró establecer que los misiles portátiles tierra-aire FN-6 fueron entregados por autoridades ucranianas. El material era trasladado de Ucrania a Turquía y luego transferido a Siria para ser utilizado por los terroristas (https://slavyangrad.es/2015/12/01/trafico-de-armas-desde-ucrania-hacia-el-isis/). Desde luego las autoridades de Kiev negaron cualquier vínculo con la venta de armas pero la realidad es que los rebeldes sirios cuentan hoy con armamento proveniente de ese país. Estas actuaciones se suman al tráfico de armas que ha involucrado a la élite ucraniana, como la venta de sistemas de radar antiaéreo al gobierno de Sadam Hussein en el año 2000 o el envío de misiles de origen soviético H-55 a Irán y China.

Además de lo anterior, la entrega de misiles antiaéreos a ISIS no sólo se produce de manera directa sino además a través de la intermediación del gobierno catarí. En efecto, un grupo de hackers ucranianos conocido como CyberBerkut logró revelar la compra de armas por parte de Catar al gobierno de Ucrania que tiene como destino final el grupo rebelde sirio (https://www.hispantv.com/noticias/siria/199360/catar-ucrania-pechora-isis-rusia). Lo irónico del caso es que las armas vendidas son de fabricación soviética y utilizadas por los terroristas en contra de Rusia, que parece ser el único actor comprometido en la lucha contra ISIS. En efecto, según el informe, el gobierno de Estados Unidos tuvo conocimiento sobre el acuerdo económico y no se opuso en ningún momento. De esto se puede deducir que por omisión la Casa Blanca está permitiendo que los grupos rebeldes se fortalezcan y que la guerra en Siria escale a proporciones indeseables. Mientras tanto, el gobierno de Ucrania sigue comercializando en el mercado negro con armas de otra época que han estancado su desarrollo militar.

Ahora bien, los alcances de las negociaciones han sido tan grandes que Ucrania ha tenido participación en la asesoría para la construcción de misiles en Corea del Norte. Según Michael Elleman, del Instituto de Estudios Estratégicos, los misiles utilizados en las pruebas realizadas por Pyongyang tenían como base motores RD-250 fabricados en la ciudad ucraniana de Dnipró (https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/ucrania-tienda-de-armas-ilegales-articulo-708026). Aunque un informe del periódico The New York Times sugiere que los motores pudieron haber sido comprados por empleados corruptos y llevados de contrabando a Corea del Norte por redes criminales (https://www.nytimes.com/2017/08/14/world/asia/north-korea-missiles-ukraine-factory.html), la realidad es que los mismos empleados del Estado están involucrados en las negociaciones así lo nieguen a través de Alexandr Turnichov, secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania. Se estima que en la actualidad hay 5 millones de armas de fuego ilegales en Ucrania, lo que se suma a la compleja red de venta que incluye toda clase de gobiernos y grupos que ponen en jaque la seguridad del mundo.

Ucrania se convirtió en un “supermercado” de armas pero no pensó en la renovación de su armamento. De la tercera potencia nuclear luego de la Guerra Fría no queda sino un Estado corrupto que, a través de sus militares, vende las armas para caldear guerras en distintas partes del mundo. Las circunstancias muestran que sin la ayuda estratégica de Moscú, Kiev no tiene el potencial necesario para desarrollar su propia industria. Y a pesar de que la relación militar era de mutua dependencia pues varios de los artefactos rusos eran producidos en Ucrania, el conflicto desatado por causa de la independencia en las Repúblicas populares del Este del país ha demostrado que el Kremlin puede continuar su camino sin problemas. En efecto, en Rusia ya se han comenzado a producir motores para el avión de entrenamiento Yak-130 que antes se producían en Ucrania. Este es tan sólo un ejemplo del poder industrial ruso (https://es.rbth.com/cultura/technologias/2014/05/15/los_profundos_lazos_de_las_empresas_de_armamento_de_rusi_40075). Para Ucrania, por el contrario, será mucho más complejo reemplazar la ayuda que antes le otorgaba el gobierno soviético. Es claro que por sus propios medios, la limitada industria militar ucraniana no podrá obtener grandes avances al respecto. Cuando las reservas de las armas de la Guerra Fría se terminen, entonces el gobierno de Kiev estará desmantelado.

Quizás anticipándose a esa situación, la administración de Petró Poroshenko quiere buscar el ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte a como dé lugar. Hace pocos meses la Alianza Atlántica reconoció a Ucrania como un aspirante oficial a tomar parte del organismo multilateral (http://www.europapress.es/internacional/noticia-otan-reconoce-oficialmente-ucrania-aspirante-alianza-atlantica-20180310173105.html). El ingreso de Ucrania a la organización sería catastrófico para la seguridad de Europa, pues los gobiernos occidentales tendrían un centro de operaciones en una antigua república soviética, con lo cual se estaría ejerciendo una amenaza directa a los intereses de Moscú. Si la ecuación se complementa con la venta ilegal de armas, entonces podría afirmarse que Ucrania significa un peligro inminente para aquellos Estados que contravienen el modelo de occidente.

Si el comercio ilegal de armas sigue formando parte del panorama económico de Ucrania y si a eso se le suma la influencia y participación de capitales extranjeros y el respaldo diplomático de naciones como Estados Unidos, el delicado equilibrio de la seguridad en el Este de Europa podría ponerse en riesgo. Es claro que por sus propios medios Ucrania no puede tener una industria militar y mucho menos aeroespacial desarrollada, razón por la cual está interesada en firmar acuerdos de cooperación con países que le permitan tener un nuevo protagonismo en temas de defensa y al tiempo busca financiarse a través de actos ilegales.

Rodrigo Ortega/Telesur

[ARTÍCULO][OPINIÓN]