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Telecomunicaciones: mucho estruendo, pocas leyes y perversas

Vino nuevo en pellejos viejos. Para justificar la imposición de un nuevo ciclo de las desacreditadas, antisociales y en bancarrota contrarreformas estructurales neoliberales como son la educativa, la fiscal, la energética o en las telecomunicaciones, ahora pintarrajeadas con la pátina del pelambre priísta, devenido del vistoso tricolor nacionalista-revolucionario al lustre rata-gris que asume la estafeta para seguir esparciendo el bacilo de la peste del prehistórico liberalismo económico, Enrique Peña Nieto y sus falanges no han dudado en desempolvar la anticuada, desgastada e insultante monserga priísta. Con la alternancia, Tartufo retornó como publicista gubernamental.

La impunidad

Uno es político; el otro, empresario (aunque ambos grillan y han sido beneficiados con negocios en los cuales los gobiernos en turno han sido no únicamente complacientes, sino incluso omisos para castigar sus tropelías). Los dos están hoy en el centro de la atención por diversas razones, pero saben que tienen una larga vida de placeres en tanto la impunidad sea lo cotidiano en México. Tanto que vamos como cangrejos en eso de aplicar la ley. Estamos, en el índice mundial de corrupción, en el lugar 105 de 174 países.

¡Vaya cambios que propone el gobierno!

En apenas 2 meses, el gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto nos mostró a plenitud su verdadero rostro. Ahora no hay duda de que sus principales compromisos son con la elite empresarial y no con “los que menos tienen”, como les gusta decir a los tecnócratas. Esto ya lo veíamos venir quienes contamos con más información, y la marcha de los acontecimientos nos confirma que no estábamos equivocados. El sexenio de la “modernización” será una prolongada agonía para quienes tenían esperanza de que al dejar el poder los panistas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) llegaría a componer las cosas dada su experiencia y capacidad política.

Balance de la derecha en el poder

Calderón llegó al poder de manera muy cuestionada, luego del conflicto poselectoral de 2006 y no logró la aceptación de los sectores mayoritarios, a pesar de todos sus intentos de legitimarse, incluso mediante el apoyo abrumador de cadenas de radio y televisión y de una publicidad oficial que al cuestionar las tradiciones republicanas pregonaba los supuestos éxitos de un gobierno que, según esa retórica, era “del presidente de la República”.

Hacienda y PGR, omisas en contrabando textil

Funcionarios del gobierno de Estados Unidos, por conducto de sus áreas de inteligencia y policiales, dicen estar preocupados por la enorme corrupción e impunidad que ha desbordado a todos los órganos de vigilancia, auditoría, fiscalización y procuración de justicia de México; lo que, consideran, se ha traducido en una complicidad cínica y descarada del gobierno de Felipe Calderón.

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